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9/09/2023

¿Unción sin aceite para el Mesías? ¡Otra ocurrencia de los Natzratim que evidencian su ignorancia!

BS"D


En el texto del pastor cubano Avdiel Ben Oved (Frías), discípulo del netzarita-mormón James Scott Trimm, busca justificar su creencia cristiana argumentando que el término "Mesías" o "Mashiaj" debe entenderse en un sentido espiritual o figurativo, y que no necesariamente puede ser interpretado de manera literal en referencia a una unión física con aceite. Sin embargo, es importante señalar que esta interpretación difiere de la perspectiva judía tradicional y del contexto histórico del "Antiguo Testamento" (TaNa"J, Biblia Hebrea), donde la unción tenía un significado simbólico y ceremonial, no literal. Los judíos no consideran a Jesús (Iehoshúa / Yeshú) como el Mesías esperado, y esta interpretación va en contra de la comprensión judía convencional de las Escrituras. Los avdielitas del Sábado Lunar (o Natzartim) escriben tratando de justificar la postura figurativa de la unción sin-aceite:


La idea principal del pastor cubano Avdiel Frías de los Natzratim en su crítica a los ex-mesiánicos respecto a su interpretación es que el término "Mesías" según él no debe entenderse de manera literal, como una figura ungida con aceite, sino más bien en un sentido figurativo y simbólico que implica una elección divina y consagración para una tarea específica. Frías argumenta que el uso de "Mesías" (Cristo) como título no implica necesariamente una unción física con aceite, sino que denota una autoridad y elección divina para llevar a cabo una misión especial, la salvación de humanidad y para la secta netzarita es la salvación de las ‘ovejas perdidas de la Casa de Israel’ es decir, aquellos goim-cristianos que se sienten judíos o Israel como él.


Frías tiene la necesidad de justificar la postura cristiana del sentido metafórico de "Cristo" o "Mesías" ya que está defendiendo la interpretación tradicional cristiana de estos términos para respaldar la divinidad y la autoridad de Yeshú de Nazaret como el Cristo o el Mesías prometido en el Tana”j (Biblia Hebrea). Al argumentar que la unción se refiere a una elección y consagración simbólica, Frías busca establecer que Yeshú fue ungido en un sentido espiritual y divino, lo que refuerza la posición cristiana sobre su papel como el “Salvador y el cumplimiento de las profecías mesiánicas del Tana”j” quitando todo el lenguaje hebrañol al que él es adicto, el mensaje es sencillamente cristiano.


Por otra parte, hay varios puntos problemáticos al texto de Frías desde la perspectiva del judaísmo y la literatura rabínica:

  • Afirma que "Mashiaj" se refiere solo a "ungido", cuando en realidad tiene connotaciones más profundas en el judaísmo, relacionadas al mesías que traerá la redención. El nombre de Mashiaj NO es un mero título honorífico.

  • Da a entender que cualquier persona puede ser llamada "Mashiaj", cuando en la tradición judía ese título está reservado únicamente para la figura mesiánica. Llamar así a otras personas es problemático.

  • Aplica el título "Mashiaj" a Jesús, algo totalmente inaceptable en el judaísmo, ya que él no cumplió las expectativas mesiánicas. El verdadero Mashiaj traerá la paz mundial y la reconstrucción del Templo, cosa que Jesús no logró.

  • Él cita como Isaías 11 y 61 son entendidas en el judaísmo como referencias al mesías que está por llegar, no a Jesús. Los versículos no pueden aplicarse a Jesús retrospectivamente.

  • La literatura rabínica nunca aplica el título "Mashiaj" a Jesús, e incluso lo considera un falso mesías que indujo a error al pueblo judío. Llamarlo así contradice los consensos rabínicos sobre Jesús.

  • Las referencias que proporciona Frías respecto a Jesús provienen de fuentes cristianas (Hechos, Evangelios) que no son aceptadas como válidas por el judaísmo. No tienen autoridad en la tradición judía.


La reflexión del pastor cubano, hace un uso equivocado del concepto de Mashiaj desde la perspectiva judía, al aplicarlo indistintamente y validar su aplicación a Jesús (según él le llama “Ieo'zu'ah-איאוזואה”), algo que contradice las creencias centrales del judaísmo sobre el Mashiaj.

Por otra parte, los evangelios canónicos presentan a Yeshu como el “Mesías” (Cristo en griego, que significa "ungido"), pero no lo describen específicamente como un rey o monarca judío. De hecho, en el Evangelio de Juan 6:15, Yeshu declina cuando la gente quiere proclamarlo rey después de la multiplicación de los panes y los peces. En los evangelios apócrifos como el Protoevangelio de Santiago, se insinúa el linaje davídico de Yeshu, conectándolo con la realeza judía. Pero no hay una unción o coronación literal, todo queda en lo simbólico. Algunos eruditos señalan la entrada triunfal de Yeshu a Jerusalén montado en un burro como alusión a una proclamación real. Pero no hay mención de una unción, por el contrario, cuando se lee detenidamente tal relato fue un robo que consensuó Yeshu. Esto me recuerda al libroChrist Among the Messiahs: Christ Language in Paul and Messiah Language in Ancient Judaism del erudito bíblico Matthew V. Novenson analiza el uso del título "Cristo" en los escritos de Pablo y en el judaísmo antiguo.

Algunas de sus conclusiones principales sobre el título "Cristo" son:

  • Pablo utiliza "Cristo" como un nombre propio o título definitivo, no sólo como un título genérico de "ungido". Se refiere a Yeshu espectificamente como el Cristo.

  • Para Pablo, Cristo no es simplemente un mesías humano o agente ungido por Dios. Es una figura divina encarnada, con un estatus ontológico único.

  • El uso de Pablo de Cristo como nombre propio no tiene un precedente exacto en el judaísmo anterior. Es una innovación cristiana para elevar a Yeshu sobre otros mesías.

Novenson argumenta que Pablo adapta y expande el lenguaje mesiánico judío para deformarlo de forma única a Yeshu como en un mutante llamado Cristo. Para Pablo, no es sólo un mesías más. Así que concluye que "Cristo" funciona más como un nombre o título único definitivo en Pablo, no un concepto genérico de ungido, o un monarca judío. Pablo representa una exaltación de Yeshu como deidad. Además, autores de la antigüedad utilizan la palabra Χρηστου (‘el bueno’) para Yeshú, según entiendo, los Padres de la Iglesia como Justino Mártir y Teófilo de Antioquía mencionan que los seguidores de Yeshu fueron llamados "cristianos" por sus enemigos, una variación burlona de "chrestianos-χρηϲτιανουϲ" (seguidores de Chrestos, ‘el Bueno’)


El apologista cristiano Tertuliano (155-240 d.C.) escribió que la pronunciación común para referirse a Yeshu era "Chresto" en lugar de "Christo". En algunos manuscritos antiguos como el Codex Sinaiticus א se encuentra la variante "Chrestos" en lugar de "Christos" cuando se refiere a Yeshú. 


Algunos eruditos señalan que en las primeras tradiciones gnósticas y adopcionistas a Yeshu se le llamaba "Chrestos" para enfatizar su naturaleza divina. Algunas teorías especulan que los primeros cristianos adaptaron el título de "chrestos" para hacer a Jesús atractivo a los gentiles familiarizados con hierofantes. Los hierofantes eran sacerdotes que dirigían los misterios y ritos de cultos griegos y romanos como los de Eleusis, Isis, Mitra, etc. Eran vistos como guías espirituales del mundo pagano.

El título "Chrestos" (el Bueno) evolucionó "Christou" (Ungido) el cual tuvo algún uso circunscrito en los primeros siglos del cristianismo, denotando un énfasis ocultista de Yeshu, sin embargo, gracias a la influencia de Pablo el título "Christos" predominó rápidamente como estándar.

Además, en la literatura judía y rabínica existe una relación entre la unción de los reyes de Israel y la figura del Mesías, por ejemplo, en el Talmud Bavlí Horayot 11b-12a señala que la unción de un rey (con aceite) era una de las mitzvot que aplicaban en la Tierra de Israel, incluso a los reyes de la dinastía de la casa de David se les ungía: 

והכי קתני [חסרה הברייתא וכך צריך לשנותה]: מלכי בית דוד משוחין בשמן המשחה, מלכי ישראל אין משוחין. ושואלים: מנלן [מנין לנו] דבר זה? אמר רבא, אמר קרא [המקרא]: "קום משחהו כי זה הוא" (שמואל א טז, יז), ללמדנו: זה דוד המלך טעון משיחה ואין מלך אחר מבית אחר טעון משיחה.

La Guemará responde: La baraita está incompleta y esto es lo que enseña: Los reyes de la casa de David son ungidos; Los reyes de Israel no son ungidos. La Guemará pregunta: ¿De dónde deriva esto? Rava dijo que el versículo dice: “Levántate, úngelo, porque éste es él” (I Samuel 16:12), de donde se deriva: Este rey, David, requiere unción, pero otro rey no requiere unción.

Sobre esto, RaSh”I explica claramente que esto se refiere a la realeza de la Casa de David que requiere la unción (דמלכות בית דוד טעון משיחה), ergo, Yeshú ben Yosef Pandira al no ser de la familia davídica, no fue ungido como monarca, no fue Mashiaj, ya que nunca fue ungido con aceite de unción (שמן המשחה). 


Según esta sección del Talmud, Yeshu tendría que haber que haber sido ungido untando sobre su cabeza el aceite de una manera similar a la forma de una corona alrededor de su cabeza, así como también le tendrían que haber colocado aceite entre las pestañas de los ojos, esto nunca sucedió con Yeshu haAvud. 


RaSh”I, comentando Génesis / Berreshit 49:10, dice: “El cetro no se apartará de Judá”. Este cetro se refiere al rey Mashiaj que provendrá de la tribu de Judá y gobernará a Israel, pero Yeshú no gobernó siquiera un minuto en Judea, Galilea y Samaría. 


En el Midrash Tanjuma en un comentario que hace sobre el versículo de 1 Samuel 16:3, afirma que así como David fue ungido rey, del mismo modo el Rey Mashiaj será ungido en el futuro. RaSh”I nos deja ver este antiguo texto mencionando lo siguiente:


ומשחתי את אשר אומר אליך שמן המשחה שמושחין בו מלכים וכהנים ואינו אלא שמן המשחה שהיה מונח אצל שמואל שמשח בו את שאול ואת דוד ועתיד הקב"ה למשוח בו את משיח כמו שדרשו חז"ל (תנחומא שמואל א' סימן ט"ז)"


Que en español significa:

'Y ungiré al que Yo te diga', con el aceite de la unción con el que se unge a los reyes y sacerdotes, y no es otro que el aceite de la unción que estaba guardado con Samuel, con el que ungió a Saúl y a David, En el futuro, el Santo, bendito sea, ungirá con el [aceite] al Mesías, tal como lo explicaron nuestros Sabios (Midrash Tanjuma Samuel I, sección 16)".


Ver. Wyschogrod, M. (Opening the Covenant: A Jewish Theology of Christianity); Dunner, P. (Mashiach: The Messiah in the Midrash); Lancaster, D. T. (The Anointed: A Study of Messiah in the Hebrew Scriptures); y Fruchtenbaum, A. (The Anointing of the Messiah in the Old Testament).


Por lo tanto, vemos que RaSh”I resume que este midrash compara la unción de David con la futura unción mesiánica. Además que Abarbanel en su obra “Mashmia Yeshuah” (משמיע ישועה) señala que la costumbre de ungir reyes es una preparación para la unción del rey Mashiaj, cuya realeza perdurará eternamente. 


El Zohar, volumen 1 página 139a, analiza el significado de la unción con aceite de unción sagrada (מִשְׁחָא דִּרְבוּת קַדִּישָׁא) para los reyes. El Zohar describe un proceso místico relacionado con la unción y su relación con el rey, la unción se asocia a menudo con el concepto de la emanación divina y la influencia espiritual descendente que implica correcciones (תִּקּוּנִים) y purificaciones en diferentes niveles, a nivel espiritual y de la creación. Incluso, el Zohar se refiere por medio de la unción del rey y cuando esté detenta el cargo como monarca la corrección del mundo físico y la conexión con Di-s se logran a través de estas correcciones mencionadas, esto nunca sucedió con Yeshú HaMamzer, a tanto que hoy en día sus esbirros salgan a defenderlo de cada una de sus pifias y transgresiones. Un dato interesante, es que en los últimos años, países como Nigeria, China, Brasil, y Kenia, por ejemplo, han tenido un aumento considerable en la población de cristianos protestantes en las décadas anteriores al 2020, tales países también estos países han experimentado desafíos significativos en cuanto a la seguridad pública en algunas regiones. Estos desafíos pueden incluir problemas como la criminalidad, la violencia, el terrorismo o los conflictos armados en ciertas áreas, es decir, el incremento de nuevos creyentes / seguidores de Yeshú implica un incremento a la criminalidad de un país, este es el legado de Yeshú.


Por último, el RaMBa”N (Najmanides) en su obra Vikuaj 24 (Disputa) menciona que:

וביום שימשח אליהו למשיח במצוות הא-ל, יקרא משיח

“el día que Eliyahu unja al Mashiaj, por orden de Di-s, se llamará Mashiaj” 

y en el momento que se dirija, después de su unción, está enseñanza parte de los que dice Yalkut Shimoní, Yeshayahu 500:1 que afirma: 

שאי סביב עיניך וראי. באותה שעה מביא הקב"ה אליהו ומשיח וצלוחית של שמן בידיהן ומקליהן בידיהם ונקבצים כל ישראל לפניהם ושכינה לפניהם ונביאים מאחריהם ותורה מימינם ומלאכי השרת משמאלם ומוליכים אותם אל עמק יהישפט ונקבצין כל הגוים שם שנאמר וקצבתי את כל הגוים.


“Alza tus ojos alrededor y mira. En ese momento, el Eterno trae a Elías, el Mesías y una jarra de aceite en sus manos, y [les] da sus bastones en sus manos. Entonces, todo Israel se reúne ante ellos, y la Presencia Divina se coloca ante ellos, y los profetas vienen detrás de ellos, y la Torá está a su derecha, y los ángeles servidores a su izquierda. Luego, los llevan al Valle de Josafat, y todos los pueblos se reúnen allí, como está escrito: 'Y reuniré a todas las naciones'... (Yoel 4:2)

El Yalkut Shimoni es un midrash de los libros del Tanaj, compilados entre los siglos XI y XIV. El autor recopiló varias interpretaciones de pasajes bíblicos de midrashim más antiguos y los ordenó según las porciones de la Torah a las que se referían.

Por último, una perspectiva adicional sobre la unción que tendrá el Mashiaj por medio de Elías (Eliyahu), registrada por el Padre de la Iglesia, Justino Mártir, en el segundo siglo de la Era Común, se encuentra en un diálogo con su oponente judío, Trifón. Según esta visión, Trifón explica que el propio Mesías no adquirirá conciencia de su futura dignidad hasta el momento en que sea ungido en realidad:

Χριστὸς δέ, εἰ καὶ γεγένηται καὶ ἔστι που, ἄγνωστός ἐστι καὶ οὐδὲ αὐτός πω ἑαυτὸν ἐπίσταται οὐδὲ ἔχει δύναμίν τινα, μέχρις ἂν ἐλθὼν Ἠλίας χρίσῃ αὐτὸν καὶ φανερὸν πᾶσι ποιήσῃ· ὑμεῖς δέ, ματαίαν ἀκοὴν παραδεξάμενοι, Χριστὸν ἑαυτοῖς τινα ἀναπλάσσετε καὶ αὐτοῦ χάριν τὰ νῦν ἀσκόπως ἀπόλλυσθε.

Traducción al hebreo y al español respectivamente:

המשיח, אף על פי שנולד וקיים בעולם, הוא לא ידוע וגם הוא עדיין לא יודע את עצמו ואין לו כוח כלשהו, עד אשר יבוא אליהו למשח אותו ולגלותו לכל. ואתם, לאחר שקבלתם שמועה ריקה, תצורפו לעצמכם משיח ואַבַּדְתֶּם על זמן הזה בשוא.

Pero el Mashiaj, aunque haya nacido y exista en algún lugar, es desconocido, y ni siquiera él mismo se conoce hasta que venga Eliyahu y lo unja y lo haga manifiesto a todos. Y ustedes (los cristianos), después de recibir una noticia vacía, se atribuyeron un Mesías para sí mismos y se perderán en vano en este tiempo.

-Dialogo con Trifon Judaeo 8:4.



Me parece interesante que Trifón haga la observación que los cristianos inventaron a su propio Mesías, y con tal creación ellos se destruirán (ἀπόλλυσθε / אַבַּדְתֶּם) tal como lo expresa con las palabras:

ὑμεῖς δέ, ματαίαν ἀκοὴν παραδεξάμενοι, Χριστὸν ἑαυτοῖς τινα ἀναπλάσσετε καὶ αὐτοῦ χάριν τὰ νῦν ἀσκόπως ἀπόλλυσθε

Que se traduce también como:

Pero ustedes, al aceptar una noticia vana, crearán su propio Cristo y se destruirán inútilmente en el presente.

O como se traduce al francés:

Sur de vains bruits, vous avez rêvé un Christ qui n'est que dans votre imagination, et dupe de vous-même, vous coures aveuglément à votre perte. (Sobre rumores vanos, habéis soñado con un Mesías que sólo está en vuestra imaginación, y engañados por vosotros mismos, estáis corriendo ciegamente hacia vuestra destrucción.)

En síntesis, si bien otros reyes y sumos sacerdotes eran ungidos, en el judaísmo esto prefigura y se relaciona directamente con la unción del Rey Mesías, quien traerá la redención futura. La unción previa es un preludio.

7/06/2023

Ezequiel 37:15-22: ¿El Palo de José es una alegoría al Libro del Mormón? Una respuesta judía por Gerard Sigal

BS"D



Por Gerard Sigal.


Las Escrituras básicas o los libros canónicos de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días son la Biblia (que consta de las Escrituras judías y el Nuevo Testamento), el Libro de Mormón, Doctrina y Convenios, y La Perla de la Biblia (que consta de la Escrituras judías y el Nuevo Testamento), el Libro de Mormón, Doctrina y Convenios y La Perla de Gran Precio. De los cuatro libros canónicos, la Biblia es la que menos estima tiene. Por lo tanto, es extraño que los Santos de los Últimos Días (mormones) crean que la Biblia y el Libro de Mormón en realidad constituyen un libro de escritura y que los judíos y los Santos de los Últimos Días deben unirse como un solo pueblo. 


Afirman que: 

“The complete accomplishment of our mutual and heaven assigned responsibilities involves our becoming united (as the descendants of Joseph) with the descendants of Judah (the Jewish people) in the fulfillment of the promises given by the Lord…”

(Traducción: “El cumplimiento completo de nuestras responsabilidades mutuas y asignadas por el cielo implica que nos unamos (como los descendientes de José) con los descendientes de Judá (el pueblo judío) en el cumplimiento de las promesas dadas por el Señor…”) [1] 

Para justificar sus creencias hacen uso de Ezequiel 37:15-17:

וַיְהִ֥י דְבַר־יְהֹוָ֖ה אֵלַ֥י לֵאמֹֽר׃ וְאַתָּ֣ה בֶן־אָדָ֗ם קַח־לְךָ֙ עֵ֣ץ אֶחָ֔ד וּכְתֹ֤ב עָלָיו֙ לִֽיהוּדָ֔ה וְלִבְנֵ֥י יִשְׂרָאֵ֖ל חֲבֵרָ֑ו וּלְקַח֙ עֵ֣ץ אֶחָ֔ד וּכְת֣וֹב עָלָ֗יו לְיוֹסֵף֙ עֵ֣ץ אֶפְרַ֔יִם וְכׇל־בֵּ֥ית יִשְׂרָאֵ֖ל חֲבֵרָֽו׃  וְקָרַ֨ב אֹתָ֜ם אֶחָ֧ד אֶל־אֶחָ֛ד לְךָ֖ לְעֵ֣ץ אֶחָ֑ד וְהָי֥וּ לַאֲחָדִ֖ים בְּיָדֶֽךָ׃


[15] Y me vino la palabra del Eterno, diciendo: [16] “Y tú, hijo de hombre, tómate un palo, y escribe sobre él: «Para Judá y para los hijos de Israel, sus compañeros”, y luego toma otro palo, y escribe sobre él: “Para José (Yosef), el báculo de Efraín (Efráyim) y de toda la casa de Israel, sus compañeros”, [17] y juntalos uno con otro como un solo palo, para que se unan en tu mano.

-Katznelson, M. (1996). La Biblia, hebreo-español, Versión castellana conforme a la tradición judía por Moisés Katznelson. Tel Aviv, Israel: Sinai Publishing. Volumen II, p. 896.


Acerca de Ezequiel 37:15-25, James E. Talmage escribe:


“... Ezequiel vio en visión la unión del palo de Judá y el palo de José, que representan la Biblia y el Libro de Mormón. El último pasaje al que se hace referencia dice, en palabras de Ezequiel:

“La palabra del El Señor volvió a mí, diciendo: Además, hijo de hombre, toma un palo y escribe en él: Para Judá y para los hijos de Israel sus compañeros; luego toma otro palo y escribe en él: Para José, el palo de Efraín, y por toda la casa de Israel sus compañeros: y juntadlos los unos con los otros en un solo palo; y serán uno en tu mano.”

Cuando recordamos la antigua costumbre en la fabricación de libros, la de escribir en largas tiras de pergamino y enrollarlas en varillas o palos, el uso de la palabra “palo” como equivalente a “libro” en el pasaje se convierte en aparente. En el momento de esta declaración, los israelitas se habían dividido en dos naciones conocidas como el reino de Judá y el de Israel, o Efraín. Claramente aquí se hace referencia a los registros separados de Judá y José. Ahora bien, como hemos visto, la nación nefita comprendía los descendientes de Lehi, que pertenecía a la tribu de Manasés, de Ismael, que era efraimita, y de Zoram, cuya relación tribal no se establece definitivamente. Los nefitas eran entonces de las tribus de José; y su disco o “palo” está tan verdaderamente representado por el Libro de Mormón como lo está el “palo” de Judá por la Biblia. 

Que el traer a luz el registro de José o Efraín se llevaría a cabo a través del poder directo de Dios es evidente por la exposición del Señor de la visión de Ezequiel, en la que dice: “He aquí, tomaré el palo de José *** y los pondrá con él, aun con el palo de Judá”. Que esta unión de los dos registros iba a ser una característica de los últimos días es evidente por la predicción de un evento que iba a seguir inmediatamente, a saber, el recogimiento de las tribus de las naciones entre las cuales se han dispersado. La comparación con otras profecías relacionadas con el recogimiento probará de manera concluyente que se predijo que el gran evento tendría lugar en los últimos tiempos, como preparación para la segunda venida de Cristo.[2]

Los Santos de los Últimos Días afirman que debido a la división de las tribus de Israel en dos reinos, Dios dispuso que se llevaran registros separados para cada uno. Alegan que este pasaje contiene dos disposiciones: primero, que se debía llevar un palo o registro para Judá, y que se debía llevar un palo o registro para José; en segundo lugar, que los dos registros debían unirse simbólicamente en “un palo”, o registro, es decir, un rollo o un libro, en las manos del profeta. Habiendo interpretado este pasaje para satisfacer sus necesidades teológicas, entonces preguntan: “¿Dónde está el cumplimiento de este importante mandamiento? ¿Quién afirma tener el registro de José hoy?”[3]

Los Santos de los Últimos Días luego responden sus propias preguntas basándose en su interpretación artificial del mensaje de Di-s a Ezequiel. Sin embargo, un estudio del texto bíblico revela que no se menciona la unión de dos registros. La traducción de Santos de los Últimos Días de “palo” para significar un “registro”, “pergamino” o “libro” es incorrecta. Sin embargo, en este entendimiento incorrecto se basa la afirmación de los Santos de los Últimos Días de que Di-s le ordenó a Ezequiel que tomara el palo (traducido incorrectamente como “pergamino” ) de Judá y luego tomar el palo (traducido incorrectamente como “pergamino”) de José y unirlos simbólicamente para convertirse en una sola rama de las Escrituras. Es decir, supuestamente es una profecía que la Biblia y el Libro de Mormón algún día se unirán como un solo libro de las Escrituras.


Hay varios problemas inherentes a la interpretación de los Santos de los Últimos Días. En la antigüedad, se escribía sobre un rollo de pergamino y luego se lo unía a un trozo de madera alrededor del cual se enrollaba. Los Santos de los Últimos Días interpretan la frase “toma un palo y escribe sobre él” en el sentido de que en este pasaje se refiere a un rollo en lugar de que Ezequiel escribiera directamente sobre dos trozos de madera. La palabra hebrea ‘etz’ (“árbol”, “madera”), traducida como “palo” en este pasaje, no significa “rollo”, cuya palabra hebrea es megiláh (por ejemplo, Jeremías 36:27ss: הַמְּגִלָּה֙). La fraseología bíblica que buscan los Santos de los Últimos Días se expresa en las Escrituras Hebreas mediante megilat-sefer מְגִלַּת־סֵ֒פֶר֒ (Jeremías 36:2), “un rollo” (incluso en arameo se traduce como: מְגִלַת סַפְרָא m’gilat safra’) es decir, pieles de pergamino cosidas y unidas a rodillos de madera. No hay nada en la profecía de Ezequiel que indique que “palo” se refiere a otra cosa que no sea una pieza de madera sobre la cual el profeta se le ordenó escribir “para Judá” y un segundo trozo de madera en el que debía escribir “para José.” Los palos debían ser representaciones simbólicas de los dos reinos. El profeta debe tomar uno de ellos en su mano derecha, ocultando un extremo con su puño cerrado. Luego debe tomar el otro palo y unirlo al primero, de extremo a extremo. Su puño cerrado agarrará el lugar donde los dos palos se encuentran, dando la apariencia de que está sosteniendo un palo largo en el medio. Nada en el pronunciamiento de Ezequiel ni en ninguna otra parte de la Biblia hebrea sugiere que Di-s ordenó que se llevaran dos registros separados para ambos reinos.


Aun tomando el Libro de Mormón al pie de la letra, no es un registro de “José, el palo de Efraín, y para toda la casa de Israel sus compañeros”. Se supone que es un registro de los descendientes de una familia de la tribu de Menasheh, quien junto con otras personas supuestamente abandonaron Jerusalén alrededor del año 600 a. C. y supuestamente fueron guiados divinamente a las Américas. Además, supuestamente contiene un registro de los jareditas, un pueblo no israelita. Por otro lado, las Escrituras Hebreas contienen una crónica de eventos, que abarca las declaraciones de los profetas enviados respectivamente al reino del norte de Israel (del cual Efraín era la tribu líder) y al reino del sur de Judá. No hay brecha en el registro bíblico.


Sin embargo, el mayor problema para la interpretación de los Santos de los Últimos Días de Ezequiel 37:15-17 es que su verdadero significado se explica en los versículos 18-22:


וְכַֽאֲשֶׁר֙ יֹאמְר֣וּ אֵלֶ֔יךָ בְּנֵ֥י עַמְּךָ֖ לֵאמֹ֑ר הֲלֽוֹא־תַגִּ֥יד לָ֖נוּ מָה־אֵ֥לֶּה לָּֽךְ׃ 

דַּבֵּ֣ר אֲלֵהֶ֗ם כֹּה־אָמַר֮ אֲדֹנָ֣י יֱהֹוִה֒ הִנֵּה֩ אֲנִ֨י לֹקֵ֜חַ אֶת־עֵ֤ץ יוֹסֵף֙ אֲשֶׁ֣ר בְּיַד־אֶפְרַ֔יִם וְשִׁבְטֵ֥י יִשְׂרָאֵ֖ל חֲבֵרָ֑ו וְנָתַתִּי֩ אוֹתָ֨ם עָלָ֜יו אֶת־עֵ֣ץ יְהוּדָ֗ה וַֽעֲשִׂיתִם֙ לְעֵ֣ץ אֶחָ֔ד וְהָי֥וּ אֶחָ֖ד בְּיָדִֽי׃ 

וְהָי֨וּ הָעֵצִ֜ים אֲֽשֶׁר־תִּכְתֹּ֧ב עֲלֵיהֶ֛ם בְּיָדְךָ֖ לְעֵינֵיהֶֽם׃ 

וְדַבֵּ֣ר אֲלֵיהֶ֗ם כֹּה־אָמַר֮ אֲדֹנָ֣י יֱהֹוִה֒ הִנֵּ֨ה אֲנִ֤י לֹקֵ֙חַ֙ אֶת־בְּנֵ֣י יִשְׂרָאֵ֔ל מִבֵּ֥ין הַגּוֹיִ֖ם אֲשֶׁ֣ר הָֽלְכוּ־שָׁ֑ם וְקִבַּצְתִּ֤י אֹתָם֙ מִסָּבִ֔יב וְהֵבֵאתִ֥י אוֹתָ֖ם אֶל־אַדְמָתָֽם׃ 

וְעָשִׂ֣יתִי אֹ֠תָ֠ם לְג֨וֹי אֶחָ֤ד בָּאָ֙רֶץ֙ בְּהָרֵ֣י יִשְׂרָאֵ֔ל וּמֶ֧לֶךְ אֶחָ֛ד יִהְיֶ֥ה לְכֻלָּ֖ם לְמֶ֑לֶךְ וְלֹ֤א (יהיה) [יִֽהְיוּ־]עוֹד֙ לִשְׁנֵ֣י גוֹיִ֔ם וְלֹ֨א יֵחָ֥צוּ ע֛וֹד לִשְׁתֵּ֥י מַמְלָכ֖וֹת עֽוֹד׃


[18] Y cuando los hijos de tu pueblo te hablen diciendo: «¿No has de decirnos qué quieres significar con esto?», respóndeles: [19] Así dice Dios el Eterno: He aquí que tomaré el palo de José, que está en la mano de Efraín y las tribus de Israel sus compañeros, y los pondré junto con el palo de Judá, y haré de ellos un solo palo, y serán uno en Mi mano. [20] Y los palos donde tú escribes estarán en tu mano delante de los ojos de ellos. [21] Y les dirás: Así dice Dios el Eterno: He aquí que tomaré a los hijos de Israel de entre las naciones adonde fueron, y los reuniré de todas partes, y los traeré a su propia tierra; [22] y haré de ellos una nación en la tierra, sobre las montañas de Israel, y un rey será rey de ellos, y no serán más dos naciones, ni estarán más divididos en dos reinos.

-Katznelson, M. (1996). La Biblia, hebreo-español, Versión castellana conforme a la tradición judía por Moisés Katznelson. Tel Aviv, Israel: Sinai Publishing. Volumen II, p. 896.


Se nos dice que las dos naciones (Judá e Israel) ya no estarán divididas. Las antiguas divisiones de norte y sur serán abolidas y la nación será unida en la mano de Dios. No se hace mención de dos registros o rollos separados que se unieron, sino de Efraín y las otras tribus de Israel uniéndose a Judá para convertirse en una sola nación.


Ezequiel 37:15-7 no se refiere a rollos o libros sino a la eventual unificación nacional de los hijos de Israel. De hecho, la afirmación de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días refuta su propia afirmación de una manera muy básica. El pasaje de Ezequiel no puede aplicarse al Libro de Mormón que, en la medida en que afirma ser el registro de los israelitas, supuestamente se concentra en los descendientes de una familia de la tribu de Menasheh y no incluye a todas las tribus del norte. En particular, el Libro de Mormón no es un registro histórico de los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, sino el supuesto registro histórico de los antepasados ​​de los indios americanos. Dicho todo esto, ni los Santos de los Últimos Días como grupo ni las personas representadas en el Libro de Mormón pueden cumplir la profecía bíblica explicada. Ninguna cantidad de pruebas genéticas o muestras de ADN demostrará que el pueblo judío y los Santos de los Últimos Días son de la misma ascendencia. Los Santos de los Últimos Días simplemente no son de origen israelita.


El palo que representa a Judá y el palo que representa a las tribus del norte de Israel se vuelven uno cuando se sostienen de punta a punta en la mano del profeta. Así, las tribus de Israel que representan los palos llegarán a ser una en realidad. Ezequiel 37:15-17 no hace referencia a dos registros separados, uno para Judá y otro para José. Además, no se promete una unificación nacional de judíos y Santos de los Últimos Días en América del Norte o en cualquier otro lugar. A pesar de todas sus afirmaciones e investigaciones genealógicas, los Santos de los Últimos Días no son descendientes de José (Yosef) y nunca podrán unirse a Judá en el cumplimiento de una profecía inexistente.


Notas.

[1] LeGrand Richards, Los mormones y el pueblo judío, Salt Lake City: Deseret Press (tratado), 1976, p. 1. 

[2] James E. Talmage, Un Estudio de los Artículos de Fe, Salt Lake City: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, 1962, pp. 276-277. 

[3] Ezra Taft Benson, A Message to Judah from Joseph, Salt Lake City: Corporation of the President of The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints (tratado), 1982, p. 9.