6/20/2023

Ezequiel 37:15–17: ¿Es el Libro de Mormón el "Palo de Yosef" mencionado en el profeta Yejezkel (Ezequiel)? (Primera Parte)

BS"D

Por Neshamot Deot

Es algo muy común entre los grupos religiosos de creencias sectarias preferir ciertos pasajes de escrituras sagradas y servirse, de manera sesgada, de la información ahí provista para luego aplicar una interpretación dogmática que filtra la comprensión del texto, a fin de sostener desde ahí las afirmaciones que pretenden exponer. Un ejemplo de ello es la creencia mormona que toma el pasaje del libro del profeta Yejezkel (Ezequiel) 37:15–17 y asegura que la expresión "Palo de José", en hebreo etz Yosef, es una referencia al Libro de Mormón, un documento que ellos pretenden inspirado divinamente y que fue "traducido" del egipcio reformado y/o hebreo por "el don y poder de Dios" otorgado al supuesto profeta Joseph Smith, y luego publicado en ingles en 1830. En este escrito vamos a ver como esto, desde luego, no es así.

Uso, provisionalmente, la traducción de la Reina Valera en español del pasaje del profeta, ya que es desde ella, o en la King James en inglés, la que emplean para hacer su particular interpretación:

Vino a mí palabra de Jehová (sic), diciendo: Hijo de hombre, toma ahora un palo, y escribe en él: Para Judá, y para los hijos de Israel sus compañeros. Toma después otro palo, y escribe en él: Para José, palo de Efraín, y para toda la casa de Israel sus compañeros. Júntalos luego el uno con el otro, para que sean uno solo, y serán uno solo en tu mano.

En la "mentalidad" mormona, (es decir en su filtro doctrinal) ante este pasaje se forma una simple y falsa ecuación con la que establecen una equivalencia entre dos elementos que en realidad nada tienen en común, en el que las expresiones "Palo de Judá" es la Biblia, y "palo de José" es el Libro de Mormón. El primer documento o palo, fue preservado por el pueblo judío y el segundo palo fue preservado por los descendientes del ficticio personaje llamado Lehi que se supone era descendientes de José, de acuerdo a pasajes de El Libro de Mormón como 2 Nefi 3:12 y Alma 10:3.

En el documento llamado "Guía para el Estudio de las Escrituras" (que sirve de apéndice a la tripleta de libros canónicos del mormonismo), en la entrada "El palo de Efraín o palo de José", se define a este documento así:

Registro de un grupo de la tribu de Efraín que fue guiado desde Jerusalén hasta América alrededor del año 600 a.C. A dicho registro, que es el Libro de Mormón, se le llama el palo de Efraín o el palo de José. Al unirse al palo de Judá (la Biblia), ambos registros constituyen un testimonio unido del Señor Jesucristo, de Su resurrección de la tumba y de Su obra divina realizada entre estas dos ramas de la casa de Israel.

En este pasaje, como en otros, de la literatura mormona, podemos ver cuál es el fin que tiene, según los santos de los últimos días, la unión de esos dos "palos" y por lo tanto el presunto cumplimiento de "Júntalos luego el uno con el otro, para que sean uno solo, y serán uno solo en tu mano".

¿En quién se cumple esta profecía según los mormones? En la Iglesia de los Santos de los Últimos Días en particular o las múltiples facciones de creyentes "mormones" que no se afilian a la rama más conocida pero que creen en la inspiración de ese libro. Ellos, se supone, fuero quienes unieron estos dos palos y, de paso, le dieron una finalidad que no está de manera explícita en el pasaje del profeta Yejezkel, pues, no dice que una vez unidos servirán para dar testimonio de un tal " Señor Jesucristo", como lo puede apreciar cualquiera que lea completo el pasaje en cuestión,   

Desde luego estamos ante un monumental "buen ejemplo" de tergiversación textual. Pero el asunto no termina ahí. José Smith a través de su hipostasis o "profeta" Nefi (1: 13:40), expresa una idea muy común de los predicadores estadounidenses del período de gestación de El Libro de Mormón en cuanto a lo que creían encontrar o debería conservarse en el Pentateuco o el Antiguo Testamento en cuanto a su proclamado mesías: 

Y el ángel me habló, diciendo: Estos últimos anales que has visto entre los gentiles, establecerán la verdad de los primeros, los cuales son los de los doce apóstoles del Cordero, y darán a conocer las cosas claras y preciosas que se les han quitado, y manifestarán a todas las familias, lenguas y pueblos que el Cordero de Dios es el Hijo del Eterno Padre, y es el Salvador del mundo; y que es necesario que todos los hombres vengan a él, o no serán salvos.

Para muchos cristianos, de entonces, de antes y aun de ahora, fue, es y ha sido claro que muchos pasajes de las Escrituras hebreas no son tan directos a la hora de mencionar a su mesías como ellos desearían. Por eso tuercen, transforman e inventan profecías donde no las hay. Y como no es fácil aceptar lo más simple, es decir, reconocer que dichas alusiones, referencias o profecías no están, arman esquemas apofénicos que hacen aparecer y creer, por el "sesgo del francotirador", que ahí está lo que su dogma necesita que el crédulo lector lea.  

Como sea, de acuerdo al texto citado de 1 Nefi, El Libro de Mormón, o como se describe ahí los “últimos anales”, y la Biblia o “los primeros [anales]”, serian los documentos que conservarían la supuesta verdad: que "el Cordero de Dios es el Hijo del Eterno Padre, y es el Salvador del mundo; y que es necesario que todos los hombres vengan a él, o no serán salvos". ¿Pero fue para eso que se le dijo al profeta Yejezkel que juntara los dos palos? Claramente no, y examinando el resto del pasaje (algo que saben obviar quienes prefieren leer un texto desde la selección hecha en un libro doctrinero) uno se percata que una vez unidos los dos palos (¡No dos libros!) se anunciarán como señal para indicar el cumplimiento de cerca de veintisiete aspectos que nada tienen que ver con la creencia en Jesús, ni con el mensaje del Nuevo Testamento, ni con lo predicado en El Libro de Mormón. ¿Sí esa era razón por qué no se lo dijo ahí mismo Dios a su profeta, y a través de él a todo el pueblo y a los futuros lectores?  

Aun basándose en la Reina Valera es fácil darse cuenta que el contenido del mensaje expresado en el capítulo 37 del profeta Yejezkel es que Dios promete (21-28), una vez unidos estos dos "palos":  1) tomar a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron; 2) los recogerá de todas partes; 3) los traerá a su tierra; 4) los hará una nación en la tierra, en los montes de Israel; 5) un rey será a todos ellos por rey; 6) nunca más serán dos naciones; 7) nunca más serán divididos en dos reinos; 8) no se contaminarán con sus ídolos, con sus abominaciones y con todas sus rebeliones; 9) los salvará de todas sus rebeliones con las cuales pecaron, 10) los limpiará; 11) que le serán por pueblo; 12) Él será a ellos por Dios; 13) Su siervo David será rey sobre ellos, y tendrán un solo pastor; 14) andarán en sus preceptos; 15) sus estatutos guardarán; 16) los pondrán por obra; 17) habitarán en la tierra que dio a su siervo Jacob; 18) en ella habitarán ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos para siempre; 19) su siervo David será príncipe de ellos para siempre; 20 hará con ellos pacto de paz perpetuo con ellos; 21) los establecerá y los multiplicará, 23) pondrá su santuario entre ellos para siempre; 24) estará en medio de ellos su tabernáculo, 25) será a ellos por Dios, 26) ellos le serán por pueblo; 27) sabrán las naciones que HaShem santifico a Israel, estando su santuario en medio de ellos para siempre. En todas esas veintisiete promesas, ¿dónde está la promesa de un "Jesucristo"? Es una profecía de clara intención de restablecimiento de Israel y no el anuncio de un cordero salvífico.

Pero el asunto no termina ahí, más adelante, en un despliegue de megalomanía y de profecía autoreferencial, Joseph Smith se inventa y redacta, en su tortuoso estilo, una profecía que atribuye a José (a Yozef haTzadik) y explica que los escritos producto del "fruto de tus lomos" crecerá juntamente con lo que escriba" el fruto de los lomos de Judá", es decir que se unirán El Libro de Mormón y La Biblia. Así aparece en 2 de Nefi 3: 12-21:

Por lo tanto, el fruto de tus lomos escribirá, y el fruto de los lomos de Judá escribirá; y lo que escriba el fruto de tus lomos, y también lo que escriba el fruto de los lomos de Judá, crecerán juntamente para confundir las falsas doctrinas, y poner fin a las contenciones, y establecer la paz entre los del fruto de tus lomos, y llevarlos al conocimiento de sus padres en los postreros días, y también al conocimiento de mis convenios, dice el Señor. Y de la debilidad él será hecho fuerte, el día en que mi obra empiece entre todo mi pueblo para restaurarte, oh casa de Israel, dice el Señor. Y así profetizó José, diciendo: He aquí, el Señor bendecirá a ese vidente, y los que traten de destruirlo serán confundidos; porque se cumplirá esta promesa que he recibido del Señor tocante al fruto de mis lomos. He aquí, estoy seguro del cumplimiento de esta promesa; y su nombre será igual que el mío; y será igual que el nombre de su padre. Y será semejante a mí, porque aquello que el Señor lleve a efecto por su mano, por el poder del Señor, guiará a mi pueblo a la salvación. Sí, José así profetizó: Estoy seguro de esto, así como estoy seguro de la promesa de Moisés; porque el Señor me ha dicho: Preservaré a tu descendencia para siempre. Y ha dicho el Señor: Levantaré a un Moisés; y le daré poder en una vara, y le daré prudencia para escribir. Mas no desataré su lengua para que hable mucho, porque no lo haré grande en cuanto a la palabra. Pero le escribiré mi ley, con el dedo de mi propia mano, y prepararé a un portavoz para él. Y también me dijo el Señor: Levantaré a uno para el fruto de tus lomos, y prepararé para él un portavoz. Y he aquí, le concederé que escriba la escritura del fruto de tus lomos, para el fruto de tus lomos; y el portavoz de tus lomos la declarará. Y las palabras que él escriba serán las que yo en mi sabiduría juzgue conveniente que lleguen al fruto de tus lomos; y será como si los del fruto de tus lomos les hubiesen clamado desde el polvo, porque conozco su fe. Y clamarán desde el polvo; sí, el arrepentimiento a sus hermanos, sí, aun después de haber pasado sobre ellos muchas generaciones. Y sucederá que su clamor saldrá, sí, según la sencillez de sus palabras. A causa de su fe sus palabras saldrán de mi boca a sus hermanos, que son el fruto de tus lomos; y la debilidad de sus palabras yo fortaleceré en su fe, a fin de que recuerden mi convenio que hice con tus padres.

Este extenso, repetitivo y aburrido pasaje, lleno de inconsistencias, en el que se hacen evidentes las esperanzas de un José Smith que anhelaba tener éxito en su misión, intentando proclamar su suerte ante sus adversarios siendo que terminaría muriendo de manera trágica y por lo tanto enunciando en nombre de Dios una falsa profecía y además contradiciendo con su pluma fácil y sus sermones grandilocuentes esa falsa humildad que pretendía y que en realidad estaba envuelta en el deseo de ser reconocido, este texto, la verdad, es básicamente una desfachatez.  ¿En qué parte del libro de Bereshít está esa profecía donde Yosef haTzadik habla de Joseph Smith? En ninguna parte, salvo en la versión amañada y editada al final de la "Perla de Gran Precio" a manera de apéndice y que llaman "Selecciones de la traducción de José Smith de la Biblia en Inglés", la cual no es muy publicitada porque se ha descubierto que es una "versión" que añade partes del comentario bíblico de Adam Clarke, según explica el articulo A Recently Recovered Source: Rethinking Joseph Smith’s Bible Translation:[1]

Our research has revealed that the number of direct parallels between Smith’s translation and Adam Clarke’s biblical commentary are simply too numerous and explicit to posit happenstance or coincidental overlap. The parallels between the two texts number into the hundreds, a number that is well beyond the limits of this paper to discuss. A few of them, however, demonstrate Smith’s open reliance upon Clarke and establish that he was inclined to lean on Clarke’s commentary for matters of history, textual questions, clarification of wording, and theological nuance. In presenting the evidence, we have attempted to both establish that Smith drew upon Clarke, likely at the urging of Rigdon, and we present here a broad categorization of the types of changes that Smith made when he used Clarke as a source.

Y aún más, la propia Iglesia de los Santos de los últimos días en su propio sitio web, reconocen que[2]:

José Smith no empleó los textos fuentes en hebreo y griego, ni diccionarios ni conocimiento alguno de idiomas bíblicos para dar un nuevo texto en inglés. Más bien, él usó un ejemplar de la Biblia, la versión del Rey Santiago (King James, en inglés), como el punto de partida para su traducción, dictando cambios y adiciones inspirados a escribientes quienes, al principio, los registraron en papel y posteriormente como notas al margen de la misma Biblia. Las revisiones que hizo se pueden agrupar en varias categorías. Al comienzo de su obra de traducción, se revelaron largos pasajes que José dictó a sus escribientes; tal como él hacía al recibir las revelaciones en Doctrina y Convenios. Algunos de esos pasajes ampliaron dramáticamente el texto bíblico. El ejemplo más conocido de este tipo de revisión se encuentra actualmente en el libro de Moisés en la Perla de Gran Precio. José Smith también hizo muchos cambios menores para mejorar la gramática, modernizar el lenguaje, corregir puntos de doctrina o resolver incongruencias. A medida que trabajaba en esos cambios, parece que en muchos casos él consultó los comentarios respetados de eruditos bíblicos, para estudiarlos en su mente como parte del proceso revelatorio.

En últimas no se trata de ninguna traducción de ningún texto y por eso luego la Iglesia mormona la llamo "Revisión Inspirada". Según lo apreciado, Smith no solo sirvió para revelar el "Palo de José", sino que además "corrigió" el palo de Judá y de paso desvió todo el proyecto de la profecía tal y como fue dictada a Yejezkel para publicitar sus delirios egomaniacos en donde se percibía así mismo como un tipo de nuevo Moisés y a su libro, según sus propias declaraciones  como “[…] el más correcto de todos los libros sobre la tierra, y la clave de nuestra religión; y que un hombre se acercaría más a Dios al seguir sus preceptos que los de cualquier otro libro.”[3] Y por eso mismo en el octavo artículo de fe no se duda en redactar: "Creemos que la Biblia es la palabra de Dios hasta donde esté traducida correctamente; también creemos que el Libro de Mormón es la palabra de Dios". Donde reluce, por supuesto, la ausencia de la cláusula " hasta donde esté traducido correctamente" porque sería impropio atribuirle a su inerrante "profeta" una mala traducción.

Una vez asimilada la idea de que "El palo de José" de la profecía de Yejezkel es en efecto El Libro de Mormón no hay mucho más que agregar sino llenar de detalles pseudoeruditos que adornan a un más la inadecuada relación y por eso las voces académicas de la Brigham Young University no se cansan de escribir documentos en los que hacen eco de las palabras de Smith. Así, por ejemplo, Bruce L. Brown, un profesor de Psicología, no dudaba en proclamar en su artículo The stick of Joseph and the stick of Judah[4]:

Les doy mi testimonio de este José, el Profeta de la Restauración. Sé que él era un profeta de Dios. Por supuesto, este registro que iba a producir para llevar al pueblo del Señor a la salvación es el Libro de Mormón. Ezequiel, el profeta del exilio, previó la aparición en los últimos días de este libro de Escrituras que había dormido en el polvo. Se refirió a él como el palo de José. Predijo que los santos de los últimos días lo combinarían con el antiguo bastón de Judá, la Biblia, y que los dos se convertirían en uno en su mano.

Otro de los muchos casos llamativos por la manera de forzar la interpretación a costa de información circunstancial, es la que el autor mormón Boyd K. Packer, que en el artículo “Las Escrituras”, publicado en la revista Liahona, (enero de 1983, pág. 98), cita a un artículo de Keith Meservy llamado “Ezekiel’s Sticks and the Gathering of Israel”, que le presenta una prueba material de que, en efecto, un palo o madero, al servir de soporte para la escritura de documentos (algo que hasta el día de hoy se hace en muchos lugares del mundo) ayuda a entender (y aquí viene el salto olímpico) que por eso es un sinónimo de un libro, y un libro sagrado que se redactará en América por cuenta de unos dudosos descendientes de José que lo ocultaran para que siglos después otro José (Joseph) en la EEUU del siglo XIX lo revelara al mundo gracias a una traducción que no era traducción ya que se supone él dictó lo que veía mientras unas imágenes eran visualizadas en el interior de un sombrero:    

Un profesor de escritos antiguos indicó: “El descubrimiento en 1953 de… tablillas con escritos de la ciudad bíblica de Cala en Mesopotamia cambió el modo de pensar de los eruditos sobre la forma en que las culturas de Medio Oriente llevaban los anales. Las tablillas de madera rellenadas con cera representan las ‘formas más antiguas de libros antiguos que se conocen’ y nos ayudan a entender una importante profecía de Ezequiel que predecía la unión de la Biblia y del Libro de Mormón”.

Otra prueba "increíble" de que en algún momento "el palo de Judá y el de José" se juntarían se describe en el comentario mormón a Ezequiel 37, donde sin pena alguna se dice que[5]:

Una manera en que la Biblia y el Libro de Mormón están unidos es mediante notas al pie de página, las cuales proporcionan referencias correlacionadas entre los dos libros. Busca algún versículo del Libro de Mormón que testifique de Jesucristo (por ejemplo, Helamán 5:12). Observa las notas al pie de página del versículo que hayas buscado y localiza algún pasaje de la Biblia que testifique de Jesucristo. 

Es claro que con el Nuevo Testamento pueden hacer eso, ya que El Libro de Mormón por principio se define como "Otro Testamento de Jesucristo" y es una proclama misionera de un delirante de Cristo, pero en cuanto al Tanaj, dicha unión solo puede darse por la relación de imitación del lenguaje de la única traducción de la Biblia que conoció Smith, la King James Bible. Por lo demás todo el espíritu, tradición, principios y sistema de estudio son diametralmente opuestos. Además, hasta empleado una mala traducción del Antiguo Testamento, ¿Cómo pueden los mormones siquiera comparar a El Libro de Mormón con La Biblia? ¿Qué Cantar de los cantares hay en él? (Libro que además fue sacado del Canon por la voluntad ignorante de Smith) Qué obra literaria como Job o que reflexión filosófica como la de Kohelet encontramos en sus páginas? ¿Hay, acaso algún libro semejante a Los Salmos entre Jarom y Omni? Aridez plena en virtudes literarias las de los nefitas. Pero regresando al punto, ¿notas de pie de página para demostrar una profecía?  Si es así sería fácil demostrar que la obra de Milton, Whitman, Nietzsche o Borges son igualmente "el palo de José" ya que podemos hacer una relación de citas de pie de página con "el palo de Judá".

El ya mencionando Boyd K. Packer, quien fue presidente del Quórum de los Doce Apóstoles, en el artículo previamente citado[6], continuaba aportando más elementos para que no dudáramos de tan tremenda relación entre los dos palos que alegorizan a dos libros considerados sagrado: 

“El palo o registro de Judá —el Antiguo y el Nuevo Testamento— y el palo o registro de Efraín —el Libro de Mormón, que es otro testamento de Jesucristo— están ahora entrelazados de tal manera que el estudiar uno nos insta a estudiar el otro; el aprender de uno aclara el conocimiento del otro. Son, sin duda, uno en nuestras manos. La profecía de Ezequiel se ha cumplido

Con el transcurso de los años, estas Escrituras producirán generaciones sucesivas de cristianos fieles que conocerán a Jesucristo y estarán dispuestos a obedecer Su voluntad […]

[Podrán] gozar de la claridad de las revelaciones como nunca nadie lo ha podido hacer en la historia del mundo. En sus manos están los palos de José y de Judá; adquirirán un conocimiento del Evangelio mucho más amplio que el que sus antepasados pudieron lograr. Tendrán el testimonio de que Jesús es el Cristo y la capacidad de proclamarlo y defenderlo”

La imagen no puede ser más patética y dulzona, más para el alma entregada a una creencia tal debe ser un aliciente para continuar aferrado a una interpretación forzada: cada vez que algún mormón toma en sus manos El Libro de Mormón y La Biblia está actualizando y dando fe del cumplimiento de dicha profecía. ¡Qué más prueba del cumplimiento de lo anunciado a Ezequiel! Un edificio entero levantado en una sección.

Pero la alucinación no termina ahí, y el non plus ultra del conglomerado de maromas doctrinales nos llega de la mano de un nuevo y extravagante documento: The Stick of Joseph in the Hand of Ephraim, un equivalente a las versiones mesiánicas y hebraizadas del Nuevo Testamento, donde El Libro de Mormón es presentado por el misionero Adrian Larsen como un documento de "naturaleza hebraica" y, por el título con que lo presenta, una referencia directa a la profecía de Yejezkel (Ezequiel) del capítulo 37. Pero todo esto lo explicaré en una segunda parte de este documento.

 


[1] A Recently Recovered Source: Rethinking Joseph Smith’s Bible Translation, en web.archive.org/web/20180511224722/http://jur.byu.edu/?p=21296

[2] Traducción de José Smith de la Biblia, en www.churchofjesuschrist.org/study/history/topics/joseph-smith-translation-of-the-bible?lang=spa

[3] José Smith, Introducción del Libro de Mormón, pg. V.

[4] Bruce L. Brown The stick of Joseph and the stick of Judah, July 22, 1986 Brigham Young University. All rights reserved. (https://speeches.byu.edu/talks/bruce-l-brown/stick-joseph-stick-judah/)

[5] Guía de estudio del Antiguo Testamento para alumnos del curso de estudio individual supervisado de seminario, Unidad 29: Día 2, Ezequiel 37. Tomado de https://www.churchofjesuschrist.org/study/manual/old-testament-study-guide-for-home-study-seminary-students-2015/introduction-to-ezekiel/unit-29-day-2-ezekiel-37?lang=spa

[6] “Las Escrituras”, Liahona, enero de 1983, pág. 101.



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