1/08/2023

Isaías 53 y los comentarios rabínicos.

BS"D


Por Irving Gatell,

colaborador.


Últimamente, varias personas me han puesto varias citas rabínicas sobre Isaías 53. Las mismas SE HAN REHUSADO a contestarme algunas preguntas elementales que he hecho al respecto. El panorama es el que sigue:

a) Yo digo que Isaías 53 habla de Israel

b) Ellos dicen que habla del Mesías

c) Yo apelo a que el propio Isaías siempre identifica al Siervo -protagonista en el capítulo 53- como Israel

d) Ellos apelan a que varios rabinos identificaron a ese Siervo como el Mesías

En términos estrictos, los puntos b) y d) son correctos: Isaías identifica al Siervo como Israel, y varios rabinos lo identifican como el Mesías. La pregunta obligada, entonces, es: ¿se contradicen Isaías y los rabinos? Y la respuesta parece obvia: sí. Sigue otra pregunta lógica: ¿a quién le crees: a Isaías o a lo rabinos?


Estas son las preguntas que no me han querido responder, por razones obvias. Lo que más molesta en este caso es que aflora una terrible incoherencia en la postura de Mesiánicos y Nazarenos: generalmente, se dedican a denostar la tradición rabínica, apelando a que ésta DISTORSIONÓ el sentido de la Torá y pervirtió al Judaísmo.


Pero en este caso apelan a esa tradición que normalmente critican. Y LO MÁS RIDÍCULO, es que lo hacen en un caso donde PARECIERA evidente esa distorsión: Isaías dice “el Siervo es Israel”, los rabinos dicen otra cosa.


Ah, pero en este caso sí hay que hacerle caso a los rabinos y no a Isaías. ¿Por qué? Porque creen que les conviene. Porque les gusta. Porque se les pega la gana. Porque esa es su constante: la arbitrariedad.


Pero dejemos los temas penosos y vamos al análisis del asunto, porque la realidad es que los rabinos no contradicen lo que dice Isaías. Simplemente, enfocan el tema en un estilo muy propio de la tradición rabínica, que tiene sus características particulares, mismas que le resultan completamente incomprensibles a Mesiánicos y Nazarenos, atados INEVITABLEMENTE a los métodos de interpretación bíblica propios del Cristianismo.


Se trata, simplemente, de entender QUÉ DICE EL TEXTO, y después CÓMO USA ESA INFORMACIÓN EL JUDAÍSMO.


Una cosa es definitiva: NO LA USA COMO EL CRISTIANISMO. Y allí es donde nuestros amigos Mesiánicos y Nazarenos se atoran, porque no conocen otro modo de interpretar la Biblia que el cristiano.


Entonces, empecemos por repasar los aspectos históricos relacionados con Isaías 53, porque de allí surgen varios conceptos importantes para entender el pasaje correctamente, para entender lo que los rabinos opinaron sobre ese pasaje, y para entender lo que el Cristianismo enseña por su parte.


ISAÍAS 53 EN LA HISTORIA

De acuerdo con la perspectiva tradicionalista, Isaías 53 se escribió en el siglo VIII AEC; según la Crítica Textual Bíblica, en el siglo VI AEC.

Pero una cosa es definitiva: el primer texto judío en donde el protagonista de Isaías 53 fue identificado como “el Mesías”, es el Targum Pseudo-Jonatán, escrito a mediados del siglo II EC.

Entonces, tenemos un lapso de tiempo que va de 700 a 900 años en el que NINGÚN AUTOR JUDÍO identificó a Isaías 53 como un texto relacionado con el Mesías. Y, por cierto, la literatura judía en ese lapso es abundante: desde los últimos textos de la Biblia (como Zacarías, Malaquías, Cantar de los Cantares o Daniel), pasando por toda la literatura de Qumrán, así como los escritos de Filón de Alejandría.

En ningún lugar aparecen indicios de que alguien haya entendido a Isaías 53 como una profecía mesiánica.

La pregunta obligada es: ¿por qué esa idea aparece en el Targum Pseudo-Jonatán? Para contestar, hay que hacer algunas especificaciones sobre este Targum.

EL TARGUM PSEUDO-JONATÁN E ISAÍAS 53

El texto del Targum es el siguiente:

מַן הֵימֵין לִבסוֹרְתַנָא דָא וֻתקוֹף דְרָע גְבוּרְתָא דַיוי כְדֵין עַל מַן אִתגְלִיאַת׃

(1) 20:35 וְיִתרַבַא צַדִיקַיָא קְֹדָמוֹהִי הָא כְלַבלַבִין דְפָרַן וֻכאִילָן דִמשַלַח שוּרשוֹהִי עַל נִגדִין דְמַיִין כֵין יִסגְיָן תוֹלְדָת קוּדשָא בְאַרעָא דַהֲוָת צָרִיכָה לֵיה לָא חַזוֵיה חוּלָאחִזוֵיה וְלָא אֵימְתֵיה אֵימַת הִדיוֹט וִיהֵי זִיו קוּדשָא זִיוֵיה דְכָל דְיִחזֵינֵיה יִסתַכַל בֵיה׃

(1) 30:35 בְכֵין יְהֵי לְבוּסרָן וְיִפסוּק״וְיַפסֵיק#2#״ יְקָר כָל מַלכְוָתָא יְהוֹן חַלָשִין וְדָווַן הָא כַאְנָש כֵיבִין וֻמזָמַן לְמַרעִין וֻכמָא דַהֲוָת מְסַלְקָא אַפֵי שְכִינְתָא מִנַנָא בְסִירִיןוְלָא חְשִיבִין׃

(1) 40:35 בְכֵין עַל חוֹבַנָא הוּא יִבעֵי וַעְוָיָתַנָא בְדִילֵיה יִשתַבקָן וַאְנַחנָא חְשִיבִין כְתִישִין מַחָן״מָחַן#2#״ מִן ק יוי וֻמעֻנַן׃

(1) 50:35 וְהוּא יִבנֵי בֵית מַקדְשָא דְאִיתַחַל בְחוֹבַנָא אִתמְסַר בַעְוָיָתַנָא וֻבאֻלפָנֵיה שְלָמָא״שְלָמֵיה#2#״ יִסגֵי עְלַנָא וֻבִידִנתִינוֹהִי״וֻבִדנִתנְהֵי#2#״וכדנתינהי#3#״לְפִתגָמוֹהִי חוֹבַנָא יִשתַבקוּן לַנָא׃

(1) 60:35 כוּלַנָא כְעָנָא אִתבַדַרנָא גְבַר לָקְֹבֵיל אוֹרחֵיה גְלֵינָא וֻמִן קֻ יוי הְוָת רַעְוָא לְמִשבַק חוֹבֵי כוּלַנָא בְדִילֵיה׃

(1) 70:35 בָעֵי וְהוּא מִיתָבַב״מִיתוֹתַבְ#2#״ וְעַד לָא פָתַח פוּמֵיה מִתקַבַל תַקִיפֵי עַמְמַיָא כְאִימְרָא לְנִכסְתָא יִמסַר וֻכרַחלָא דִקְֹדָם גָזְזַהָא שָתְקָא וְלֵית לְקִבלֵיהדְפָתַח״פָתַח#2#״ פוּמֵיה וֻממַלֵיל מִלָא׃

(1) 80:35 מִיִסוּרִין וֻמִפוֹרעָנוּ יְקָרֵיב גָלְוָתַנָא פְרִישָן דְיִתעַבדָן לַנָא בְיוֹמוֹהִי מַן יִכוֹל לְאִשתְעָאָה אְרֵי יַעדֵי שוּלטָן עַמְמַיָא מֵאַרעָא דְיִשׂרָאֵל חוֹבִין דְחָבוּ עַמִי עַד לְוָתְהוֹןיִמטֵי׃

(1) 90:35 וְיִמסַר יָת רַשִיעַיָא לְגֵיהִנָם וְיָת עַתִירֵי נִכסַיָא דַאְנַסוּ בְמוֹתָא דְאַבדָנָא בְדִיל דְלָא יִתקַייְמוּן עָבְדֵי חִטאָה וְלָא יְמַלְלוּן נִכלִין״נִכסִין#2#״ בְפוּמְהוֹן׃

(1) 01:35 וֻמִן קְֹדָם יוי הְוָת רַעְוָא לְמִצרַף וֻלדַכָאָה יָת שְאָרָא דְעַמֵיה בְדִיל לְנַקָאָה מֵחוֹבִין נַפשְהוֹן יִחזוֹן בְמַלכוּת מְשִיחְהוֹן יִסגוֹן בְנִין וֻבנָן יוֹרְכוּן יוֹמִין וְעָבְדֵי אוֹרָיתָאדַיוי בִרעוּתֵיה יַצלְחוּן׃

(1) 11:35 מִשִעבוּד עַמְמַיָא יְשֵיזֵיב נַפשְהוֹן יִחזוֹן בְפוֹרעָנוּת סָנְאֵיהוֹן יִסבְעוּן מִבִזַת מַלכֵיהוֹן בְחָכמְתֵיה יְזַכֵי זַכָאִין בְדִיל לְשַעבָדָא סַגִיאִין לְאוֹרָיתָא וְעַל חוֹבֵיהוֹן הוּאיִבעֵי׃

(1) 21:35 בְכֵין אְפַלֵיג לֵיה בִיזַת עַמְמִין סַגִיאִין וְיָת נִכסֵי כַרכִין תַקִיפִין יְפַלֵיג עְדָאָה חְלָף דִמסַר לְמוֹתָא נַפשֵיה וְיָת מָרוֹדַיָא שַעבֵיד לְאוֹרָיתָא וְהוּא עַל חוֹבִין סַגִיאִיןיִבעֵי וֻלמָרוֹדַיָא יִשתְבֵיק בְדִילֵיה״לֵיה#2#״׃

“He aquí, mi siervo el Mesías prosperará. Será grande y crecerá y será muy fuerte.

La casa de Israel mirará a él durante varios días, porque su pacto (en el original, en plural) fue oscurecido entre las naciones, y su aspecto de entre los hijos de los hombres.

Entonces, él dispersará a mucha gente. Delante de él, los reyes callarán y pondrán una mano sobre su boca, porque aquello que no les fue dicho, lo verán, y lo que no escucharon, lo observarán.

¿Quién ha creído estas nuestras buenas noticias? Y la fuerza del poderoso brazo del Señor, ¿sobre quién se ha revelado?

El justo crecerá delante de él, como botones de flor, y como árbol que extiende sus raíces junto a corrientes de agua, se hará grande. Una generación santa en la tierra que lo necesitaba. Su pacto no profanará pacto, y el terror ante él no será el terror ante el hombre común. Su complexión será una complexión santa, y todos los que lo vean lo verán con nostalgia.

Entonces será despreciado, y será cortado de la gloria de todos los reinos. Será postrado y enlutado, como un hombre de penas, y como alguien destinado a la enfermedad. Y así como cuando la presencia de D-os fue quitada de entre nosotros, él será despreciado y sin estima.

Entonces, por nuestros pecados orará, y nuestras iniquidades serán perdonadas por su causa, aunque nosotros fuimos lastimados, heridos de delante del Señor y afligidos.

Pero él reconstruirá el Templo, que fue manchado por nuestros pecados y entregado al enemigo por nuestras iniquidades. Y por su instrucción la paz crecerá entre nosotros, y por la devoción a sus palabras, nuestros pecados serán perdonados.

Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada uno se fue por su propio camino, pero fue el buen deseo del Señor perdonar nuestros pecados por su causa.

Oró, y le respondieron, y antes de que abriera su boca fue aceptado. A los poderosos de las naciones entregará como ovejas al matadero, y como oveja inocente a sus trasquiladores. No habrá ninguno delante de él que abra su boca o que diga una palabra.

De prisiones y castigos liberará a nuestros cautivos. Y las maravillosas cosas que se harán con nosotros en sus días ¿quién las contará? Porque él hará que el dominio de los gentiles sobre la tierra de Israel terminé, y pasara a ellos los pecados que haya cometido mi pueblo.

Él entregará a los malos al Gehinom, y a los que son ricos en posesiones a la muerte y la destrucción, para que aquellos que cometen pecados no sean establecidos, y que no hablen engaños con su boca.

Pero es el buen deseo del Señor traer y purificar al remanente de su pueblo, así como limpiar sus almas de pecado. Ellos verán en el reino de su Mesías a sus hijos a sus hijas multiplicarse, y multiplicarán sus días, y aquellos que guarden la Torá del Señor prosperarán con gusto.

Porque de la sujeción a las naciones él liberará sus almas, y verán el castigo de aquellos que los odian, y serán satisfechos con la caída de sus reyes. Por su esperanza traerá a los inocentes libres de culpa, para traer a muchos al a obediencia de la Torá, y por sus pecados intercederá.

Entonces, pondré para él la caída de muchas naciones, y la posesión de fuertes ciudades él repartirá como botín, porque entregó su alma hasta la muerte, e hizo a los rebeldes sujetarse a la Torá. Intercederá por muchos pecados, y los rebeldes por su causa serán perdonados.”


Toda la posibilidad de la controversia surge de la primera frase: “He aquí mi Siervo el Mesías...”.

Para los defensores de Isaías 53 como profecía mesiánica, esa es la idea fundamental con la que queda claro que el Siervo del Señor (personaje que aparece a lo largo de la sección que abarca los capítulos 40-55 de Isaías) es el Mesías.


Pero se trata de un detalle bizarro en el Targum, porque Isaías identifica a ese Siervo como Israel en varias ocasiones:


“Pero tú, Israel, Siervo mío eres...” (Isaías 41:8) 

“¿Quién es ciego, sino mi Siervo? ¿Quién es sordo, como mi mensajero que envié? ¿Quién es ciego como mi escogido, y ciego como el Siervo del Señor?” (Isaías 42:19) 

“Vosotros sois mis testigos, y mi Siervo que yo escogí...” (Isaías 43:10) 

“Ahora pues, oye, Yaacov, Siervo mío...” (Isaías 44:1) 

“Acuérdate de estas cosas, oh Yaacov e Israel, porque mi Siervo eres...” (Isaías 44:21) 

“Por amor de mi Siervo Yaacov, y de Israel mi escogido...” (Isaías 45:4) 

“Mi Siervo eres, oh Israel, porque en ti me gloriaré...” (Isaías 49:3)


Entonces, con todo este antecedente PRECISO y EXPLÍCITO, resulta obvio que cuando en Isaías 52:13 (donde realmente empieza el discurso que se extiende a lo largo de todo el capítulo 53) encontramos las palabras “He aquí, mi Siervo será prosperado...”, se refiere a Israel, porque así como hay muchos versículos que DIRECTAMENTE identifican a Israel como el Siervo, NO HAY UNO SOLO que identifique al Mesías como el Siervo.


¿Por qué la confusión, entonces?

Por el Targum Pseudo-Jonatán, primer documento judío que identifica al Siervo como el Mesías.

Y aquí sucede algo extraño: generalmente, Mesiánicos y Nazarenos acusan al Judaísmo de haber torcido la Escritura. Y, aparentemente, este debería ser uno de los casos más evidentes: Isaías repite, insiste, recalca vez tras vez QUE EL SIERVO ES ISRAEL, y de repente, 700 o 900 años después aparece un rabino y dice que es el Mesías.

Pero, extrañamente, en este caso los Mesiánicos y Nazarenos optan por darle la razón al rabino y dejar en el bote de la basura lo que dice Isaías, bajo la premisa de que “el Targum dice que el Siervo es el Mesías; por lo tanto, es el Mesías”.

Regresemos al texto del Targum. En realidad, se trata de un texto bastante bizarro. Voy a poner tres ejemplos en donde el Targum SE ALEJA definitivamente del texto bíblico:

Primer caso: Isaías repite varias veces “el Siervo es Israel”; el Targum dice “he aquí, mi Siervo el Mesías”.

Segundo caso: Isaías 53 menciona ciertas características del Siervo, y no hay duda que CORRESPONDEN AL SIERVO. Sin embargo, el Targum SE LAS APLICA A ISRAEL. Por ejemplo, Isaías 52:14 dice “como se asombraron de ti muchos, de tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosuara más que la de los hijos de los hombres”, refiriéndose al Siervo. Pero el Targum dice: “La casa de Israel mirará a él durante varios días, porque su pacto fue oscurecido entre las naciones, y su aspecto de entre los hijos de los hombres”. Entonces, aunque en el texto bíblico es el Siervo quien sufre el desfiguro, en el Targum es Israel.


El otro caso es todavía más extraño: en el versículo 4, Isaías dice que “ciertamente, él llevó nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores, y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de D-os y abatido”. Pero el Targum dice: “Entonces, por nuestros pecados orará, y nuestras iniquidades serán perdonadas por su causa, aunque nosotros fuimos lastimados, heridos de delante del Señor y afligidos”. Está claro que las cualidades de “azotado, herido de D-os y abatido” corresponden al Siervo en el texto bíblico; por lo tanto, si el Targum dice que el Siervo es el Mesías, estas característicias deberían corresponderle; pero el autor se va por otro lado, y dice que “aunque nosotros fuimos lastimados, heridos de delante del Señor y afligidos”, refiriéndose claramente a Israel.


Tercer caso: Isaías 53:7 dice que el Siervo “...como cordero fue llevado al matadero, y como oveja delante de sus trasquiladores enmudeció, y no abrió la boca”. Pero el Targum dice: “A los poderosos de las naciones entregará como ovejas al matadero, y como oveja inocente a sus trasquiladores. No habrá nadie delante de él que abra su boca o que diga una palabra”.

Es increíble. En este fragmento, el contenido bíblico está radicalmente distorsionado: mientras que para Isaías es el Siervo quien va mudo hacia su propia muerte, en el Targum, el Siervo-Mesías conduce a sus enemigos mudos hacia la muerte.

Entonces, lo primero que se hace evidente es que el Targum se trata de una traducción extremadamente libre del texto hebreo al arameo. Si faltan pruebas, revisen esta: Isaías 53:5 dice “mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados...”. Pero en ese punto, el Targum traduce: “Pero él reconstruirá el Templo, que fue manchado por nuestros pecados y entregado al enemigo por nuestras iniquidades”.


¿En qué lugar habló Isaías de la reconstrucción del Templo? En ninguno. Pero si debemos aceptar que el Siervo es el Mesías porque el Targum dice que es el Mesías, entonces también debemos aceptar que Isaías habla de la reconstrucción del Templo porque el Targum así lo dice. Y de paso, que los que irán a la muerte mudos y desprotegidos serán los enemigos del Mesías, no el Mesías.


¿Qué es lo que sucede con este Targum, que altera de un modo tan evidente y radical el contenido original del texto bíblico?


Para los especialistas no existen demasiadas dudas: la simple lectura del Targum muestra que aquí se nos habla de un Mesías guerrero, repentinamente caído en desgracia, y que será restaurado como líder victorioso de manera milagrosa.


Entonces, el hecho de que este Targum se haya elaborado hacia mediados del siglo II nos explica lo que sucede: aquí se está hablando idealizadamente de Simeón bar Kojba, y es evidente que el autor del Targum tenía la esperanza de que pese a las primeras derrotas, Bar Kojba terminara derrotando a los romanos. Gracias a ello, podemos ser más precisos para fechar el Targum: debió elaborarse hacia el año 135, después de que los romanos recuperasen Jerusalén y Bar Kojba se viera obligado a replegarse hacia Betar, y antes de la derrota definitiva, en la que el propio Bar Kojba murió.


Sólo así se pueden entender las múltiples contradicciones entre el Targum y el texto original de Isaías: el Targum NO PRETENDE INTERPRETAR LO QUE DICE ISAÍAS, sino que PRETENDE INTERPRETAR LO QUE LE ESTABA SUCEDIENDO A BAR KOJBA.


De aquí, específicamente, es de donde surge la idea judía de un Mesías Sufriente. Pero hay que decir algo: es una idea muy diferente a la del Cristianismo.


EL MESÍAS SUFRIENTE EN LAS TRADICIONES JUDÍA Y CRISTIANA

Para el Cristianismo, el asunto es simple: Isaías 53 profetizó el perfil sufriente y de mártir del Mesías, y nos presenta a un personaje amable y apacible, mudo ante las injusticias que cometen en su contra, justamente porque su objetivo es entregar su vida por la redención de Israel.


El Judaísmo JAMÁS SE EXPRESÓ DEL MESÍAS EN ESOS TÉRMINOS. O, para ser más preciso, jamás se expresó del Mesías del Linaje de David en esos términos. Para poder asimilar las ideas del Targum Pseudo-Jonatán, construyeron otra figura, más o menos artificial, donde proyectar el perfil de un Mesías Sufriente: el Mesías de Yosef.


Ahora bien: para el Judaísmo, este tipo de ideas no se pueden inventar de la nada. Tienen que tener un sustento bíblico, por pequeño que sea.


Sorprendentemente para muchos, Isaías 53 NO FUE EL SUSTENTO BÍBLICO para la idea del Mesías Sufriente del Linaje de Yosef. El sustento es Zacarías 12:10, que habla de un “traspasado” durante una batalla para liberar a Jerusalén de sus enemigos.


Zacarías no menciona que este “traspasado” sea un Mesías, pero la tradición judía POSTERIOR AL TARGUM PSEUDO-JONATÁN así lo perfiló. Entonces, la idea final -bastante rústica- fue, en resumen, la siguiente: el Mashiaj ben Yosef, un líder guerrero, morirá en batalla e Israel guardará un luto nacional por él, tal y como lo profetiza Zacarías 12:10-14. Luego, el Mashiaj ben David hará su aparición y derrotará a los enemigos de Israel, para establecere como rey de los judíos.


¿Por qué el Judaísmo asoció a Yosef con el Mesías mártir y sufriente? Por un razonamiento bastante lógico aunque evidentemente arbitrario: Jeroboam, el responsable de la división de Israel después de la muerte de Salomón, era de la tribu de Efraim, y estableció su capital en Samaria, en territorio de Efraim. Por lo tanto, si Efraim fue el responsable de la división de Israel, Efraim es quien tiene que unificar a Israel en el futuro. Y de eso habla la profecía de Zacarías 12:10-14: tras la muerte de este guerrero “traspasado”, el texto dice que el llanto y el lamento unirá en una sola expresión de dolor al Linaje del Rey David, a los descendientes de la Casa de Levi (la casta sacerdotal), y a “todos los otros linajes” (el resto de Israel).


De allí dedujeron los antiguos sabios que este guerrero tendría que ser de la tribu de Efraim.

Como puede verse, la doctrina cristiana sobre el Mesías Sufriente NO TIENE NINGUNA SIMILITUD con las creencias judías.

Una cosa más: como ya se dijo, en términos estrictos NO HAY FUNDAMENTO BÍBLICO para hablar de un Mesías Sufriente, o de un Mesías del Linaje de Yosef (o tribu de Efraim). Esos conceptos JAMÁS son mencionados explícitamente en el texto bíblico. Son, a lo mucho, UNA DEDUCCIÓN.


Por ello, el Judaísmo JAMÁS ha aceptado esto como una creencia en forma, y generalmente se le da un mero sentido simbólico (que explicaré más adelante).


LOS TEXTOS RABÍNICOS DONDE SE IDENTIFICA AL SIERVO DE ISAÍAS 53 COMO EL MESÍAS


Frecuentemente me citan textos rabínicos donde se dice que Isaías 53 habla del Mesías. Al respecto, hay que comenzar con algunas precisiones obligadas:

a) Quienes citan a esos rabinos, son cristianos que intentan demostrar que Jesús es el Mesías. 

b) Los rabinos citados NO CREÍAN QUE JESÚS FUERA EL MESÍAS.

Eso, por sí sólo, evidencia que algo anda mal en el argumento. Y el punto es simple: aunque haya una similitud DE PALABRAS (“Isaías 53 habla de los sufrimientos del Mesías”), ¿existe UNA SIMILITUD DE IDEAS?


Es obvio que no: los rabinos que hablaron de los sufrimientos del Mesías basándose en Isaías 53 HABLABAN DEL MESÍAS SUFRIENTE, un personaje DIFERENTE al Mesías del Linaje de David.


Está claro en la cita de Raphael Patai tomada de su investigación sobre los textos mesiánicos: “La Hagadá, la leyenda Talmúdica, sin titubeos lo identifica con el Mesías, y entiende especialmente las descripciones de estos sufrimientos como refiriéndose al Mesías ben Yosef”. 


SIEMPRE que la tradición judía habla de un Mesías que sufre y muere por la redención de Israel, SE REFIERE AL MASHIAJ BEN YOSEF. Por lo tanto, toda la posibilidad de identificar a Jesús de Nazaret allí QUEDA ANULADA, porque la pretensión del Nuevo Testamento es que Jesús es el MASHIAJ BEN DAVID.

Entonces, tenemos lo siguiente:

a) Las fuentes judías hablan de algo DISTINTO a las creencias cristianas; mientras éstas hablan de un Mesías del Linaje de David que viene a morir y sacrificarse por los demás, el Judaísmo dice que eso le corresponde al Mesías del Linaje de Yosef, NO AL DEL LINAJE DE DAVID. 

b) Los cristianos DESCONTEXTUALIZAN y TERGIVERSAN estas fuentes judías para intentar demostrar que el Judaísmo acepta que Isaías 53 habla del Mesías.

En el exceso de la MANIPULACIÓN, incluso dicen que el primero en identificar al Siervo de Isaías con Israel, fue Rashi (rabino medieval). Falso: Orígenes de Alejandría dio testimonio de que los judíos de su época (siglos II y III) ya tenían bien clara esta creencia, y en realidad el primero en decir que el Siervo es Israel fue... Isaías.


A lo largo de mis ya varios años debatiendo este tema, me sorprende la facilidad con la que muchos cristianos simplemente TIRAN A LA BASURA la evidencia bíblica. Les he citado los textos de Isaías donde el propio profeta dice “mi Siervo eres, oh Israel...”, y de todos modos me insisten: “...el primero en decir eso fue Rashi...”, en un simpático gesto de necedad.


Ahora bien: hay otra pregunta obligada que sigue pendiente. ¿Por qué, si Isaías es tan explícito en decir que el Siervo es Israel, hubo rabinos que dijeron que es el Mesías?


SUFRIMIENTO Y REDENCIÓN EN LA PERSPECTIVA DEL EXILIO

Una cosa es definitiva, por mucho que moleste a tantos cristianos: la idea de que Isaías 53 habla de los sufrimientos de algún Mesías ES UNA IDEA PROPIA DEL JUDAÍSMO EN EL EXILIO. Como ya mencioné, el primero en plantearla fue un autor anónimo que estaba intentando explicar las derrotas de Bar Kojba. Antes de él, NADIE EN ABSOLUTO había hablado de un Mesías Sufriente.


La creencia en un Ungido de D-os que sufre y muere, y con ello abona en la redención de Israel, SÓLO APARECIÓ HASTA QUE ISRAEL EMPEZÓ A VIVIR SU ETAPA MÁS ANGUSTIOSA después de la fallida rebelión de Bar Kojba. No antes.


¿Y por qué esta idea? Porque hay una relación intrínseca entre los conceptos de sufrimiento y redención. De hecho, TODO ISAÍAS 40-55 está enfocado en esa relación, y el capítulo 53 es bastante coherente con el resto del discurso. Lo sobresaliente es que A LO LARGO DE TODO ESE DISCURSO, JAMÁS SE MENCIONA AL MESÍAS.


Por ejemplo, donde se es más específico respecto al perdón de los pecados de Israel, dice así: “No me trajiste los animales de tus holocaustos, ni me honraste con tus sacrificios; no te hice servir con ofrenda, ni te hice fatigar con incienso; no compraste para mí caña aromática, ni me saciaste con la grosura de tus sacrificios, sino que pusiste sobre Mí la carga de tus pecados, me fatigaste con tus maldades. YO, YO SOY EL QUE BORRO TUS REBELIONES POR AMOR DE MÍ MISMO, Y NO ME ACORDARÉ DE TUS PECADOS” (Isaías 43:23-25).


Isaías NO PUEDE SER MÁS CLARO: el perdón de los pecados de Israel NO SE HA LOGRADO POR MEDIO DE SACRIFICIOS. Por lo tanto, Isaías 53 NO PUEDE ESTAR HABLANDO DE LOS SACRIFICIOS DEL MESÍAS PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS DE ISRAEL.


¿De qué habla, entonces? Del sufrimiento como parte de la REDENCIÓN de Israel. Pero entendamos REDENCIÓN en la perspectiva judía, no en la cristiana: para todo Isaías 40-55, la REDENCIÓN consiste en la restauración de Judea y Jerusalén. Todo el discurso está dirigido a los exiliados en Babilonia que estaban a punto de regresar a restaurar el país.


¿Y a los sufrimientos de quién se refiere? En el capítulo 40, en el propio inicio del discurso, la idea es perfectamente clara: “Hablad al corazón de Jerusalén y decidle que su tiempo se ha cumplido, QUE SU PECADO ES PERDONADO, QUE DOBLE HA RECIBIDO DE LA MANO DEL SEÑOR por todos sus pecados...” (Isaías 40:2). La idea es clara: LOS PROPIOS SUFRIMIENTOS DE ISRAEL han expiado las culpas de Israel.


Por eso, la única lógica que puede haber en Isaías 53 -los sufrimientos del Siervo para redimir a Israel- es que el Siervo es Israel.


¿Por qué? En cuanto a lo inmediato, porque en ese mismo discurso Isaías dice que NINGÚN SACRIFICIO fue usado para perdonar a Israel; en segunda, porque Isaías dice que el Siervo que sufre es Israel. Y en última instancia -la más importante- porque la Torá dice que NADIE PUEDE MORIR POR LOS PECADOS DE OTRO (Deuteronomio 24:16).


Por lo tanto, SÓLO ISRAEL PUEDE PAGAR LOS PECADOS DE ISRAEL. Por lo tanto, el Siervo que sufre para redimir y expiar las culpas de Israel ES ISRAEL, porque SÓLO PUEDE SER ISRAEL.


Ahora bien: esos son los elementos del discurso EN SU CONTEXTO ORIGINAL: el siglo VI AEC, cuando a partir del año 539 AEC, los judíos antiguos recibieron la autorización para reconstruir su país.


Pero ese contexto YA PASÓ. El significado CONCRETO de Isaías 53 pertenece AL PASADO, no al futuro en el que apareció Jesús.


De hecho, el Judaísmo tiene perfectamente claro que Isaías 53 NO ES UN PROFECÍA MESIÁNICA, porque ni siquiera es una profecía. El lenguaje es claro: allí se habla de ALGO QUE SE ESTÁ VIVIENDO EN ESE MOMENTO, y por todas las referencias cronológicas que el propio texto da, sabemos que ese momento fue el del fin del exilio en Babilonia.


Entonces, cuando varios rabinos TODOS ELLOS POSTERIORES AL SIGLO II tomaron elementos de este pasaje y dijeron que “anunciaban los sufrimientos del Mesías”, estaban conscientes de que el sentido original de Isaías 53 YA ESTABA RESUELTO. Ellos estaban hablando para otra generación y bajo otras circunstancias, pero respetando un principio de interpretación bíblica: KAL VAJOMER, como es en lo general, es en lo particular (y viceversa).


Por eso, si Isaías -hablando del fin del exilio en Babilonia en el siglo VI AEC- estableció que hay una relación entre los sufrimientos y la redención (en su caso, entre los propios sufrimientos de Israel y la redención de Israel), se deduce que para que llegue la REDENCIÓN FINAL, también habrá un SUFRIMIENTO FINAL, y afirmaron que esta vez no sólo sería el de Israel, sino también el de un Ungido de D-os: el Mashiaj ben Yosef.


Por eso, recurrieron a Zacarías 12:10 para identificar al personaje CUYOS SUFRIMIENTOS Y MARTIRIO SE REFLEJAN EN LA REDENCIÓN FINAL DE ISRAEL.


Entonces, el nivel jerárquico de los textos es el siguiente: Zacarías 12:10 es el que nos da el perfil del Mesías Sufriente, proveniente del Linaje de Yosef; Isaías 53 sólo nos aclara algunas características de su sufrimiento.


El resultado es obvio, y las diferencias contundentes saltan a la vista:


a) Mientras que la tradición judía habla de los sufrimientos de un Mesías de la tribu de Efraim, el Cristianismo habla de los sufrimientos del Mesías de la tribu de Yehudá. 

b) Mientras que la tradición judía entiende la redención generada por el sufrimiento como LA RESTAURACIÓN NACIONAL, el Cristianismo entiende la redención como EL PERDÓN DE LOS PECADOS. 

c) Mientras que la tradición judía respeta lo establecido por la Torá respecto a que NADIE PUEDE MORIR POR LOS PECADOS DE OTRO, el Cristianismo insiste en que el Mesías murió por nuestros pecados. 

d) Mientras que la tradición judía habla de los sufrimientos de un guerrero que morirá en una batalla por liberar Jerusalén, el Cristianismo habla de los sufrimientos de un hombre pacífico crucificado durante la dominación romana de Judea. 

e) Mientras que la tradición judía entiende que el significado inmediato de Isaías 53 corresponde a un evento del siglo VI AEC, pero sirve para aclarar ideas sobre la futura redención plena de Israel, el Cristianismo cree que Isaías 53 fue escrito concretamente para profetizar un evento ocurrido siglos después. 

f) Mientras que la tradición judía entiende que hay una relación indisoluble entre los sufrimientos y la restauración de Israel, el Cristianismo cree que el Mesías vino y sufrió, pero sin que eso se tradujera en la restauración de Israel.


Es decir: TODO ES DISTINTO. Y más aún: PUNTO POR PUNTO, Mesiánicos y Nazarenos SE SOMETEN A LOS PUNTOS DE VISTA CRISTIANOS.


Por eso, cuando aparece alguien y me pone citas y citas de rabinos y rabinos donde dice “Isaías 53 habla del Mesías...”, me da un poco de risa.

Lo único que se hace evidente es la total ignorancia en la materia, bajo la falsa premisa de que uno puede leer un texto bíblico y así, nada más, entenderlo.

¿Quieren entender textos escritos hace 2600 años? Ni modo: hay que sentarse a estudiar Historia, mucha Historia, para no andar diciendo necedades y confundir los puntos de vista judíos con los puntos de vista cristianos.


CONCLUSIONES

Para refutar estas ideas, mis oponentes tendrán que probar lo siguiente:

1. Que hubo autores judíos (por lo menos uno) que entre los siglos VI AEC y I EC identificaron al Siervo como el Mesías.

2. Que hubo autores judíos (por lo menos uno) que hablaron del Mesías del Linaje de David como un Mesías Sufriente y mártir que MUERE por su pueblo.

Básicamente, eso. Todas las premisas de mi exposición se desmoronarían con eso (no se pueden quejar: les estoy ahorrando el trabajo de pensar y pensar).

Pero, para ello, el asunto tiene que ser PRECISO. Una cita textual no se lleva más de un párrafo. Si la respuesta y las objeciones vienen en más de dos, tres o cuatro párrafos, es porque NO EXISTEN las citas precisas que estoy pidiendo, y no hay más remedio que recurrir a la demagogia.

Pero sea: me siento a esperar la refutación.



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