Este punto es Muy Importante. Veamos. El cielo e infierno del islam son eternos. Una persona condenada al infierno no podrá salir de ese estado de sufrimiento jamás. Las descripciones de él y sus penas son terribles. Una pesadilla. El infierno musulmán es un fuego eterno (sura *41 28). Incluso algunas personas nacen predestinadas al infierno (sura *7 179) sin que haya retorno o arrepentimiento posible.
El alma del infiel no musulmán según la sura *7 40 podrá salir del infierno: “cuando un camello quepa por el ojo de una aguja”. El infierno es eterno (sura *2 80) en contra de la tradición rabínica según la cual puede ser temporal.
En el Talmud hay numerosísimas opiniones sobre la existencia del cielo y del infierno, y ninguna es definitiva.
Pero en caso de que el infierno exista alguien puede estar en él un periodo de tiempo de un año (simbólico) como máximo. Aunque también está la opinión de que el infierno no existe sino que del propio impío sale un fuego que lo abrasa y martiriza en vida.
Con este cielo y este infierno el islam AMENAZA con la condenación, ya que sólo en el islam está la verdad, o también VENDE un cielo para sus adeptos. El islam es la única religión verdadera (sura *3 19). Si. Digo vende, porque las religiones (no como la Torá que es una forma de vida como veremos un poco más adelante) esclavizan a la gente con estas cargas. Fuerzan la mente de la gente a creer en cosas que escapan a su capacidad y estas creencias ocupan el lugar que deberían tener muchos conceptos de mayor importancia. El miedo es un mal consejero.
El islam vende un cielo porque TRAFICA CON LAS ALMAS. Tra-fi-ca. Como si las almas de los demás fuesen una mercancía con la que comerciar. Con un proselitismo feroz ya que es una obligación moral y los cinco principios fundamentales de fe y los pilares básicos que definen el islam son muy simples y ante los hombres más sencillos parecen una síntesis perfecta y depurada.
La mayoría de los conversos se hacen musulmanes sin recapacitar sobre estas creencias y lo que significan, y porque se sienten abrumados por el sentido de comunidad islámico o porque huyen del laicismo y la desesperación o las lacras sociales, y no conocen una respuesta mejor que la que da el islam.
Nada saben de su paganismo conscientemente ya que muchos parten de un imaginario cristiano o animista aunque sea desde el laicismo.
Esto es muy común en Occidente hoy en día donde el índice de conversiones aumenta dramáticamente año a año tanto en Europa como en toda América. También en África y otros lugares. Es bien conocido el fenómeno actual de conversiones masivas en Andalucía en del sur de España.
Existen 1.200 millones de musulmanes en el mundo y el islam es la religión que se extiende a más velocidad.
Históricamente además ser musulmán era una ventaja política en los estados musulmanes ya que los que no lo eran tenían una ciudadanía de segunda con muchas desventajas en sus libertades o exclusión social (lo veremos más adelante en el estatuto de los no musulmanes en los países del Islam).
Un musulmán tiene la obligación religiosa de expandir su religión hablando siempre que pueda del Qurán e influyendo en los demás no musulmanes en todos los ámbitos para islamizar el mundo. Un musulmán que gana dos nuevas almas para el islam tiene el cielo asegurado. Considera que el Qurán es la mejor guía para salir del error y que lo es para toda la humanidad. Consideran que ha habido diferentes revelaciones abarcando mayor número de pueblos o culturas cada vez elevándose en progresión hacia el Qurán, la más perfecta. La meta del Qurán es islamizar el mundo entero, judíos, cristianos y cualquier otro grupo incluido.
Incluso aunque haya un Cielo no es fundamental para la vida en Este Mundo. Como
Y
El islam va contra este Pacto con los hijos de Noé (Benéi Nóaj), que incluso es conocido en algunas fuentes islámicas pero muy alterado, considerándose el propio islam como sustituto natural del mismo, y de todas las posibles revelaciones. En el Qurán se afirma que Alláh no ama a los infieles (suras *30 45; *33 64) sin embargo
Es la “religión” (en realidad forma de vida) universal y primigenia anterior a todas las idolatrías.
Todo gentil nace como hijo de Noé (Ben Nóaj), son los padres los que lo cambian a las religiones llevándolo tras idolatrías que no son HaShem. La primera conversión la realizan los padres y luego el medio social y cultural. Por eso según
No cabe hablar de conversión en hijo de Noé (Ben Nóaj), no se hace, nace.
Cuando desaparecen las religiones, los mitos, las ideologías, los ídolos, sólo queda el Pacto con HaShem,
No hay dogmas de fe sino acción. El Pacto de los hijos de Noé (Benéi Nóaj) no tiene secretos. Busca la libertad, la realización personal y la felicidad. Pregunta, y habrá respuestas. No hay que conformarse con una existencia mediocre.
No se convierte a nadie sino que se “desconvierte” se retorna a HaShem haciendo teshuba.
Hay que “desconvertirse” para que un no judío sea hijo de Noé (Ben Nóaj), un monoteísta puro.
Nunca un judío o un hijo de Noé (Ben Nóaj) con el Conocimiento suficiente de la Torá podrá ser engañado con el cielo o el infierno del islam. El tráfico de almas con la venta de cielos o las amenazas infernales es patético.
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