11/11/2011

Venciendo a los "gigantes"


שמואל א פרק יז

מה וַיֹּאמֶר דָּוִד, אֶל-הַפְּלִשְׁתִּי, אַתָּה בָּא אֵלַי, בְּחֶרֶב וּבַחֲנִית וּבְכִידוֹן; וְאָנֹכִי בָא-אֵלֶיךָ, בְּשֵׁם יְהוָה צְבָאוֹת, אֱלֹהֵי מַעַרְכוֹת יִשְׂרָאֵל, אֲשֶׁר חֵרַפְתָּ. מו הַיּוֹם הַזֶּה יְסַגֶּרְךָ יְהוָה בְּיָדִי וְהִכִּיתִךָ, וַהֲסִרֹתִי אֶת-רֹאשְׁךָ מֵעָלֶיךָ, וְנָתַתִּי פֶּגֶר מַחֲנֵה פְלִשְׁתִּים הַיּוֹם הַזֶּה, לְעוֹף הַשָּׁמַיִם וּלְחַיַּת הָאָרֶץ; וְיֵדְעוּ, כָּל-הָאָרֶץ, כִּי יֵשׁ אֱלֹהִים, לְיִשְׂרָאֵל. מז וְיֵדְעוּ כָּל-הַקָּהָל הַזֶּה, כִּי-לֹא בְּחֶרֶב וּבַחֲנִית יְהוֹשִׁיעַ יְהוָה: כִּי לַיהוָה הַמִּלְחָמָה, וְנָתַן אֶתְכֶם בְּיָדֵנוּ.




El relato de la victoria de David (דוד) sobre Goliat (גלית) y los filisteos, en 1 שמואל / Samuel 17, no solo fue de vital importancia para el pueblo de Yisrael en aquella época, sino que también cobra vital importancia hoy para nosotros los judíos, como
verdadero pueblo de Dios que seguimos siendo.

A lo largo de nuestra historia, muchas veces nos enfrentamos a situaciones, grupos, religiones, inquisiciones (católicas y protestantes / evangélicas), gobernantes genocidas difíciles y aparentemente imposibles de superar. Ellos se levantan contra nosotros intentando, no solo afectarnos en lo terrenal, sino también en lo espiritual.


Estos “gigantes” tienen una sola misión: Eliminarnos como pueblo de la faz de la Tierra y desaparecer nuestra senda espiritual, a fin de poder implantar sus conceptos errados sobre religion, política, etc.


Aparte del islám, el judaísmo encuentra un gran enemigo en los misioneros cristianos / mesiánicos / netzarím, etc.


El primero es un gigante conformado por millones de musulmanes a los que se les enseña a odiar a los judíos, especialmente a los israelíes. Al punto de que han llegado a crear una nacionalidad “palestina” ficticia, con tal de presionar al mundo a descalificar la existencia del Estado de Israel. Antes de 1967 no existía ni nunca existió un “pueblo (o nacionalidad) palestino”. Pero ahí tenemos al mundo musulmán atentando contra el estado judío, porque así “sus escrituras lo exigen”.


El Segundo enemigo, el cristiano, no le ha bastado usar la fuerza por más de 2000 años y usar lo que fuese posible para forzarnos a los judíos a aceptar su “mesías-señor-ídolo” asesinado para complacer a su "deidad" sedienta de un sacrificio de sangre “para poder ser movido a ‘redimir’ a la humanidad”. Si pensábamos que Roma era enemiga del judío, resulto que Lutero y muchos de sus hijos sectarios y evangélicos en la actualidad, han sido mucho peor.


Este gigante, luego de advertir que la fuerza por largos siglos no fue efectiva para podernos persuadir a creer en su “mesías-ídolo”, ahora opta por disfrazarse de judío e ir de nuevo en pos de nuestra conversión. Este gigante es “gigante” porque son la mayoría e invierten miles de millones de dólares en su “obra misionera” cada año. Muchos de los miembros de ese “gigante” (los individuos) quizá lo hacen porque piensan que así agradan al verdadero Dios, pero ello no los justifica ni elimina el hecho de que lo que hacen es abominable. Mucho más cuando sabemos que estos misioneros se valen de la mentira y las tretas para lograr sus cometidos.


En este tiempo Adonai nos está llamando a que dejemos de vivir abrumados por esos aperentes gigantes y decidamos vencerlos en Su Nombre. Elohim nos está diciendo en estos tiempos: ¡Es tiempo ya de vencer “gigantes”!


En el Tanaj (Biblia Judía) los filisteos, y otros pueblos afines, constituyen una imagen de los enemigos del verdadero pueblo de Dios y de las luchas constantes que hay que mantener con esos enemigos para lograr sobrevivir como pueblo, como fe, como religión.


Por ello, la hagadá (relato) de David y Goliat no es sólo la linda historia de un valiente, sino que podemos inspirarnos en la táctica que David usó contra el enemigo y con ello también nosotros salir victoriosos de las luchas contra nuestros enemigos, sean terrenales o espirituales.


Cuando el gigante vio acercarse a casi un niño lo despreció, y enfadándose preguntó si David le consideraba un animal para venir a él con un palo. Así de seguros se sienten nuestros enemigos actuales, al ver que somos un pueblo, un rebaño una “grey” relativamente pequeña. Pero David le dijo que venía en el nombre del Dios de Yisrael; y sacando una piedra la puso en la honda, giró y la lanzó, dándole en la frente al gigante.


Goliat cayó hacia adelante y se clavó aún más la piedra en la frente; con su misma espada, David lo remató. Entonces todo el ejército lanzó vivas. Y David fue llevado a la presencia de Saúl. Y ese día Adonai demostró que más vale la confianza en el Dios verdadero y viviente que en las espadas y en la fuerza.


Hoy más que nunca debemos sentir el celo que sintió David ante el escarnio, el abuso, el reto, la falta de respeto contra nuestro pueblo. Es en el nombre de nuestro Dios, el verdadero, el único y confiando en su intervención, que podremos vencer a éstos o cualquier seudo gigante. Y la única manera de hacerlo en Su nombre es alertando, no sólo al incauto judío que ha caído en las redes del error, sino también al gentil que ha caído en la aberración de participar en el intento de hacer desaparecer al verdadero pueblo Dios, para con ello “validar sus posturas religiosas”.


Para prepararnos para esta lucha, para esta guerra, debemos acudir al estudio de la Torá y de todo el Tanaj de ser necesario, aferrarnos a la plegaria arropada de “kavaná” y comenzar a conocer bien las tácticas de los enemigos de Dios y de Su pueblo. No es sólo provechoso, sino que es mandato por parte del mismo Adonai que nos ha llamado, a través de uno de nuestros profetas, a ser “LUZ PARA LAS NACIONES” (ישעיה / Isaías 42:6).


Una vez más Adonai nos dice: ¡Es tiempo ya de vencer “gigantes”!

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