7/06/2023

Ezequiel 37:15-22: ¿El Palo de José es una alegoría al Libro del Mormón? Una respuesta judía por Gerard Sigal

BS"D



Por Gerard Sigal.


Las Escrituras básicas o los libros canónicos de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días son la Biblia (que consta de las Escrituras judías y el Nuevo Testamento), el Libro de Mormón, Doctrina y Convenios, y La Perla de la Biblia (que consta de la Escrituras judías y el Nuevo Testamento), el Libro de Mormón, Doctrina y Convenios y La Perla de Gran Precio. De los cuatro libros canónicos, la Biblia es la que menos estima tiene. Por lo tanto, es extraño que los Santos de los Últimos Días (mormones) crean que la Biblia y el Libro de Mormón en realidad constituyen un libro de escritura y que los judíos y los Santos de los Últimos Días deben unirse como un solo pueblo. 


Afirman que: 

“The complete accomplishment of our mutual and heaven assigned responsibilities involves our becoming united (as the descendants of Joseph) with the descendants of Judah (the Jewish people) in the fulfillment of the promises given by the Lord…”

(Traducción: “El cumplimiento completo de nuestras responsabilidades mutuas y asignadas por el cielo implica que nos unamos (como los descendientes de José) con los descendientes de Judá (el pueblo judío) en el cumplimiento de las promesas dadas por el Señor…”) [1] 

Para justificar sus creencias hacen uso de Ezequiel 37:15-17:

וַיְהִ֥י דְבַר־יְהֹוָ֖ה אֵלַ֥י לֵאמֹֽר׃ וְאַתָּ֣ה בֶן־אָדָ֗ם קַח־לְךָ֙ עֵ֣ץ אֶחָ֔ד וּכְתֹ֤ב עָלָיו֙ לִֽיהוּדָ֔ה וְלִבְנֵ֥י יִשְׂרָאֵ֖ל חֲבֵרָ֑ו וּלְקַח֙ עֵ֣ץ אֶחָ֔ד וּכְת֣וֹב עָלָ֗יו לְיוֹסֵף֙ עֵ֣ץ אֶפְרַ֔יִם וְכׇל־בֵּ֥ית יִשְׂרָאֵ֖ל חֲבֵרָֽו׃  וְקָרַ֨ב אֹתָ֜ם אֶחָ֧ד אֶל־אֶחָ֛ד לְךָ֖ לְעֵ֣ץ אֶחָ֑ד וְהָי֥וּ לַאֲחָדִ֖ים בְּיָדֶֽךָ׃


[15] Y me vino la palabra del Eterno, diciendo: [16] “Y tú, hijo de hombre, tómate un palo, y escribe sobre él: «Para Judá y para los hijos de Israel, sus compañeros”, y luego toma otro palo, y escribe sobre él: “Para José (Yosef), el báculo de Efraín (Efráyim) y de toda la casa de Israel, sus compañeros”, [17] y juntalos uno con otro como un solo palo, para que se unan en tu mano.

-Katznelson, M. (1996). La Biblia, hebreo-español, Versión castellana conforme a la tradición judía por Moisés Katznelson. Tel Aviv, Israel: Sinai Publishing. Volumen II, p. 896.


Acerca de Ezequiel 37:15-25, James E. Talmage escribe:


“... Ezequiel vio en visión la unión del palo de Judá y el palo de José, que representan la Biblia y el Libro de Mormón. El último pasaje al que se hace referencia dice, en palabras de Ezequiel:

“La palabra del El Señor volvió a mí, diciendo: Además, hijo de hombre, toma un palo y escribe en él: Para Judá y para los hijos de Israel sus compañeros; luego toma otro palo y escribe en él: Para José, el palo de Efraín, y por toda la casa de Israel sus compañeros: y juntadlos los unos con los otros en un solo palo; y serán uno en tu mano.”

Cuando recordamos la antigua costumbre en la fabricación de libros, la de escribir en largas tiras de pergamino y enrollarlas en varillas o palos, el uso de la palabra “palo” como equivalente a “libro” en el pasaje se convierte en aparente. En el momento de esta declaración, los israelitas se habían dividido en dos naciones conocidas como el reino de Judá y el de Israel, o Efraín. Claramente aquí se hace referencia a los registros separados de Judá y José. Ahora bien, como hemos visto, la nación nefita comprendía los descendientes de Lehi, que pertenecía a la tribu de Manasés, de Ismael, que era efraimita, y de Zoram, cuya relación tribal no se establece definitivamente. Los nefitas eran entonces de las tribus de José; y su disco o “palo” está tan verdaderamente representado por el Libro de Mormón como lo está el “palo” de Judá por la Biblia. 

Que el traer a luz el registro de José o Efraín se llevaría a cabo a través del poder directo de Dios es evidente por la exposición del Señor de la visión de Ezequiel, en la que dice: “He aquí, tomaré el palo de José *** y los pondrá con él, aun con el palo de Judá”. Que esta unión de los dos registros iba a ser una característica de los últimos días es evidente por la predicción de un evento que iba a seguir inmediatamente, a saber, el recogimiento de las tribus de las naciones entre las cuales se han dispersado. La comparación con otras profecías relacionadas con el recogimiento probará de manera concluyente que se predijo que el gran evento tendría lugar en los últimos tiempos, como preparación para la segunda venida de Cristo.[2]

Los Santos de los Últimos Días afirman que debido a la división de las tribus de Israel en dos reinos, Dios dispuso que se llevaran registros separados para cada uno. Alegan que este pasaje contiene dos disposiciones: primero, que se debía llevar un palo o registro para Judá, y que se debía llevar un palo o registro para José; en segundo lugar, que los dos registros debían unirse simbólicamente en “un palo”, o registro, es decir, un rollo o un libro, en las manos del profeta. Habiendo interpretado este pasaje para satisfacer sus necesidades teológicas, entonces preguntan: “¿Dónde está el cumplimiento de este importante mandamiento? ¿Quién afirma tener el registro de José hoy?”[3]

Los Santos de los Últimos Días luego responden sus propias preguntas basándose en su interpretación artificial del mensaje de Di-s a Ezequiel. Sin embargo, un estudio del texto bíblico revela que no se menciona la unión de dos registros. La traducción de Santos de los Últimos Días de “palo” para significar un “registro”, “pergamino” o “libro” es incorrecta. Sin embargo, en este entendimiento incorrecto se basa la afirmación de los Santos de los Últimos Días de que Di-s le ordenó a Ezequiel que tomara el palo (traducido incorrectamente como “pergamino” ) de Judá y luego tomar el palo (traducido incorrectamente como “pergamino”) de José y unirlos simbólicamente para convertirse en una sola rama de las Escrituras. Es decir, supuestamente es una profecía que la Biblia y el Libro de Mormón algún día se unirán como un solo libro de las Escrituras.


Hay varios problemas inherentes a la interpretación de los Santos de los Últimos Días. En la antigüedad, se escribía sobre un rollo de pergamino y luego se lo unía a un trozo de madera alrededor del cual se enrollaba. Los Santos de los Últimos Días interpretan la frase “toma un palo y escribe sobre él” en el sentido de que en este pasaje se refiere a un rollo en lugar de que Ezequiel escribiera directamente sobre dos trozos de madera. La palabra hebrea ‘etz’ (“árbol”, “madera”), traducida como “palo” en este pasaje, no significa “rollo”, cuya palabra hebrea es megiláh (por ejemplo, Jeremías 36:27ss: הַמְּגִלָּה֙). La fraseología bíblica que buscan los Santos de los Últimos Días se expresa en las Escrituras Hebreas mediante megilat-sefer מְגִלַּת־סֵ֒פֶר֒ (Jeremías 36:2), “un rollo” (incluso en arameo se traduce como: מְגִלַת סַפְרָא m’gilat safra’) es decir, pieles de pergamino cosidas y unidas a rodillos de madera. No hay nada en la profecía de Ezequiel que indique que “palo” se refiere a otra cosa que no sea una pieza de madera sobre la cual el profeta se le ordenó escribir “para Judá” y un segundo trozo de madera en el que debía escribir “para José.” Los palos debían ser representaciones simbólicas de los dos reinos. El profeta debe tomar uno de ellos en su mano derecha, ocultando un extremo con su puño cerrado. Luego debe tomar el otro palo y unirlo al primero, de extremo a extremo. Su puño cerrado agarrará el lugar donde los dos palos se encuentran, dando la apariencia de que está sosteniendo un palo largo en el medio. Nada en el pronunciamiento de Ezequiel ni en ninguna otra parte de la Biblia hebrea sugiere que Di-s ordenó que se llevaran dos registros separados para ambos reinos.


Aun tomando el Libro de Mormón al pie de la letra, no es un registro de “José, el palo de Efraín, y para toda la casa de Israel sus compañeros”. Se supone que es un registro de los descendientes de una familia de la tribu de Menasheh, quien junto con otras personas supuestamente abandonaron Jerusalén alrededor del año 600 a. C. y supuestamente fueron guiados divinamente a las Américas. Además, supuestamente contiene un registro de los jareditas, un pueblo no israelita. Por otro lado, las Escrituras Hebreas contienen una crónica de eventos, que abarca las declaraciones de los profetas enviados respectivamente al reino del norte de Israel (del cual Efraín era la tribu líder) y al reino del sur de Judá. No hay brecha en el registro bíblico.


Sin embargo, el mayor problema para la interpretación de los Santos de los Últimos Días de Ezequiel 37:15-17 es que su verdadero significado se explica en los versículos 18-22:


וְכַֽאֲשֶׁר֙ יֹאמְר֣וּ אֵלֶ֔יךָ בְּנֵ֥י עַמְּךָ֖ לֵאמֹ֑ר הֲלֽוֹא־תַגִּ֥יד לָ֖נוּ מָה־אֵ֥לֶּה לָּֽךְ׃ 

דַּבֵּ֣ר אֲלֵהֶ֗ם כֹּה־אָמַר֮ אֲדֹנָ֣י יֱהֹוִה֒ הִנֵּה֩ אֲנִ֨י לֹקֵ֜חַ אֶת־עֵ֤ץ יוֹסֵף֙ אֲשֶׁ֣ר בְּיַד־אֶפְרַ֔יִם וְשִׁבְטֵ֥י יִשְׂרָאֵ֖ל חֲבֵרָ֑ו וְנָתַתִּי֩ אוֹתָ֨ם עָלָ֜יו אֶת־עֵ֣ץ יְהוּדָ֗ה וַֽעֲשִׂיתִם֙ לְעֵ֣ץ אֶחָ֔ד וְהָי֥וּ אֶחָ֖ד בְּיָדִֽי׃ 

וְהָי֨וּ הָעֵצִ֜ים אֲֽשֶׁר־תִּכְתֹּ֧ב עֲלֵיהֶ֛ם בְּיָדְךָ֖ לְעֵינֵיהֶֽם׃ 

וְדַבֵּ֣ר אֲלֵיהֶ֗ם כֹּה־אָמַר֮ אֲדֹנָ֣י יֱהֹוִה֒ הִנֵּ֨ה אֲנִ֤י לֹקֵ֙חַ֙ אֶת־בְּנֵ֣י יִשְׂרָאֵ֔ל מִבֵּ֥ין הַגּוֹיִ֖ם אֲשֶׁ֣ר הָֽלְכוּ־שָׁ֑ם וְקִבַּצְתִּ֤י אֹתָם֙ מִסָּבִ֔יב וְהֵבֵאתִ֥י אוֹתָ֖ם אֶל־אַדְמָתָֽם׃ 

וְעָשִׂ֣יתִי אֹ֠תָ֠ם לְג֨וֹי אֶחָ֤ד בָּאָ֙רֶץ֙ בְּהָרֵ֣י יִשְׂרָאֵ֔ל וּמֶ֧לֶךְ אֶחָ֛ד יִהְיֶ֥ה לְכֻלָּ֖ם לְמֶ֑לֶךְ וְלֹ֤א (יהיה) [יִֽהְיוּ־]עוֹד֙ לִשְׁנֵ֣י גוֹיִ֔ם וְלֹ֨א יֵחָ֥צוּ ע֛וֹד לִשְׁתֵּ֥י מַמְלָכ֖וֹת עֽוֹד׃


[18] Y cuando los hijos de tu pueblo te hablen diciendo: «¿No has de decirnos qué quieres significar con esto?», respóndeles: [19] Así dice Dios el Eterno: He aquí que tomaré el palo de José, que está en la mano de Efraín y las tribus de Israel sus compañeros, y los pondré junto con el palo de Judá, y haré de ellos un solo palo, y serán uno en Mi mano. [20] Y los palos donde tú escribes estarán en tu mano delante de los ojos de ellos. [21] Y les dirás: Así dice Dios el Eterno: He aquí que tomaré a los hijos de Israel de entre las naciones adonde fueron, y los reuniré de todas partes, y los traeré a su propia tierra; [22] y haré de ellos una nación en la tierra, sobre las montañas de Israel, y un rey será rey de ellos, y no serán más dos naciones, ni estarán más divididos en dos reinos.

-Katznelson, M. (1996). La Biblia, hebreo-español, Versión castellana conforme a la tradición judía por Moisés Katznelson. Tel Aviv, Israel: Sinai Publishing. Volumen II, p. 896.


Se nos dice que las dos naciones (Judá e Israel) ya no estarán divididas. Las antiguas divisiones de norte y sur serán abolidas y la nación será unida en la mano de Dios. No se hace mención de dos registros o rollos separados que se unieron, sino de Efraín y las otras tribus de Israel uniéndose a Judá para convertirse en una sola nación.


Ezequiel 37:15-7 no se refiere a rollos o libros sino a la eventual unificación nacional de los hijos de Israel. De hecho, la afirmación de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días refuta su propia afirmación de una manera muy básica. El pasaje de Ezequiel no puede aplicarse al Libro de Mormón que, en la medida en que afirma ser el registro de los israelitas, supuestamente se concentra en los descendientes de una familia de la tribu de Menasheh y no incluye a todas las tribus del norte. En particular, el Libro de Mormón no es un registro histórico de los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, sino el supuesto registro histórico de los antepasados ​​de los indios americanos. Dicho todo esto, ni los Santos de los Últimos Días como grupo ni las personas representadas en el Libro de Mormón pueden cumplir la profecía bíblica explicada. Ninguna cantidad de pruebas genéticas o muestras de ADN demostrará que el pueblo judío y los Santos de los Últimos Días son de la misma ascendencia. Los Santos de los Últimos Días simplemente no son de origen israelita.


El palo que representa a Judá y el palo que representa a las tribus del norte de Israel se vuelven uno cuando se sostienen de punta a punta en la mano del profeta. Así, las tribus de Israel que representan los palos llegarán a ser una en realidad. Ezequiel 37:15-17 no hace referencia a dos registros separados, uno para Judá y otro para José. Además, no se promete una unificación nacional de judíos y Santos de los Últimos Días en América del Norte o en cualquier otro lugar. A pesar de todas sus afirmaciones e investigaciones genealógicas, los Santos de los Últimos Días no son descendientes de José (Yosef) y nunca podrán unirse a Judá en el cumplimiento de una profecía inexistente.


Notas.

[1] LeGrand Richards, Los mormones y el pueblo judío, Salt Lake City: Deseret Press (tratado), 1976, p. 1. 

[2] James E. Talmage, Un Estudio de los Artículos de Fe, Salt Lake City: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, 1962, pp. 276-277. 

[3] Ezra Taft Benson, A Message to Judah from Joseph, Salt Lake City: Corporation of the President of The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints (tratado), 1982, p. 9.


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