8/25/2023

Yeshú el ilegítimo ¿La primera genealogía apareció hasta el año 220 E.C.?

BS"D

Yeshú el ilegítimo ישו הפסול

“La verdad si no es entera, se convierte en aliada de lo falso”.
      Javier Sádaba (1940); filósofo y escritor español.

Por Rafael R.

Las palabras de éste escritor reflejan a la perfección lo que todo el mundo considera que es la verdad, hablando en términos absolutos, porque ¿Quién de entre los cristianos estaría dispuesto a creer que algo de lo contenido en el Nuevo Testamento acerca de Yeshú, y de la iglesia no es verdad, o no es totalmente verdad, o incluso es mentira?

Pues si el Nuevo Testamento contiene interpolaciones y adicciones, (y las contiene) nos vamos a la cita de Javier Sádaba: “Si no es enteramente verdad, es como si fuera mentira”.

El cristianismo se sustenta en tres pilares teológicos fundamentales que mira tú por dónde ¡oh misterios de la vida! No son citados, siquiera aludidos por los escritores del texto Novo Testamentario en sus respectivas epístolas.

1º Yeshú es heredero legítimo al trono de David merced a su descendencia genealógica.

2º Yeshú es dios por su inmaculada y milagrosa concepción.

3º Yeshú (por consiguiente) es “el mesías”

Ahora compara estos tres pilares regios con los tres rasgos de identidad que se atribuían para gobernar los emperadores romanos y que a su vez llegaban a ser sumos pontífices de la religión del Imperio.

1º El candidato al trono imperial decía ser descendiente directo de próceres hombres de Roma, en muchos casos acreditaban poseer (¿?) una genealogía que los conectaba directamente con uno de los muchos dioses del panteón greco-latino.

2º Por esta ascendencia demandaba que se le rindiera culto divino y fuera adorado como un dios.

3º El emperador era tenido como un “salvador” nacional, dios-salvador de la patria romana.

Ahora bien, y antes de analizar estos tres puntos comparativos. Es cierto que el cristianismo se sustenta por otras pautas teológicas que posteriormente se convirtieron en dogmas. La Iglesia Católica en la tradición, esto es en los decretos conciliares y en los escritos de los primeros padres de la Iglesia Cristiana “gentil”, mientras que la iglesia protestante y sus respectivas hijas afirman su existencia en base a las escrituras. La primera tiene excusa porque reconoce que su razón de ser se fundamenta en sí misma, como tal la única iglesia que tiene el derecho a proclamarse cristiana, la segunda sin embargo no puede asumir tal derecho porque reconocido es por el magisterio eclesiástico que la única religión que se encuentra en todas las escrituras es la fe judía.

Pero fijémonos que la creencia fundamental, básica, primaria, es creer que Yeshú es el mesías, porque si Yeshú no es el Mesías (Mashiaj) ¿qué demonios está predicando el cristianismo?

Para fomentar esta creencia el escritor del Nuevo Testamento tenía que convencer a los incautos de tres cosas, primero de que Yeshú era heredero legítimo al trono de David, porque solamente un descendiente de David puede acceder al trono como está escrito: “Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro; Y tu reino será estable eternamente”. Y reclamar derecho a ser llamado “ungido” esto es “mesías”

Segundo; Yeshú no podía venir a este mundo como cualquier hijo de vecino, sino que su nacimiento tenía que ser un hecho que convenciera a las gentes de su majestad, es decir, su nacimiento tenía que ser obligatoriamente un acto inusual, de intervención divina.

Tercero; Cumplidos los otros dos requisitos, Yeshú queda afirmado como el Mesías.

Este razonamiento nos lleva al siguiente planteamiento, Yeshú es el Mesías (Mashiaj) porque los otros dos puntos se cumplen cabalmente y son verdad. Sin embargo, ¿Qué ocurriría si los apartados 1 y 2 fueran falsos, siquiera piadosamente equivocados? Pues que el argumento de que Yeshú es el Mesías (Mashiaj) no tendría apoyo teológico alguno y en consecuencia la religión cristiana estaría predicando mentiras con todas las consecuencias que eso acarrearía a las almas de los inconstantes.

En cualquier caso nadie parece dispuesto a dudar que Lucas y Mateo fueran los verdaderos autores de los evangelios que llevan su nombre, pero ¿qué hace un judío utilizando argumentos que le son inherentes al Estado romano para garantizar la ascendencia y rol salvador de un Cesar para aplicarlos a otro judío?.

Veamos qué podemos averiguar acerca de lo narrado por Mateo y Lucas en cuanto a la genealogía de Yeshú.

Partimos de la siguiente premisa, o las genealogías de Mateo y Lucas son veraces, o las genealogías contienen errores introducidos de manera mal intencionada con el fin de engañar abiertamente.

Para su comprobación utilizaremos el texto griego adaptado del Códice Vaticano siglo IV, supuestamente con el beneplácito dogmático de la “inerrancia” bíblica. ¿Por qué este y no otro?, realmente podríamos emplear cualquiera de los escritos griegos conocidos y completos, pero sólo a partir del siglo IV, lo que no podríamos emplear son las traducciones castellanas por ser imprecisas o mejor dicho inexactas frente al texto griego.

En este texto griego mencionado encontramos que desde Abraham hasta Hesron ambas genealogías, la de Mateo y Lucas son coincidentes, sin embargo a la siguiente generación Mateo menciona a Aram, mientras que Lucas lo cambia por Arní.

En el siguiente paso Mateo menciona a Aminadab, mientras Lucas inexplicablemente agrega una generación. Luego Mateo cita a Najson, y Lucas coloca a Aminadab, los siete siguientes nombres son diferentes en ambas genealogías, pero detengámonos en Abihu, históricamente ¿Quién rayos era Abihu? ¡No existe tal Abihu en la historia de Israel que se conecte con esta genealogía! excepto si contamos con un Abihu que nada tiene que ver con la línea familiar de Yeshú, luego Mateo asegura que desciende de Salomón, mientras Lucas asegura que desciende de Natan. De nuevo una diferencia de diez nombres hasta llegar a Josías citado en Mateo, y a Jorim citado por Lucas, otra vez inexplicablemente Mateo cambia el nombre de uno de los hijos de Josías que no coincide con la generación descrita en 1ª Crónicas 3:15.

Antes de acabar se suceden una serie de nombres no concordantes hasta llegar a José (Yosef) marido de María (Miriam), donde Mateo asegura que José era hijo de Jacob, mientras que Lucas dice que era hijo de Eli.

Finalmente nos encontramos con quince generaciones de diferencia entre una y otra genealogía.

En los siglos anteriores no hubo problema a la hora de dar crédito a ambas genealogías, sin embargo, el problema surgió cuando fueron confrontadas históricamente. Para resolver el asunto el magisterio de la Iglesia arguyo que la línea genealógica trazada por Mateo era paterna, mientras que la de Lucas era materna (justo como ha hecho Avdiel Frías de la secta cristiana de los Natzartim) lo que no es en absoluto cierto a menos que José y María fueran hermanos, lo que crearía un problema aún mayor a los teólogos al tener que admitir que Yeshú fue el resultado de un incesto.

Se han postulado a lo largo de los siglos diversas fórmulas para dar credibilidad histórica y afirmar las pretensiones mesiánicas a estas genealogías, generalmente se asume su veracidad en base a la especulación y a la suposición, por ejemplo suponer que Joda y Abihu en realidad se trate de la misma persona cuando no solo es una suposición arriesgada, también lo es a-histórica.

La versión de los Setenta no menciona por ejemplo a Cainan en la forma en la que es encontrado en las genealogías de Yeshú, si bien aparece en versiones o copias de la Septuaginta posteriores a la fecha en la que se escribió originalmente (250-150 A.E.C).

Curiosamente Cainan aparece en textos de la Septuaginta que fueron escritos después de haberlo incluido en el texto de Lucas.

Josefo no utilizó la versión de los setenta (Septuaginta) para elaborar su obra Antigüedades de los Judíos, con lo cual, Cainan no aparece en su obra. Mientras que Jerónimo en su Vulgata Latina escrita en el siglo V optó por utilizar textos hebreos en lugar de la versión de los setenta debido a que contenía datos retocados.

Por otro lado Julio el africano en el 220 escribió una genealogía pero no introdujo entonces a Cainan. Nombre que tampoco aparece en el Pentateuco karaita o en otros manuscritos hebreos. Es evidente que si Julio el africano escribió la genealogía de Yeshú, Mateo no pudo ser en consecuencia su autor.

Y un aspecto significativo a tener en cuenta es que el nacimiento de Yeshú a pesar de estar incluído en los evangelios, es un acontecimiento inconsistente: 

En cuanto al “contraste” acerca de que los mitos de otras religiones no podían situarse en el tiempo, tenemos que el nacimiento de Yeshú tampoco, lo cual es un dato increíblemente peligroso para la fe cristiana, dado que el nacimiento tal y como es enseñado por el cristianismo es de vital importancia para sustentar TODO el resto de doctrinas crísticas subsiguientes, y vino sin embargo a ser creído por “historias” y no por evidencias documentales, NI SIQUIERA POR LO RELATADO POR LOS EVANGELIOS que por cierto ¿en qué fecha se escribieron?, Eusebio de Cesárea en su libro I, cap VII, ap 15 cita finalmente después de hablar acerca del nacimiento de Yeshú: 

Sea como fuere, no se puede encontrar explicación más clara que ésta y por esta razón yo lo creo; asimismo toda persona bondadosa. Y a pesar de no estar atestiguada, cuidémonos de ella, porque una más consistente no puede explicarse. De todos modos, el Evangelio es totalmente verdadero».

Resulta de lo más ilustrativa la manera en cómo se explica lo inexplicable, la historia del nacimiento de Yeshú ¡NO ESTÁ ATESTIGUADA! pero lo peor es que hay que cuidar de la versión en la que la Iglesia va a creer porque como dice el texto: “el evangelio es totalmente verdadero”, ¿o habría decir que “es necesaria y obligatoriamente verdadero”?.  

De Lucas se posee una copia, la más antigua, que procede de mediados del siglo III, (Bodmer P75) por lo tanto no se puede demostrar ninguna escritura de este autor antes del 225.

La genealogía de Yeshú aparece completa, con el nombre interpolado de Cainan en el Códice de Beza, siglo V. Códice del que prácticamente todos los eruditos bíblicos (serios) dudan de su integridad.

Con todo surgen discrepancias que evidencian una falta de rigor histórico. Mateo traza su genealogía de José como descendiente de David. Puede que José tenga las credenciales suficientes para sentarse en el trono de David, pero el problema de acuerdo a los comentarios cristianos es que JOSÉ NO ES EL PADRE DE Yeshú.

Algunos pastores cristianos intentaron resolver este asunto enseñando que José “adoptó” (literalmente) a Yeshú, bien, por adopción Yeshú pasa a ser un hijo legítimo de José, con lo cual tiene derecho a heredar a su padre, todo excepto el trono, pero esto no resuelve el problema ya que no se puede acceder a la herencia del trono por medio de la adopción, y de nuevo surgen dos problemas:

(1) No se encuentra nada en la Biblia que hable que la herencia al trono de un reinado judío se puede pasar por medio de la adopción. Ej: Si un Sacerdote adoptaba a un hijo, este no podía servir como Sacerdote ya que no tiene la línea ascendente de los cohanim.

(2) José está descalificado como heredero ya que Mateo lo pone en la genealogía de Joaquín, el cual fue maldecido por D-s en el libro de Yirmiyah/ Jeremías 22:24-30:

חַי־אָנִי נְאֻם־יְהֹוָה כִּי אִם־יִהְיֶה כׇּנְיָהוּ בֶן־יְהוֹיָקִים מֶלֶךְ יְהוּדָה חוֹתָם עַל־יַד יְמִינִי כִּי מִשָּׁם אֶתְּקֶנְךָּ׃ וּנְתַתִּיךָ בְּיַד מְבַקְשֵׁי נַפְשֶׁךָ וּבְיַד אֲשֶׁר־אַתָּה יָגוֹר מִפְּנֵיהֶם וּבְיַד נְבוּכַדְרֶאצַּר מֶלֶךְ־בָּבֶל וּבְיַד הַכַּשְׂדִּים׃ וְהֵטַלְתִּי אֹתְךָ וְאֶת־אִמְּךָ אֲשֶׁר יְלָדַתְךָ עַל הָאָרֶץ אַחֶרֶת אֲשֶׁר לֹא־יֻלַּדְתֶּם שָׁם וְשָׁם תָּמוּתוּ׃ וְעַל־הָאָרֶץ אֲשֶׁר־הֵם מְנַשְּׂאִים אֶת־נַפְשָׁם לָשׁוּב שָׁם שָׁמָּה לֹא יָשׁוּבוּ׃ {פ}     הַעֶצֶב נִבְזֶה נָפוּץ הָאִישׁ הַזֶּה כׇּנְיָהוּ אִם־כְּלִי אֵין חֵפֶץ בּוֹ מַדּוּעַ הוּטְלוּ הוּא וְזַרְעוֹ וְהֻשְׁלְכוּ עַל־הָאָרֶץ אֲשֶׁר לֹא־יָדָעוּ׃  אֶרֶץ אֶרֶץ אָרֶץ שִׁמְעִי דְּבַר־יְהֹוָה׃ כֹּה  אָמַר יְהֹוָה כִּתְבוּ אֶת־הָאִישׁ הַזֶּה עֲרִירִי גֶּבֶר לֹא־יִצְלַח בְּיָמָיו כִּי לֹא יִצְלַח מִזַּרְעוֹ אִישׁ יֹשֵׁב עַל־כִּסֵּא דָוִד וּמֹשֵׁל עוֹד בִּיהוּדָה׃ {פ}

[24] "¡Vivo yo, dice el Eterno, que si tú, Joaquín hijo de Joacim, rey de Judá, fueses el anillo de sellar en mi mano derecha, aun de allí te arrancaría!

[25] Te entregaré en mano de los que buscan tu vida, en mano de aquellos cuya presencia temes, en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en mano de los caldeos.

[26] Te arrojaré a ti y a tu madre que te dio a luz, a una tierra extraña donde no nacisteis, y allá moriréis.

[27] Y a la tierra a la cual anhelan intensamente volver, allá no volverán.

[28] ¿Acaso es este hombre Joaquín una obra despreciable y rota? ¿Es acaso una vasija indeseable? ¿Por qué han sido arrojados él y sus descendientes, y echados a una tierra que no conocían?"

[29] ¡Oh tierra, tierra, tierra, escucha la palabra del Eterno"!

[30] Así ha dicho el Eterno: Inscribid a este hombre como uno privado de descendencia. Será un hombre que no prosperará en los días de su vida. Porque ningún hombre de su descendencia logrará sentarse en el trono de David ni gobernar de nuevo en Judá.

Esta maldición aparta inmediatamente a José del trono de David. Así que aun cuando José fuera el padre de Yeshú no puede heredar el trono. Los cristianos tratando de arreglar este problema ofrecen dos soluciones:

(1) El nacimiento virginal.

(2) La maldición fue anulada.

En la maldición existen tres partes (como vemos en el párrafo de arriba).

(1) Que no tendría hijos. (Así lo dice literalmente en el idioma hebreo)

(2) Que no prosperará ninguno de su descendencia,

(3) Que ninguno de su descendencia reinaría en Judá.

Los mesiánicos y netzaritas dicen que las Escrituras no enseñan que nada de esto se cumplió en sus días. El si tuvo un hijo (1 Crónicas 3:17 y 18). Fue prosperado en sus días, (2 Reyes 25:27 y 28): ‘Y Zerubabel prosperó y gobernó.’

Perro expliquemos más, en Jeremías 22:24 se da la maldición y en Hageo 2:23 se menciona que se selecciona a Zerubabel (que no era hijo, sino sobrino) usando las mismas palabras que en Jeremías en cuanto a que se le puso el anillo que se quitó a Joakim. Ahora lo que tenemos que tener en cuenta es que D-s. Dice claramente que él solo fue gobernante y no rey. La profecía dice claramente que no se sentaría en el trono ningún descendiente. D-s al hacer la maldición hace un juramento y D-s es fiel a sus juramentos.

Ahora notemos que; (1) La maldición comienza con un juramento, y cada vez que D-s hace un juramento D-s cumple al pie de la letra. (2) Parte de la maldición es que Joaquín sería expulsado (exiliado), esto se cumplió y lo podemos encontrar descrito en Jeremías 24:1

הִרְאַנִי יְהֹוָה וְהִנֵּה שְׁנֵי דּוּדָאֵי תְאֵנִים מוּעָדִים לִפְנֵי הֵיכַל יְהֹוָה אַחֲרֵי הַגְלוֹת נְבוּכַדְרֶאצַּר מֶלֶךְ־בָּבֶל אֶת־יְכׇנְיָהוּ בֶן־יְהוֹיָקִים מֶלֶךְ־יְהוּדָה וְאֶת־שָׂרֵי יְהוּדָה וְאֶת־הֶחָרָשׁ וְאֶת־הַמַּסְגֵּר מִירוּשָׁלַ͏ִם וַיְבִאֵם בָּבֶל׃

[1] EL Eterno  me mostró dos cestas de higos, colocadas frente al Templo del Eterno. Esto fue después de que el rey Nabucodonosor de Babilonia desterró al rey Jeconías hijo de Joacim de Judá, a los príncipes de Judá, a los artesanos y a los herreros, y los trajo de Jerusalén a Babilonia.

(3) Otra parte de la maldición es que su madre sería exiliada por igual. Esto se cumplió en Jeremías 29:2:

אַחֲרֵי צֵאת יְכׇנְיָה־הַמֶּלֶךְ וְהַגְּבִירָה וְהַסָּרִיסִים שָׂרֵי יְהוּדָה וִירוּשָׁלַ͏ִם וְהֶחָרָשׁ וְהַמַּסְגֵּר מִירוּשָׁלָ͏ִם׃

[5] Después que el rey Jeconías, la reina madre, los eunucos, los príncipes de Judá y de Jerusalén, y los artesanos y herreros salieron de Jerusalén.

(4) Joaquin debería según la profecía morir en el exilio. Las Escrituras no dan ninguna indicación de que él regresara a Israel.

(5) El versículo que dice "Este hijo será sin hijos" dice también que ninguno de sus descendientes se sentaría en el trono de David. Claramente podemos notar que la maldición dice que él no tendría hijos que se sentarían en el trono de David. Esto efectivamente se cumplió.

Mientras que la Tana”j menciona al rey, no hace así con los hijos podríamos  entender que la maldición fue removida, sin embargo, la total ausencia de los hijos muestra que ninguno fue heredero del trono. Con esto comprendemos que sí se cumplió la maldición.

(6) D-s vio con favor a Zerubabel y lo llamó la firma de su anillo, como llamó a Joaquín cuando lo maldijo.

Pero ¿fue removida la maldición? No, dado que como hijo (sobrino) del rey debería de haber ocupado el trono de su padre (que era su tío), y no fue así ya que solo fue gobernador y no Rey.

Gobernador de un pueblo sin rey sometido a otro rey.

La alternativa para poder entender estos dos problemas sería, ir a la genealogía de Yeshú y verla detenidamente. Lucas presenta una genealogía totalmente diferente a la de Mateo.

Cuando comparamos estas genealogías nos damos cuenta que la lista de nombres de Lucas en su capítulo 3 casi dobla la cantidad que presenta Mateo.

(7) Desde el Rey David hasta Yeshú encontramos en un periodo de unos aproximadamente 950 años una diferencia de 15 generaciones de más, cada generación puede calcularse si es que se casaban jóvenes entre 20 a 25 años, el menor valor nos arrojaría una cifra de diferencia mínima de 22,5 años por 15 generaciones, dándonos una diferencia de 337,5 años promedio como cifra menor, lo que desde luego es imposible semejante diferencia de años.

Como podemos notar desde el número quince en adelante se puede ver la diferencia de nombres.

Algunos han querido arreglar estos errores tratando de situar la genealogía de Lucas con Maria madre de Yeshú, para que él pudiera pasar a ser heredero del trono a través de ella.

De nuevo surgen discrepancias notables:

(1) Los versos de Lucas 3 no mencionan a Maria, pero sí a José.

(2) En la Biblia la línea familiar con derecho al trono de David no se hereda por medio de la madre, sino por el padre. Ej: Si un hombre de la tribu de Leví se casa con una mujer de la tribu de Judá, el niño que nace pasa a ser de la tribu de Leví. Esto lo podemos ver claramente en Números 1:2; “Tomad el encabezamiento de toda la congregación de los hijos de Israel por sus familias, por las casas de sus padres, con la cuenta de los hombres, todos los varones por sus cabezas

(3) Maria pues no estaba capacitada para transmitir su línea familiar real a Yeshú.

Aún cuando Yeshú hubiera sido capaz de heredar el trono por parte de su madre Maria, y si fuese verdad que Lucas trazó la genealogía de Maria y no la de José, existe otro problema; Lucas traza la genealogía de David, pero a través de Natan y no por Salomón. D-s claramente dice que la herencia del Mesías (Mashiaj) sería por medio de David y Salomón su hijo, tal como se lee en 2º  libro de Samuel 7:

[12] Y cuando tus días fuesen cumplidos y durmieres con tus padres, yo estableceré tu simiente después de ti, la cual procederá de tus entrañas, y asegurare su reino.

[13] El edificara casa a mi nombre, y yo afirmare para siempre el trono de su reino.

[14] Yo le seré a él por padre, y él me será a mi hijo. Y si el hiciere mal yo le castigare con vara de hombre y con azotes de hijos de hombres;

[15] Empero mi misericordia no se apartará de él, como la aparte de Saúl el cual quité de delante de mi.

[16] Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro; Y tu reino será estable eternalmente.

En caso de que esto no esté suficientemente claro, tenemos otro texto, en 1ª de Crónicas 22:

[9] He aquí un hijo te nacerá, el cual te será varón de reposo porque yo le daré quietud de todos sus enemigos en derredor. Por tanto su nombre será Salomón; Y yo daré paz y reposo sobre Israel en sus días.

[10] El edificará casa a mi nombre, y él me será a mi por hijo; y yo le seré por padre; y afirmare trono de su reino sobre Israel para siempre.

El Mesías (Mashiaj) tiene que venir por medio de David y de Salomón, así que la genealogía de Lucas no entra en la genealogía Mesiánica. En resumen la definición bíblica del Mesías (Mashiaj) es un rey Davídico que regirá a Israel en un tiempo cuando el mundo será transformado en un lugar de paz Universal y creencia en D-s.

Después de Yeshú el mundo judío fue destruido, se sucedieron las guerras y una cortina de oscuridad cubrió a las naciones, las profecías mesiánicas claramente enseñan que Israel sería reunificado ANTES de la llegada del Mesías, hablan de paz universal y de conocimiento general de la Torah, y reafirman la legitimidad de Jerusalem como lugar al que las naciones acudirán a honrar a Hashem, sin embargo nada de esto ocurrió ni antes ni después de Yeshú, luego Yeshú no puede ser el Mesías.

El Profeta Eliyahu no fue delante de Yeshú. Todo judío como todo cristiano sabe que el profeta Eliyahu tiene que venir ANTES que el Mashiaj. Y también el adversario ha de venir ANTES que el Mashiaj. Ya es difícil encontrar en el texto hebreo una sola frase que sugiera un Mesías (Mashiaj) en dos venidas, pero se hace imposible encontrar ni tan siquiera una leve alusión a un profeta Elías en dos venidas, o al adversario viniendo dos veces.

(Si Juan era o no Eliyahu encarnado es un tema distinto que podemos hablar en otra ocasión)

Por otro lado, si hacen un promedio de la cantidad de años de cada generación entre el Rey David y Yeshú, para Mateo daría una cifra de 31, 66 años entre cada generación y para Lucas 21,9, como sabe cualquier persona que sepa algo de estadísticas demográficas cualquiera de las dos cifras están muy lejos una de la otra, lo que resulta realmente inverosímil.

Pablo afirma en la carta a los Romanos 1:3-4: 

περι του ϋϊου 

αυτου του γενομε

νου εκ ϲπερματοϲ 

δαδ κατα ϲαρκα

“Acerca de su Hijo, que nació de la posteridad de David según la carne.”

-Codex Sinaiticus, folio 261.

Pablo enfáticamente afirma: “de la posteridad de David según la carne”, si era según la carne significa que Pablo no tenía conocimiento de ningún supuesto nacimiento virginal ni sobre la intervención del Espíritu Santo en la ontogénesis,

Conclusión: si se trata de una genealogía elaborada siglos después, demuestra los escasos conocimientos de la historia judía de sus autores.
Y si es una genealogía auténtica, es decir; escrita por Mateo o Lucas originalmente, demuestra que cualquier pretensión mesiánica, divina y real de Yeshú no tiene fundamento aceptable partiendo de las mismas fuentes legales que el cristianismo reclama para sí.

Lo que nos lleva a los tres puntos básicos del principio en los que el cristianismo fundamenta su continuación. Primero; la genealogía de Yeshú no demuestra su derecho a acceder al trono de David, segundo; de acuerdo a los comentarios del texto evangélico, todo el mundo tenía a Yeshú como hijo carnal de José, por consiguiente cualquier apreciación o afirmación acerca de su presunta mesianidad queda en entredicho.

Estos tres puntos básicos de la doctrina cristiana eran los mismos parámetros por los que un pretendiente al trono romano fundamentaba su reclamación al derecho del imperio. Con lo cuál queda patente el origen ulterior de la genealogía jesuítica y sus demandas pravitatis. Recapitulemos: Las genealogías que se encuentran en Mateo y Lucas no fueron escritas por judíos, (al menos no por Mateo y Lucas), dichas genealogías fueron vinculadas al texto evangélico por autores gentiles que desconocían totalmente la historia de la línea genealógica del Mesías (Mashiaj) de Israel. La primera genealogía completa de que se dispone es la redactada por Julio el africano y escrita por este en el 220 E.C.

Pero entonces ¿cuál es el origen de la doctrina mesiánica atribuída a la persona de Yeshú?, ¿cuál es el origen verdadero de la religión conocida como “cristianismo”?


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