7/03/2023

Es el Libro del Mormón el "Palo de Yosef" mencionado en el profeta Yejezkel (Ezequiel)? (Segunda Parte)

BS"D



(Segunda Parte)

Por Neshamot Deot 

II

De toda la ficción presentada por Adrian Larsen bajo el título de The Stick of Joseph in the Hand of Ephraim, solo la dedicación, la introducción y el material de apéndices que contiene me interesan para la redacción de ésta segunda parte de la serie[1]. El contenido de ese presunto documento sagrado, salvo algunas citas que empleo, carecen de mayor importancia ya que, como anuncie al final de la primera parte, es básicamente El libro de mormón hebraizado y por lo tanto citaré siempre la versión oficial de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos días (SUD), salvo que sea estrictamente necesario hacerlo de la versión manipulada de Larsen a la que él, entre otras, cambia la distribución de la numeración de los versículos.

Sin embargo, antes de continuar con el análisis de la relación que los mormones hacen entre la profecía de Yejezkel (Ezequiel) y su libro sagrado quiero dejar muy en claro que el documento The Stick of Joseph in the Hand of Ephraim constituye uno de los últimos esfuerzos de los creyentes de esta doctrina por presentar a un público judío y al no judío, interesado en materias hebraicas, una versión o edición de El Libro de Mormón que resalte sus presuntos (y nulos) valores judaicos, como las traducciones al hebreo, además de  libros proselitistas de adeptos al mormonismo y artículos en revistas publicadas en la Brigham Young University y sus filiales. De estos tres tipos de documentos solo haré referencia directa a los primeros, ya que son los que revisten un interés inmediato para los objetivos del presente documento.

La primera traducción hebrea de El Libro de Mormón en realidad se trató de una de selección del mismo. Fue publicado por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en 1981. Se imprimió un pequeño número de ellos, pero la gran mayoría de ellos fueron destruidos porque los directivos de la Iglesia no querían amenazar las relaciones con el Estado de Israel, pues la Universidad Brigham Young tiene en Jerusalén un campus académico y parte del acuerdo para obtener el contrato de arrendamiento del BYU Jerusalem Center incluía una estipulación de que la Iglesia no podía producir El Libro de Mormón en hebreo, por eso desde entonces, a pesar de ese esfuerzo, la rama principal del mormonismo no cuenta con una versión oficial en éste idioma. En cuanto a la edición, al menos en su aspecto externo, se sabe que era una portada era blanca, adornada con un alto relieve del ángel Moroni tocando una trompeta, con el título en rojo tal y como aparece en la fotografía adjunta[2].

El segundo esfuerzo de traducción no vino de la rama principal mormona, sino por cuenta de miembros de la Iglesia Reorganizada de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, conocida en la actualidad como La Comunidad de Cristo, texto al que le dieron un nombre distinto, con toda seguridad para infiltrarlo como una narrativa o un tipo de midrash, y fue  titulado como דברי ימי הנפיטים, Dibrei yemei hanefitim (Crónicas de los nefitas). Fue publicada en Independence, Missouri, por cuenta de una empresa llamada de manera genérica Hebrew Translations, Inc. Actualmente se vende en Amazon y, ahí mismo, en la reseña se dice algo interesante con respecto al proceso de traducción:

This book was translated by a committee of six Israelis and then proofread by many others. It was translated from English into Hebrew, and then the translation was checked by translating from the Hebrew back to the English.”[3]

Esta versión puede leerse en línea en una página mormona que de manera consiente y directa declara la necesidad de hacer proselitismo con la población judía[4]. Fue editada en una rustica cubierta negra con letras doradas y el título en hebreo, tal y como aparece en la siguiente imagen.

Hay una tercera versión que es muy popular en línea, por tratarse de la primera que uno encuentra si hace una búsqueda bajo la entrada "Book of Mormon in Hebrew"; es la traducción realizada por Tom Irvine, individuo que a pesar de la edad se describe con el pseudocientífico adjetivo de "an Indigo child and amateur student of Hebrew" ("… un niño índigo y estudiante aficionado de hebreo"). No se considera profeta ni apóstol de su credo y aclara que se trata de una traducción parcial que es parte de un esfuerzo continuo, que no está respaldada (ni será respaldada) por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Además, se encarga de aclarar que las traducciones hebreas de los versículos de Isaías (que fueron plagiados por Smith a nombre de su inventado profeta Nefi y et all) citados por El Libro de Mormón los ha tomado del sitio web Mechon Mamre y en el caso del Nuevo Testamento, sus versículos los ha tomado de la página mesiánica dvar-adonai.org. Para terminar de ver al monstruo de Frankenstein ante el que estamos, Tom Irvine especifica que su traducción se basa en gran medida en "Las crónicas de los Nefitas", es decir en la traducción que describí previamente, y por eso no tengo nada más que agregar al respecto de este trabajo.  

En el siguiente punto deseo extenderme. Habría una cuarta versión al hebreo o, mejor aún, el proyecto de otra versión, una que por fin - para gusto del delirio proselitista del mormonismo- pueda ser presentar sin vergüenza alguna como un texto hebraico en su calidad literaria y judío en su profundidad conceptual. Este proyecto esta descrito en detalle en la página https://hebrewbookofmormon.com/, donde se justifica doctrinal y económicamente todo el proceso y por qué, de manera especial, deben hacer una traducción en lenguaje clásico. En principio su ideario se funda en el imaginario "sermón en Abundancia", donde Jesús Resucitado, estando en América, enseñó que "la plenitud del Evangelio" (expresión mormona que les fascina) llegaría en los últimos días en el siguiente orden: primero a los gentiles, y luego los gentiles estarían obligados a llevar la palabra a los remanentes dispersos de Israel, tal y como se expresa en 3 Nefi 16:4-5:


Y os mando que escribáis estas palabras después que me vaya, para que si se da el caso de que mi pueblo en Jerusalén, aquellos que me han visto y han estado conmigo en mi ministerio, no le piden al Padre en mi nombre recibir conocimiento por medio del Espíritu Santo, acerca de vosotros, como también de las otras tribus, de las cuales nada saben, estas palabras que escribáis se preserven y sean manifestadas a los gentiles, para que mediante la plenitud de los gentiles, el resto de la posteridad de aquellos, que será esparcido sobre la faz de la tierra a causa de su incredulidad, sea recogido, o sea, llevado al conocimiento de mí, su Redentor. Entonces los reuniré de las cuatro partes de la tierra; y entonces cumpliré el convenio que el Padre ha hecho con todo el pueblo de la casa de Israel.

 

De acuerdo a esta página esos gentiles son los grupos europeos que llegaron a América y –atención al detalle colonialista- desplazaron a los descendientes de los pueblos de El Libro de Mormón en la tierra prometida y finalmente recibieron la restauración del evangelio a través de José Smith, teniendo el testimonio de que los profetas solo han testificado siempre una misma verdad y plan: que El Libro de Mormón llegará primero a los gentiles y entonces  los gentiles estarán obligados a llevar el libro y sus enseñanzas a los remanentes dispersos de Israel, incluidos los judíos. En últimas es plan mormón resumido y descrito en el plan mormón compendiado por Mormón y sus profetas, como busca aclararlo otra de sus escrituras mientras lo proclaman entre una carta de incoherencias, mal empleo de los he aquí del Tanaj y el racismo más rancio por el que esta iglesia se ha destacado (Mormón 5:12-15):


Y se escriben estas cosas para el resto de la casa de Jacob; y se escriben de esta manera porque Dios sabe que la iniquidad no se las manifestará a ellos; y se ocultarán para los propósitos del Señor, a fin de que aparezcan en su debido tiempo. Y este es el mandamiento que he recibido; y he aquí, aparecerán según el mandamiento del Señor, cuando él, en su sabiduría, lo juzgue prudente. Y he aquí, irán a los incrédulos entre los judíos; e irán con este fin: que sean convencidos de que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente; para que el Padre realice, por medio de su muy Amado, su grande y eterno propósito de restaurar a los judíos, o sea, a toda la casa de Israel, a la tierra de su herencia, que el Señor su Dios les ha dado, para el cumplimiento de su convenio; y también para que la posteridad de este pueblo crea más plenamente su evangelio, el cual irá de los gentiles a ellos; porque este pueblo será dispersado, y llegará a ser una gente de color obscuro, inmunda y aborrecible, sobrepujando a la descripción de cuanto se haya visto entre nosotros; sí, y aun lo que haya habido entre los lamanitas; y esto a causa de su incredulidad y su idolatría.


Todo esto no es sino, de acuerdo a su retórica, una ampliación de la interpretación mormona de la profecía de "los dos palos" de Ezequiel 37 que como ya vimos habla de dos registros, uno para José y otro para Judá, que de acuerdo con su doctrina se unirán para lograr el recogimiento de Israel en sus tierras prometidas, continuando con las enseñanzas que Joseph Smith daba al identificar el "Palo de José" como El Libro de Mormón llevado por la mano de Efraín a los remanentes dispersos de Israel, incluidos los judíos.  Teniendo este antecedente interpretativo defectuoso como plantilla de lectura para tergiversar la profecía de Ezequiel y como justificación doctrinal que va en acuerdo a lo establecido en su credo[5], el proyecto de El Libro de Mormón en hebreo asegura que tal traducción se debe hacer por las siguientes razones, sin contra el hecho de que se ha logrado muy poco para cumplir con este mandato. Aquí están algunos de los elementos más destacados de dicho proyecto en relación con esa creencia:

1)       En El Libro de Mormón queda muy claro que está destinado a ser llevado a los judíos y el hebreo es el idioma por excelencia, además de ser el idioma nacional de Israel. Por lo tanto, una traducción hebrea es absolutamente indispensable para cumplir el mandato.

2)      Aunque el Libro de Mormón ha sido traducido a más de 130 idiomas por la iglesia SUD, actualmente no hay una traducción al hebreo disponible de la denominación más grande de la restauración.

3)      Los esfuerzos de las dos traducciones hebreas previas se hicieron en hebreo moderno y eran de bastante mala calidad.

4)      El hebreo moderno no es el idioma de las Escrituras y no suena "escritural" al oído judío, y una traducción más “moderna” suena antibíblica.

Con lo anterior queda plenamente claro que hay un esfuerzo por establecer otra traducción del libro de Mormón al hebreo y quieren llevarla a cabo por seguir y fortalecer su proyecto proselitista que es imperativo según su doctrina. Además, lo están financiando gracias a fuentes privadas de empresas mormonas que cuentan con amplios capitales que bien pueden operar de manera independiente de la rama principal. Una vez publicado esa nueva traducción del libro, planean se llevarla a Israel para donarlos al público judío de manera masiva. En línea con esto The Hebrew Book of Mormon Project justifica su misión atendiendo a lo siguiente, de acuerdo a sus criterios:

1)  El proyecto busca producir una traducción de clase mundial en hebreo bíblico que preservará fielmente las enseñanzas y la intención del texto mientras suena apropiadamente bíblico para el lector judío, reflejando el hecho de que El Libro de Mormón es un libro judío, escrito POR judíos en la antigüedad y PARA los judíos de los últimos días (conservo las mayúsculas como en el original inglés)

2)  La traducción al hebreo bíblico requiere una experiencia única y académica. El hebreo bíblico es muy diferente del hebreo moderno y no se usa hoy en día como idioma hablado. El resultado debe ser un texto que sea familiar y legible para los judíos en una forma de lenguaje que coincida con sus Escrituras y refleje la belleza y el genio del hebreo bíblico.

3)  El equipo de traducción está formado por académicos de nivel de doctorado en hebreo bíblico de todo el mundo, que están trabajando en el proyecto con la seguridad de que permanecerán en el anonimato[6], para no influir en su posición profesional o carrera académica. Es un esfuerzo colaborativo y organizado con reuniones semanales, progreso continuo y un enfoque consistente.

4)  Los voluntarios que organizan y supervisan el equipo de traducción tienen experiencia en la gestión de proyectos, el idioma hebreo, el pensamiento judío y del texto El Libro de Mormón en particular y trabajan en conjunto con los eruditos en hebreo para asegurar la integridad doctrinal de la traducción.

5)  El proyecto ha estado en marcha durante dos años y todo el texto de El Libro de Mormón ha recibido una traducción inicial. La siguiente fase del proyecto requiere una revisión y edición completas del borrador inicial para perfeccionar la traducción antes de su publicación.

6)  El proyecto está completamente financiado por donaciones privadas y no está controlado por ninguna institución, organización o iglesia. Esto asegura su independencia y también brinda protección a la iglesia SUD, que tiene la obligación contractual con Israel de no emprender este trabajo por sí misma.

Hay mucho que comentar al respecto y cada uno de estos apartados vale la pena analizarlos para medir sus implicaciones. Sin embargo, luego de esta extensa y necesaria discreción vuelvo a Adrian Larsen y a sus comentarios contenidos en la versión que se le encargó diseñar y editar para publicar en varios formatos. ¿Por qué me detengo especialmente en su obra? La respuesta no es simple y no solo tiene que ver con el evidente hecho de que es la de más fácil acceso, sino –y sobre todo- porque es en su actividad misionera donde más se desarrolla y se ve patente el fanatismo interpretativo extremo que se hace al texto de Ezequiel para forzar la profecía a obedecer a una doctrina que, en realidad, es la que manda en la lectura y en el modo de comprender el texto y con él la realidad.

Como lo mencione al principio de este ensayo, no hay que olvidar, insistir y enfatizar como opera la fiebre sectaria cuando se establece toda una doctrina en un pasaje que, desgajado de su contexto, se emplea porque en el suele percibiré no su propia condición textual, histórica, cultural y lingüística, sino la creencia del fundador de la secta, la cual se valora en extremo. En el caso de los mormones, es tal la necesidad de validar la ficción literaria que tienen por libro sagrado en el que funda su razón de ser, que lo encuentran hasta en las vagas alusiones que pretenden descifrar en el pasaje de Ezequiel y en la abusiva extensión de la palabra "etz" hasta llevarla a decir que, en efecto, ese palo, ese madero y si se quiere ese "árbol", es El Libro de Mormón. El adepto mormón, gracias a lo enseñado y repetido por sus líderes y manuales encadena en unos seis sencillos pazos todo, y termina por relacionar los términos así:

1)      Etz (palo, madero) –

2)      Se puede escribir sobre un madero-

3)      El que escribe por orden divina es un profeta–

4)      Ergo es un registro sagrado-

5)      El mejor registro sagrado es el Libro de Mormón –

6)      El libro de Mormón y el palo de la profecía de Ezequiel son lo mismo.

De esta manera la interpretación fundadora, la del líder de la secta, tiende a volverse la interpretación total de la profecía, haciendo que cualquier otra interpretación o, mejor aún, cualquier otro aprendizaje que se pueda desarrollar desde el texto pierda importancia ante el valor de la doctrina sagrada que en rigor importa más que el texto sagrado, ya que se encuentra a ella en éste y de ese modo justifica la existencia de la letra que está muerta sin el misterio aclarado en ella por virtud del líder de la secta, en este caso la interpretación de Smith. Pero, como veremos hacia el final, si El Libro de Mormón es en efecto el Etz Yozef, la verdad es que es un palo muy pequeño y feo frente al Palo de Judá, que lo supera por mucho: tiene menos libros, es redundante, carece de buena literatura, no concuerda con la historia y aún más, es tremendamente incoherente aun con sus propias enseñanzas, entre otras muchas deficiencia y características que hablan mal de su calidad humana y aún más espiritual: si ese es el palo de José, por qué Dios dio un palo tan feo a los descendientes del semejante Tzadik? 

Adrian Larsen es ese tipo de predicadores que van más allá de la mera apología tradicional y no solo se apoyan en datos para contradecir al oponente, sino que abren un camino interpretativo nuevo para seguir manipulando desde un nuevo nivel más audaz, excéntrico y refinado. Por eso la versión que presentó bajo el título de The Stick of Joseph in the Hand of Ephraim, está llena de notas que pretenden aclarar o dar luz sobre el valor hebraico del documento, olvidando y casi que idealizando el elemento judío o hebraico como si este por sí mismo tuviese un valor autónomo en independencia de la calidad de lo que se diga a través de él: en hebreo se pueden escribir barbaridades y no porque el texto esté en hebreo ezo automáticamente lo hace judío, menos si el documento es salpicado por algunas palabras doctrinalmente seleccionadas como hace The Stick of Joseph.

Personalmente he visto traducciones de textos hindúes, taoístas y filosóficos en hebreo y ciertamente son de una riqueza expresiva muy llamativa. Basta con ver la versión hebrea de Así Hablaba Zaratuztra de Nietzsche que bien podría parecer un texto cabalístico herético. Hay una suerte de "hebreolatría" en el pensamiento de los misioneros. Sin duda alguna el hebreo es Lashon hakodesh, pero no por ello lo que digamos o expresemos con él necesariamente lo es. De ahí la confusión de Adrian Larssen o cualquier otro cristiano comprometido con hacer proselitismo entre judíos o de "raíces hebreas", piensan o asumen que sus doctrinas al ser acuñadas en vocablos hebreos eso las hará judías.

Y eso es precisamente hizo Lassen: hebraizar el texto tradicional conocido en inglés de El Libro de Mormón quitándole las palabras "gentiles" (como si fueran negativas en sí mismas); aumentando el sentido; citando a pie de página fuentes talmúdicas, halájicas, midrashicas entre otras; tergiversando a conveniencia; simulando relaciones. Todo un abanico de procedimientos calcados de las muchísimas versiones amañadas del Nuevo Testamento hechas tanto en inglés, español u otros idiomas por los "mesiánicos".  Por eso quienes "adoran" al hebreo ofenden al hebreo, ya que lo idealizan y no lo dejan realizarse en su sintaxis y pensamiento más natural: el judío. Y de igual modo, cuando lo judío se idealiza y olvidan (sin saberlo o a conveniencia) que este responde unos estándares regidos por la Toráh, tan bien malogran su propósito, no solo adjudicándole otros principios, sino exponiéndolo a la herejía y la idolatría, como hace constantemente El Libro de Mormón al invitar de manera continua e insistente a la aceptación de Jesús como Mesías y como Dios tanto a judíos como a gentiles, invitando con ello a violar la mitzvá no activa  correspondiente de no adorar dioses ajenos. 

Nada más la dedicación de The Stick of Joseph in the Hand of Ephraim deja ver como de opera  de manera subrepticia Adrian Larsen al empezar diciendo que esa traducción o reedición de El Libro de Mormón (al que evita llamar así) lo dedica -en este orden- a: "Mashíaj, el ungido, que traerá Shalom", a “toda la Casa de Israel”, que divide en  "los remanentes dispersos" y "las ramas reunidas"; por último dedica "específicamente a los Y'hudim (sic) , o el Pueblo Judío", para luego pasar a citar un pasaje "hebraizado" de 2 Nefi 12:8-9, que según él sintetiza la idea de que "ese antiguo pueblo del pacto, los judíos, que han sufrido y sacrificado tanto para preservar la luz y la verdad para el mundo". Lo sintomático de éste orden presentado de Mashíaj-toda la Casa de Israel-Y'hudim, es que opera  como lo que en realidad es para Larsen y para muchos misioneros semejantes: como un filtro que selecciona afectos, donde los dos elementos iniciales (Mashíaj y toda la Casa de Israel) corresponden a las fantasías ideadas desde su sistema doctrinal y que valoran más que el elemento real (los judíos), pero que desea que sea transformado a su credo idolatra, y además  debe ser transformado para que, aceptando los dos primeros, sea realmente aprobado y "restaurado" como su plan lo requiere. La prueba de que esos valores no se pueden invertir está en que, para un misionero con esa creencia, seria inaudito seguir queriendo a un judío que negara la validez de esas dos ideas fantasiosas e idolatras que se configuran y esconden en el sentido que ahí tienen la palabra "Mashíaj" y la expresión "toda la Casa de Israel", esto es: el "Mashíaj" como nosotros creemos que es y de acuerdo a nuestra doctrina, y "toda la Casa de Israel" tal y como decimos que debería ser conforme a lo enseñado por el "Profeta" Smith. Nótese además que ni siquiera se considera a los gentiles en la dedicación. 

Si esto es lo que se puede comentar solo leyendo la dedicatoria que Adrian Larsen hace en la versión que hizo de El Libro de Mormón, ¿qué no se descubrirá y detallará cuando ahondemos en los pasajes donde el intenta justificar doctrinalmente esa interpretación? Pero eso lo trataré en la tercera parte de ésta serie.

 



[1] La primera parte pueden leerla aquí en Oraj HaEmet en el siguiente enlace https://www.orajhaemeth.org/2023/06/ezequiel-371517-es-el-libro-de-mormon.html

[2] Para más información véase el siguiente link: https://www.quora.com/Is-there-a-Hebrew-translation-of-the-Book-of-Mormon-and-if-so-does-the-pattern-of-language-sit-better-in-Hebrew-than-its-English-manifestation

[3] Traducción: "Este libro fue traducido por un comité de seis israelíes y luego corregido por muchos otros. Se tradujo del inglés al hebreo, y luego se verificó la traducción traduciendo del hebreo al inglés". En https://www.amazon.com/Hebrew-Book-Mormon-Translations-Inc/dp/B000LG5CQ0

[4] Dibrei yemei hanefitim http://www.restoredgospel.com/Hebrew/Heb.php

[5] En efecto el décimo artículo de fe dice: "Creemos en la congregación literal del pueblo de Israel y en la restauración de las Diez Tribus; que Sion (la Nueva Jerusalén) será edificada sobre el continente americano; que Cristo reinará personalmente sobre la tierra, y que la tierra será renovada y recibirá su gloria paradisíaca". Véase, La Perla de Gran Precio: "Los artículos de fe de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días". Tomado de: https://www.churchofjesuschrist.org/bc/content/shared/content/spanish/pdf/language-materials/64370_spa.pdf Al respecto cabe destacar que este es un principio de fe mormona que siguen y aceptan la gran mayoría de ramas disidentes del mormonismo.

[6] Si bien la declaración asegura el anonimato de los traductores, cabe recordar que la BYU cuenta actualmente y ha contado entre su planta profesoral a personas con las credenciales necesarias para poder realizar esta tarea. Bastó con buscar en las contribuciones que van de 1994 al 2002 en el Journal of Book of Mormon Studies para encontrar a estos autores con las credenciales de conocimiento en hebreo: 1) Angela M. Crowell, M.A., del Central Baptist Theological Seminary que tiene un doctorado Estudios Religiosos/Historia en la Universidad de Missouri, Kansas City; ha escrito artículos dedicados a la relación del hebreo con El Libro de Mormón, como Alma 36, Hebrew Poetry Update, Zarahemla Record 68 (1993): 1-4, "The Hebrew Literary Structure of the Book of Mormon." Restoration Studies 5 (1993): 156-69; Stephen D. Ricks, quien aparecía en el 2007 como parte del departamento Near Eastern Studies Program de la BYU; John A. Tvedtnes (quien murió en 2018), y que es el más mencionado en los archivos, autor de muchos ensayos, en especial de Testaments. Links Between the Book of Mormon and the Hebrew Bible; S. Kent Brown, el actual director de FARMS (La central apologética de la Iglesia SUD) y profesor de escritura antigua en la Universidad Brigham Young (desde 1971). Fue director del Centro de BYU Jerusalén para Estudios del Cercano Oriente (1993–1996) y ha publicado una serie de estudios sobre el Primer libro de Nefi. Fue miembro del American Research Center en Egipto y recibió una importante subvención del National Endowment for the Humanities para microfilmar más de 1.500 manuscritos cristianos primitivos en El Cairo y Jerusalén; además de Paul Y. Hoskisson, de quien no tengo mayor información. 


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