2/01/2016

¿Shabat lunar? La inagotable creatividad de los Natzratim



Por Irving Gatell:.

Los Natzratim dicen que los verdaderos observantes de la Torá son ellos. Dicen, por lo tanto, que los que somos parte de la tradición Judía Rabínica somos una impostura. Y uno de los principales argumentos que esgrimen es que ellos sí observan el Shabat correcto, el Shabat Lunar. Y que nosotros observamos el Shabat Romano.

La idea es simple: usar una secuencia de semanas de siete días es una práctica pagana que los judíos hemos incorporado a nuestra religión, porque el modo correcto -según ellos- es reiniciar siempre la cuenta de días cada inicio de mes, con la aparición de la Luna Nueva. Es decir: los Shabatot deben caer en los días 7, 14, 21 y 28 de cada mes.Debo confesar que me sorprende la capacidad que tienen estos muchachos para inventar... estupideces. Veamos más a detalle el asunto.

1. En su argumentación, apelan a artículos de diversas enciclopedias -incluyendo la Enciclopedia Judaica- para "demostrar" que el Shabat original se celebraba tomando a la luna como referencia estricta. Por ejemplo, del artículo de la Enciclopedia Judaica sobre "semana", citan las siguientes frases:

"Una división de tiempo que comprende siete días, lo que explica el nombre hebreo.... la semana de siete días, estaba conectada con el mes lunar, de la que es, aproximadamente, un cuarto. La división cuatripartita del mes fue evidente en el uso entre los hebreos y otros pueblos antiguos, pero no está claro si se originó entre los primeros. No es necesario suponer, sin embargo, que se deriva de los babilonios, ya que es igualmente posible que las observaciones de las cuatro fases de la luna llevó a los nómadas hebreos espontaneamente e independientemente a elaborar el sistema de dividir el intervalo entre las lunas nuevas sucesivas en cuatro grupos de siete días cada uno. Existe un terreno (sic), por otra parte, para la suposición de que tanto entre los babilonios y los hebreos el primer día de la primera semana del mes se calcula siempre como coincidente con el primer día del mes. El énfasis puesto en el requisito (Lev. xxiii. 15) que la semana de Pentecostés debe ser "completa" ("temimot") sugiere que semanas podrían ser contadas de tal forma que se violara esta orden. Este fue el caso, siempre y cuando el primer día de la primera semana del mes se hacia coincidir con la luna nueva. Al final de cuatro semanas con un intervalo de uno o dos días podría intervenir antes de que la nueva semana podría comenzar. En una fecha próxima, sin embargo, esta íntima conexión entre la semana y la luna fue disuelta…"

Con ello, pretenden demostrar que el cálculo original bíblico hacía coincidir el primer día del mes con el primer día de la semana. El punto de vista tiene dos errores: el primero, no tomar en cuenta que se trata de una especulación, y el propio autor del párrafo (Emil G. Hirsch) es muy preciso al señalar que no está claro si el origen de este sistema de cómputo es hebreo o babilónico. Pero el segundo error es el más cómico: nuestros amigos Natzratim no tradujeron lo que sigue en el párrafo:
"De cualquier modo, desde una fecha temprana la conexión íntima entre la semana y la luna fue disuelta, y la causa principal de la semana fija de siete días fue, con toda probabilidad, la predominancia del séptimo día como Shabat".
En otras palabras: Hirsch explica que los antiguos hebreos, ANTES de empezar a observar el Shabat, pudieron haber tenido un sistema de organización de las semanas basado esctrictamente en las fases lunares. Pero que una vez que se estableció la observancia del Shabat, dicho vínculo con la luna DESAPARECIÓ.

2. Luego citan el artículo sobre "Sabbath" de la Enciclopedia Judaica, con el mismo objetivo de "demostrar" que la religión bíblica observaba el Shabat lunar:
"El origen del Shabat, así como el verdadero significado del nombre, es incierto… Probablemente fue originalmente conectado de alguna manera con el culto de la luna, como de hecho es sugerido por la frecuente mención de las fiestas del Shabat y Luna Nueva, en la misma oración (Isaías i. 13; Amos viii 5;. H IV Reyes. 23)... La luna tiene cuatro fases de aproximadamente 28 días que aparentemente se detiene cada siete días... El Shabat dependiendo, en el período nómada de Israel, de la observación de las fases de la luna, no podría, de acuerdo con este punto de vista, ser un día fijo. Disociado de la luna, el Shabat se convirtió en un día de descanso para los trabajadores y de los animales en la granja… El calendario asirio parece revelar un esfuerzo por deshacerse del Shabat movible en favor del fijo…"
Otra vez, dos errores. El primero es el mismo: no tomar en cuenta que se trata de una especulación, perfil evidente a partir de que el autor dice "probablemente...". Es típico: incapaces de entender un texto elaborado por un académico, también resultan incapaces de entender que en este tipo de materias siempre hay márgenes de error. En cambio, funcionan con una mentalidad dogmática imposibilitada para discernir matices.
Segundo error: más que error, es una postura tramposa por parte de ellos, porque omiten la sección del párrafo donde queda claro que los autores del artículo (Emil Hirsch y Joseph Jacobs), en este punto están hablando de la etapa en la que los semitas practicaban una religión lunar, no la religión de la Torá:
"Los antiguos semitas rendían culto a la luna y a las estrellas. Nómadas y pastores, consideraban la noche como benevolente, y al día y su fuerte calor como malo. Por ello, la Luna vino a ser un elemento central entre sus deidades..."
Es curioso: quieren demostrar que el Shabat lunar es la forma correcta de observar Torá, y se basan en textos donde se explica el vínculo inherente entre el Shabat lunar y la antigua religiosidad pagana de los semitas previos a la aparición del Judaísmo.

3. Como si esto no fuera suficiente, tienen el desatino de citar el trabajo de Eviatar Zerubavel. Ponen:
"Un ciclo de siete días continuo que recorre toda la historia sin prestar atención a la luna y sus fases es un invento netamente judío. La disociación de la semana de siete días de la naturaleza ha sido una de las contribuciones más significativas del judaísmo a la civilización. Al igual que la invención del reloj mecánico a unos 1.500 años más tarde, facilita el establecimiento de lo que Lewis Mumford identifica como "la periodicidad mecánica", por tanto, esencialmente aumentando la distancia entre los seres humanos y la naturaleza. Semanas Cuasi [lunares]  y [continuas] en realidad representan dos modos fundamentalmente diferentes de organización temporal de la vida humana, el primero que implica la adaptación parcial a la naturaleza, y este último haciendo hincapié en la emancipación total de la misma. La invención de la semana continua fue uno de los avances más importantes en los intentos del ser humano por dejar de ser prisionero de la naturaleza [y de debajo de la ley de Dios] y crear un mundo social propio... La disociación de la semana de un ciclo natural, como la luna creciente y menguante, puede ser vista como parte de un movimiento general hacia la introducción de una deidad sobrenatural. No siendo personifica como una fuerza natural en particular, el dios judío debía ser considerado como no afectado por la naturaleza. En consecuencia, el día dedicado a este dios debía ser considerado como parte de un patrón divino temporal que trasciende incluso la propia naturaleza. Que obviamente involucró la desocializacion de la semana con la naturaleza y sus ritmos. Sólo al estar basado en un ritmo matemático totalmente artificial la observancia del Shabat podría venir  a ser totalmente independiente de la Luna o de cualquier ciclo natural..."
(Eviator Zerubavel, El Círculo de Siete Días: La historia y el significado de la semana, The Free Press, Nueva York, 1985, p. 11).
Llama poderosamente la atención que no se den cuenta de que Zerubabel también deja en claro que el Shabat lunar está intimamente relacionado con la religiosidad politeísta en la que la Luna es una deidad, y que el Judaísmo fue la propuesta que, al hablar de un D-os por encima de la naturaleza, disoció el Shabat de los ciclos lunares.

Organicemos la información: lo que los investigadores como Hirsch y Zerubavel han señalado, es que los semitas antiguos pudieron haber (nótese el perfil especulativo) organizado toda su vida conforme a los ciclos lunares. En ese sentido, no habrían tenido semanas fijas de siete días, debido a que el ciclo lunar completo dura 29 días y medio. Por lo tanto, a cada período de cuatro semanas de siete días le falta 1.5 días para empatarse con el ciclo lunar.En consecuencia, a la última semana del mes había que agregarle un día o dos para que el siguiente mes y su primera semana volvieran a comenzar con la Luna Nueva.
Sin embargo, todos asumen que esta práctica desapareció entre los hebreos una vez que organizaron su propia religiosidad. Eso, en términos más tradicionales, equivale a decir que con la llegada de la Torá, el planteamiento se transformó, y la semana pasó a convertirse en una cuenta FIJA de siete días, independiente del ciclo lunar.

¿Por qué podemos estar seguros de esto? Porque la Torá dice, EXPLÍCITAMENTE: Seis días trabajarás, y al séptimo descnasarás..." (Levítico 23:3). Si seguimos la cuenta estrictamente lunar, entre la última semana de cada mes y la primera del siguiente, habrán 7 u 8 días laborales antes de llegar al siguiente Shabat, y con ello SE ESTARÁ QUEBRANTANDO EL MANDAMIENTO ESPECÍFICO DE LA TORÁ.

Se trata, evidentemente, de un serio problema de concepto, patente desde la perspectiva que los Natzratim tienen de la religión bíblica. En su publicación sobre el tema, dicen:
"Calendario Hebreo,  es y fue originalmente lunar según la Tora y No luni-solar como es actualmente el calendario "religioso" Judío que No es conforme a la Tora, de esta manera los días de Shabat son conforme a la luna, y no conforme a los días sábados del calendario solar Gregoriano".
Es falso. La Torá establece que LAS DOS LUMINARIAS (Sol y Luna) están puestas para marcar las estaciones, los días y los años (Génesis 1:14).

En el colmo del absurdo, citan Jeremías 31:35 para justificarse:
"Así ha dicho el Señor, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche..."
Cierto: se menciona que la Luna tiene "leyes", y está claro que eso no se menciona en relación al sol. Pero la Torá es explícita al respecto: la Luna Nueva marca siempre el inicio de los meses. De ningún modo implica que sólo la Luna deba ser tomada en cuenta para las cuentas calendáricas (eso va en contra de Génesis 1:14), y menos aún que el Shabat tenga que ser lunar (eso va en contra de Levítico 23:3).

Finalmente, apelan a que la Luna está señalada para marcar señales y convocaciones. Luego entonces, si el Shabat es una señal, debe someterse a la Luna. Para ello, citan Éxodo 31:17: "Entre Yo y los hijos de Israel esta será una señal perpetua, porque en seis días hizo el Eterno los cielos y la tierra, más en el séptimo día descansó y reposó".

Otra vez, el absurdo injustificable: aunque allí se le llama "señal" al Shabat, se señala explícitamente la cuenta de siete días, basada en el proceso de la Creación: seis días usó el Eterno para hacer los cielos y la tierra, y al séptimo descansó. Por lo tanto, seis días debe trabajar el observante de la Torá, y descansar al séptimo. Este esquema NO ESTÁ SUJETO AL CICLO LUNAR porque este tiene 29 días y medio. Por lo tanto -como ya se señaló previamente- al final del cuarto ciclo o semana, habría que agregar uno o dos días para poder iniciar la siguiente semana con la Luna Nueva. En ese caso, habría 7 u 8 días laborales, y entonces se quebrantaría el mandamiento explícito de la Torá.

Es cómico: en su afán de defender la observancia de la Torá y hacerlo "mejor" que los judíos, los Natzratim han llegado al inverosímil de recuperar un hábito religioso pagano y profundamente enraizado en el culto a la Luna.Lo trágico, es que para construir sus argumentos toman un montón de textos que hablan exactamente de eso, y no se dan cuenta.Bien decimos en México que para estúpido no se estudia...