8/22/2017

El amigo cristiano de buen corazón III-A

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El amigo cristiano de buen corazón III-A
Por Nétzaj Andújar (colaborador)
Nuestro amigo cristiano “buena gentón”, de buen, pero terco corazón, luego de intentar infructuosamente persuadir a David, su amigo judío en “El amigo cristiano de buen corazón I” y a Rut, una ex hermana en la fe, que ahora es judía en “El amigo cristiano de buen corazón II”.
Inocencio, nuestro amigo cristiano fundamentalista ha tratado dos métodos, pero ninguno le funcionó. Ni sus ayunos ni su cristo ni su fe enorme y firme ni sus oraciones han surtido efecto. Con todo se dispone a hablar con Vivencio Aguzado, un expastor evangélico que dejó el cristianismo para abrazar la Torá como noájida. Por tercera y última vez intentará en esta ocasión de persuadir a nada más y nada menos que a un expastor cristiano evangélico.
Inocencio previamente ha acordado con el expastor encontrarse en un tienda de café al estilo barista y allí tratar de conversar con él. Llega el momento del encuentro, se saludan y comienza la plática.
- Vivencio: Hola, Ino, ¿cómo estás y en que te puedo ayudar?
- Inocencio, el cristiano: Estoy bien, gloria a dios. Quisiera por favor que habláramos acerca del porqué dejó usted a cristo.
- Vivencio, el expastor: Hmmm. ¿estás seguro de que deseas hablar sobre eso? No quisiera que te ofendieras o molestaras por lo que tengo que decir al respecto.
- Cristiano: Ya he pasado por dos situaciones y pienso que ya estoy “curado de espanto”.
- Expastor: Entiendo…
- Cristiano: ¿Qué le pasa a usted? ¿Dejó a cristo por cuestiones espirituales o por cuestiones teológicas y bíblicas?
- Expastor: No dejé a cristo. Cristo es un ídolo. Los ídolos no viven, no existen. A los ídolos no se los deja, simplemente se descartan. Lo que dejé fue al sistema idolátrico que lo promueve llamado cristianismo. Muy buena pregunta la que me haces. La realidad es que estudiando bien las escrituras descubrí que el cristianismo es una cruel mentira. Y ello me llevó a abandonar a esa sugestión, esos sentimientos que me hacían creer que estaba sirviendo a un Dios real. Esos sentimientos y esa sugestión que se fomentan cuando se ha aceptado algo que uno cree que es la verdad, aunque no lo sea.
- Cristiano: ¿O sea que usted me está diciendo que todo eso que usted vivió no fue real?
- Expastor: Así es, Ino. Cuando crees que algo es real, eso toca tus sentimientos y emociones y llegas a creer que ello es producto de una experiencia espiritual y verdadera. Sin embargo la realidad es que son simplemente emociones basadas en mentiras. Por eso es importantísimo estudiar las escrituras, esencialmente las judías, para poder entender qué es y qué no es de Dios. Hay que estudiar, comparar escritos, estudiar el contexto y la Historia de las escrituras. Hay que escudriñar.
- Cristiano: Bueno, por favor, explíqueme con lujo de detalles cómo fue eso de estudiar las escrituras a tal grado que lo hizo abandonar a cristo, bueno, al cristianismo.
- Expastor: Mira, Ino, yo pensé que tendríamos una conversación ligera. Tengo mi agenda apretada hoy. Si gustas podemos encontrarnos luego con más tiempo. O si quieres, te puedo dar copias de algunos estudios que llevamos a cabo en nuestras reuniones noájidas.
- Cristiano: ¿Qué es eso de noájida?
- Expastor: En la actualidad se les llama noájidas a las personas que abrazan la Torá y al Dios de Yisrael sin convertirse al Judaísmo. Si gustas podríamos abundar acerca de ello la próxima vez.
- Cristiano: De acuerdo, nos encontraremos en otra ocasión. Pero me gustaría que me proveyera algunas copias de esos estudios.
- Expastor: Me parece perfecto. Ven conmigo ahora a casa y te las doy. Allí encontrarás todas las razones por las que decidí con felicidad, seguridad y paz abandonar el cristianismo y todo tipo de idolatría.
Como acordado, el expastor le brindó a Inocencio varias copias de estudios escriturales que revelan el fraude del cristianismo, las tergiversaciones que el cristianismo ha hecho desde siempre acerca de las escrituras judías y los disparates que la cristolatría ha predicado por 2000 años, relativos a temas como el mesías, la naturaleza del Dios de Yisrael, el concepto de pecado y mucho más.
Inocencio llega a su casa y comienza a hojear, a leer, a buscar. A continuación aparecen algunas de las muchas cosas que esos estudios revelaban, desvelaban.
Uno de los estudios asevera lo siguiente:
Éstas son las supuestas buenas nuevas que te predican los misioneros cristianos evangélicos / mesiánicos / netzarím:
1. Su “dios” no es soberano, ya que tiene un enemigo llamado Satanás; un ángel que junto a sus huestes de demonios, se rebeló y ahora es rival de su “dios”.
En el Judaísmo Dios es el creador del universo y es SOBERANO en TODO el sentido de la palabra. Dios no puede tener enemigos ni contrapartes ni segundos (buenos o malos). De otro modo no sería soberano. Dios lo llena todo. ¡Es el ÚNICO y el soberano!
Es imposible que un ángel pueda rebelarse, ya que los ángeles, arcángeles, querubines y otros seres celestiales no tienen voluntad, no tienen libre albedrío. Su naturaleza no contempla poder decidir o cambiar. El satán en el Judaísmo es un siervo de Dios y fue creado para poder brindarle al ser humano la libertad de escoger entre el bien y el mal.
El satán no puede rebelarse contra Dios. El satán sigue las pautas y ordenanzas de Dios. La naturaleza del Satán es comparable con la de los leones o tigres o cocodrilos, como cualquier otra criatura. Podrán ser peligrosos para el ser humano, pero no son enemigos de Dios.
Las religiones duales, que tienen un dios del bien y un archienemigo del mal son paganas. El cristianismo adoptó del paganismo esa creencia errada.
2. Pecado original o “caída de la humanidad”. El cristianismo, aparte de los disparates acerca del satán, también tiene “historietas de cómics” y asevera que el ser humano adquirió el pecado original y que todos nacemos con un alma manchada.
En el Judaísmo no existe tal cosa. Todo ser humano nace con un alma pura, y pura ha de regresar a su Creador.
3. El cristianismo se aferra a un sacrificio de sangre humano para apaciguar la ira de su “dios” y para poder estar “cool” con ese “dios”, tienes que aceptar ("por fe", como dicen) ese sacrificio de sangre humana.
"Si el pecador devuelve la prenda, restituye lo que ha robado, comienza a andar en los preceptos de vida sin cometer injusticia, ciertamente vivirá, no morirá." Ezequiel 33:15 יחזקאל
Para el verdadero Dios, el judío, el de Yisrael son una abominación los sacrificios humanos. El Tanaj es claro cuando dice que nadie puede morir por otros (Ezequiel 18:20) y que la sangre humana es aborrecida por Dios como ofrenda. Dios prohibe el asesinato. De hecho, en la Biblia Judía nunca se pide un sacrificio cruento para perdonar pecados. Los sacrificios en el Templo de Jerusalén (BeitHaMikdash) eran de sangre animal solamente y hasta podían ser de harina o cereal (Números 29:9). Además de que los sacrificios nunca perdonaban ni purgaban los pecados, sino que eran símbolos del arrepentimiento previo.
El Tanaj establece claramente cuál es el proceso para el perdón de los pecados:
"Lávense, límpiense, Quiten la maldad de sus obras de delante de Mis ojos. Cesen de hacer el mal. Aprendan a hacer el bien, Busquen la justicia, Reprendan al injusto, Defiendan al huérfano, Aboguen por la viuda. Vengan ahora, y razonemos," Dice el Eterno, "Aunque sus pecados sean como la grana, Como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesí, Como blanca lana quedarán.
Isaías1:16-18 ישעיהוּ
Además…
"Si el pecador devuelve la prenda, restituye lo que ha robado, comienza a andar en los preceptos de vida sin cometer injusticia, ciertamente vivirá, no morirá. Ninguno de los pecados que ha cometido le será recordado. Él ha practicado el derecho y la justicia; por lo tanto vivirá."
Ezequiel 33:15-16 יחזקאל
Cuando el Tanaj dice que “nacemos en pecado”, se refiere a la consecuencia de éste y no que nacemos con un alma manchada que requiere ser “salvada” con sangre humana derramada en una cruz o un palo.
4. El cristianismo evangélico no tiene nada sustancioso para ofrecer. Por lo tanto su prédica consiste en miedos, temores, amenazas o coerción basadas en los puntos arriba mencionados.
Nunca escucharás a un cristiano evangélico hablar de cosas sublimes o profundas o edificantes ni siquiera inteligentes. Lo más cercano a lo sublime que hablará un evangélico u otro sectario será acerca del amor, pero aún ello está supeditado a su prédica de miedos. El supuesto amor del que hablan es que su “dios” mandó a su hijo (al estilo de dioses paganos y que resulta ser él mismo) para someterse a un sacrificio de sangre humana, al estilo pagano y "salvarte" del terror del fuego infernal. Tal y como lo hacían los seguidores de Moloc, los vikingos y culturas como la azteca.
En una predicación evangélica lo que predomina es su Satanás y toda una sarta de ridiculeces y cosas absurdas. Entre esas cosas absurdas que te predicarán los misioneros cristianos está lo siguiente:
· Existe un infierno eterno. Su “dios” creó ese infierno para su Satanás, sus demonios y quienes no sean cristianos, preferiblemente evangélicos.
· Te tienes que convertir a su ídolo sacrificado al estilo pagano o te vas a ese infierno.
· Su “dios” es un secuestrador que raptará a los que hayan creído a sus locuras llamadas “buenas nuevas”. Si no estás en ese grupo, te quedarás a sufrir en la tierra. Aparte de tomar un texto de su biblia de modo fundamentalista para apoyar este disparate, también toman muchas otras cosas de modo fundamentalista. Por eso son intolerantes, fanáticos, no soportan que los no cristianos tengan los mismos derechos que ellos. Aborrecen cualquier valor moral que no se ajuste al de ellos.
· Los misioneros cristianos evangélicos tienen una obsesión con el fin del mundo. Desde hace poco más de 2000 años los cristianos han estado fascinados con ese temita. De tanto en tanto predicen hambrunas, conspiraciones de los gobiernos, microfichas obligatorias, delirios de persecución, catástrofes, etc etc etc. Predicen y predicen, pero nada se cumple. Eso no los amedrenta. De tanto en tanto vuelven a predecir y a esperar la llegada de su ídolo ensangrentado y la sucesión de toda clase de calamidades. Los hay que hasta anhelan ser los futuros mártires de su fe idólatra.
En una predicación evangélica siempre escucharás estas cosas. Los cultos cristianos tienden a ser (en el mejor de los casos) aterradores y exóticos, llenos de histerias, gritos, lloriqueos, "emocionalismos", balbuceos a los que llaman "lenguas" y "profecías", y sugestiones para que al final, si no estás bien informado, te espantes y corras a la tarima a “entregarte” y convertirte a su mesías-ídolo sacrificado.
Ah claro, te dirán que te están evangelizando y que lo que te ofrecen son “buenas nuevas”.
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