10/24/2021

Isaías 6:10: ¿Se cumplió la "profecía" que el pueblo judío tenía que rechazar a Yeshu HaMamzer? ¿Antisemitismo entre los primeros cristianos?

Según dice el Monseñor Juan Straubinger en su comentario al Evangelio de Juan 12:41 que el evangelista Juan cita a Isaías 6:9 ya que es el anuncio de la ceguera espiritual que llevó a Israel a rechazar a Yeshu. Incluso el presunto evangelista dice en tal versículo, tal como se lee en el Codex Sinaiticus folio 255b:

 

ταυτα ειπεν ηϲαϊ

αϲ · οτι ειδεν την δο

ξαν αυτου · και ελα

ληϲεν περι αυτου ·

(Traducción: Estas cosas dijo Isaïas, porque vio su doxan (esplendor) y habló de él.)

El texto griego del Evangelio de Juan utiliza la palabra δοξαν (doxan) cuyo significado simple es ‘gloria’ o ‘buena reputación’. Sin embargo, en el contexto malintencionado del evangelista quiere darle una equivalencia de la palabra כְּבוֹד (kevod) de Shemot 16:10 en la que la ‘Presencia del Eterno’ (כְּבוֹד ה) o ‘δόξα Κυρίου’ apareció ante el pueblo de Israel en el desierto, y según el targum de Yonatan ben Uziel equivale a la Shejina’ (שְׁכִינְתָּא דַיְיָ) (Cf. Mekhilta d'Rabbi Ishmael 16: 10: 1). El evangelista indica que el profeta Yeshayah había vislumbrado una epifanía (הִתגַלוּת) relacionada al rechazo del pueblo judío hacía Yeshu, una revelación igual de importante como la que había pasado en Shemot 16:10. 

 

Por otra parte, dicen los biblistas como Enrique Martorell que el evangelista utilizó la traducción de la LXX de Isaías 6:10 al pie de la letra, en específico con las palabras ‘τετυφλωκεν αυτω τουϲ οφθαλμουϲ’ (‘cegó los ojos de ellos’) en las que repite en el Brit HaMetumtom (Nuevo Testamento) un total de cinco veces, describiendo la decadencia del pueblo judío en los días de Yeshu. (ver. Mateo 13:13-15, Marcos 4:12, Lucas 8:10 y Hechos 28:25-27).

 

Respuesta.

Es falso que el evangelista haya utilizado la versión de la LXX, ni tampoco utilizó la versión masorética en la cual se lee lo siguiente:

הַשְׁמֵן לֵב־הָעָם הַזֶּה וְאׇזְנָיו הַכְבֵּד וְעֵינָיו הָשַׁע פֶּן־יִרְאֶה בְעֵינָיו וּבְאׇזְנָיו יִשְׁמָע וּלְבָבוֹ יָבִין וָשָׁב וְרָפָא לוֹ׃

(Traducción:  Se embotará el corazón de este pueblo, sus oídos se harán pesados, y sus ojos se desviarán; para no ver con sus ojos (no quisieron escuchar las palabras de los profetas), ni oír con sus oídos, ni que su corazón entienda; para que no volviere y se cure.)

 

Incluso si revisamos el Targum dice lo siguiente:

טַפֵּישׁ לִבֵּיהּ דְעַמָא הָדֵין וְאוּדְנוֹהִי יַקֵר וְעֵינוֹהִי עַמְעָם דִלְמָא יֶחֱזוּן בְּעֵינֵיהוֹן וּבְאוּדְנֵיהוֹן יִשְׁמְעוּן וּבְלִבְּהוֹן יִסְתַּכְּלוּן וִיתוּבוּן וְיִשְׁתְּבֵק לְהוֹן

(Traducción: Engruesa el corazón de este pueblo, y engruesa sus oídos, y oscurece sus ojos; no sea que vean con sus ojos y oigan con sus oídos, y comprendan con su corazón, y se arrepientan, y se les perdonará.)

o incluso en la traducción  antigua al griego que encontramos en el Codex Sinaiticus, ya que en en folio 44a dice lo siguiente:

˙ επαχυνθη γαρ η καρδι

α του λαου τουτου · 

και τοιϲ ωϲιν  βαρε

ωϲ ηκουϲαν · και τουϲ 

οφθαλμουϲ αυτω 

εκαμμυϲαν · μη

ποτε ιδωϲιν τοιϲ 

οφθαλμοιϲ και 

τοιϲ ωϲιν ακουϲω

ϲειν · και τη καρδι

α ϲυνωϲειν · και 

επιϲτρεψουϲιν 

και ϊαϲομε αυτουϲ :

 

(Traducción: Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado y oyeron con los oídos con dificultad y cerraron los ojos para que no vean con los ojos y oigan con los oídos y entiendan con el corazón, y se vuelvan y Yo los sanaré ”.)

 

Las lecturas de la LXX y el Targum son, en consecuencia, variaciones en las que se ha mitigado la dureza del texto.

Sin embargo, cuando llegamos a la literatura rabínica, el texto ha adquirido un significado y una implicación totalmente nuevos. Según los índices disponibles, Yeshayah 6:9 no se cita una sola vez en el Talmud Bavlí, mientras que el pasuk 10 se cita solo tres veces. De estas citas, solo dos tienen alguna importancia para el presente estudio. En masejet Rosh HaShanah 17b se cita en el contexto de una discusión del 'poder del arrepentimiento' que es suficiente para rescindir la sentencia final de juicio de un hombre. La comprensión del R’ Yonatan de este texto es bastante interesante porque cree que el anuncio del juicio (es decir, "engordar...") implica la oferta a la gente de que se arrepientan. Si uno se arrepiente en el intervalo, es decir, después del anuncio pero antes del juicio, es perdonado. 

 

Por lo tanto, Yeshayah 6:10 significa que el profeta debe engordar el corazón de la gente a menos que (o hasta que) se arrepientan y sean sanados (es decir, perdonados, cp. El Targum). Esta interpretación se ha hecho posible porque la conjuntiva פֶּן (en el Targum דִלְמָא) puede traducirse como "a menos que", un significado que ocasionalmente se une a μηποτε en la LXX. Por lo tanto, Yeshayah 6:10 significa que el profeta debe engordar el corazón de la gente a menos (o hasta que) se arrepientan y sean sanados (es decir, perdonados, según el Targum). Mientras que la exégesis del pasaje se basa principalmente en esta comprensión de פֶּן, en la exégesis del Seder Elijah Rabah (16) la opinión de que Di’s dirigió a su profeta a endurecer a Israel se debe a que el profeta no entendió la intención de la palabra del Eterno.

 

Mientras que en masejet Megilah 17b cuando cita Yeshayah 6:10b (“para que no volviere y se cure.”) se cita dos veces. La primera cita tiene el propósito de probar que existe una conexión entre el entendimiento y el arrepentimiento, es decir, que el primero da lugar al segundo. La segunda cita es más relevante para nuestras preocupaciones. El texto se cita para demostrar que la redención y la curación vienen después del perdón. "Sanado" en Isaías 6:10 "no se refiere a la curación de la enfermedad, sino al [poder] curativo del perdón". Aquí se presupone el Targum. Esta exégesis, como la de Rosh HaShanah, no entiende el sentido de este propósito.

En el Talmud Yerushalmí masejet Berajot 17a solo hay una referencia significativa a nuestro texto y, también, es sólo hasta el v 10. El R’ Yirmiyah  afirma que la sabiduría sigue al arrepentimiento y cita Isaías 6:10 con la implicación de que si los ojos ciegos y los oídos sordos (es decir, la ignorancia) producen incapacidad para arrepentirse, entonces ocurre lo contrario: ojos abiertos y oídos abiertos (es decir, sabiduría) conducen al arrepentimiento. 

Parece que la idea original del texto hebreo se pierde por completo en la literatura talmúdica. Yeshayah 6:10 ya no es una amenaza de juicio, sino se ha convertido, como ha señalado J. Jeremías, en 'una promesa' de perdón para el pueblo judío en el que deben adquirir sabiduría. 

 

Los comentaristas judíos medievales están en armonía básica con esta interpretación rabínica. En esta traducción árabe del siglo X, de Rab Sa’adia Gaon (882-94) altera significativamente el significado del verso 9: "Escuche lo que no entenderá. Esté atento a lo que no sabrá". Sin embargo, Sa’adia retiene los imperativos del verso 10. La idea ahora es que se insta a la gente a que preste atención a lo que no ha prestado atención. De no hacerlo, está implícito, resultará en las severas consecuencias descritas en el v 10. 

 

La tradición cristiana respecto a esté versículo empieza a darse en una polémica contra los judíos por Justino Mártir (110-165) quien explica por qué estas personas no aceptarán el nuevo pacto en Yeshu. Parafrasea Isaías 6:10, que atribuye al pasaje similar de Jeremías: "Porque tus oídos están cerrados, tus ojos están ciegos y el corazón endurecido".  Mientras que la traducción de Jerónimo dice: 

Excæca cor populi hujus,

et aures ejus aggrava,

et oculos ejus claude :

ne forte videat oculis suis,

et auribus suis audiat,

et corde suo intelligat,

et convertatur, et sanem eum.

(Traducción: "Oye en verdad, y no entiendes, ve la visión y no aprendes. Cegue el corazón de este pueblo, y aflija sus oídos y cierre sus ojos, no sea que vea con sus ojos, oiga con sus oídos y comprenda con su corazón, y se convierta, y yo lo sane".)

 

En un contexto diferente, Ireneo (120-202) intenta responder al argumento marcionita de que Di’s es el autor del pecado, como lo demuestra su voluntad de cegar y endurecer a hombres como el Faraón. Ireneo cita Mateo 13:11-16, pero curiosamente no sigue la cita de Mateo en la LXX de Isa 6:9-10, sino que vuelve a los imperativos causativos que se encuentran en el texto hebreo: embotan sus oídos", etc. Su explicación de por qué esto es así es bastante simple: Dios endurece a los que no creen. Por lo tanto, tal texto de ninguna manera implica que Di’s sea el autor del pecado. 

De todos los apologistas, es Tertuliano (145-220) quien apela con mayor frecuencia a Isaías 6:9-10 y sus versiones del evangelio. En su tratado, Sobre el ayuno, Tertuliano advierte al cristiano que la comida, la bebida y la riqueza pueden provocar las 'grasas' que obstruyen y corrompen la vida espiritual. A través de estos agentes corruptores, él creía que el texto de Isaías 6:9-10 se cumplió con respecto al cristiano. La gran mayoría de las citas de Tertuliano, sin embargo, tiene que ver con la explicación de por qué los judíos no creían en Yeshu como su Mesías, hasta este punto, los líderes de la iglesia en aquel entonces ninguno cito el pasaje del Evangelio de Juan 12:40. Tertuliano tiene esto que decir con respecto a la incredulidad judía:

‘El merecido castigo de su pecado fue no comprender la primera venida del Señor: porque si lo hubieran hecho, habrían creído; y si hubieran creído, habrían obtenido la salvación. Ellos mismos leen cómo está escrito ‘de ellos que están privados de sabiduría y entendimiento, del uso de ojos y oídos’. Como, entonces, bajo la fuerza de su juicio previo, se habían convencido a sí mismos desde su apariencia humilde de que Cristo no era más que un hombre.’

-Apología 21:16-17

 

Cada aparición de Isa 6: 9-10 en Tertuliano, con la excepción de la aplicación alegórica de este texto al ayuno se utiliza para explicar por qué los judíos no podían percibir correctamente quién era Yeshu en realidad. En lo que respecta a Tertuliano, la razón por la que Yeshu habló en parábolas fue para confundir a los judíos y así cumplir la “profecía” de Isaías. (Tertuliano, Sobre la resurrección de los muertos 32:1) De hecho, Tertuliano hace la afirmación de que el “Señor resucitado” no salió a la vista del público "para que los malvados [es decir, los judíos] no sean librados de su error". (ver. Apología 21:22. Véase también su trabajo ‘Sobre la modestia 8:1-12.)

 

En su obra, Contra Celsus, Orígenes (185-254) cita Isa 6: 9-10 para mostrar que el profeta predijo la incredulidad de los judíos en Yeshu' (Contra Celsus 11:5ss. Orígenes sigue el texto de la LXX y en ningún momento cita el Evangelio de Juan). En otros lugares, Orígenes lucha en su intento de explicar el significado de Marcos 4:10-12 y sus paralelos, particularmente con respecto a la última frase, "no sea que se conviertan, y sus pecados les sean perdonados". (De Principiis 1:7; 16:1ss) Hipólito (170-236) ha hecho uso del texto una sola vez y en el contexto de una interpretación elaborada de la Parábola del Sembrador

Cipriano (200-258) cita Isaías 6: 9-10 para mostrar que había sido predicho que los judíos no reconocerían ni recibirían a su Mesías. Después de una paráfrasis vaga de Isa 6: 9, Metodio (260-312) pregunta: "¿Ves, oh judío tonto, cómo desde el principio de su discurso, el profeta declara confusión a ¿Tú por tu incredulidad?. Finalmente, una crítica similar a la incredulidad judía se encuentra en la llamada Constitutio Apostólica. Al igual que los padres ante-nicenos, Atanasio (296-373) entendió que Isaías 6:9-10 como una predicción profética de la incredulidad judía en Yeshu. Ambrosio (340-397) cita y aplica el texto de manera similar. En una homilía sobre Isaías 6, Jerónimo (c. 340-420) intenta desarrollar una teología de la obstinación apelando a una serie de textos relacionados (por ejemplo, Jeremías 18; Ezequiel 44: 10-11; 2 Corintios 3: 14-15). Desarrolla una especie de Heilsgeschichte (Historia de la salvación) en la que se considera que Israel ha sufrido repetidos actos de juicio de la mano de Di’s por su obstinación a la verdad divina. Esta historia alcanza su punto culminante con el rechazo de Yeshu.

En su discusión sobre la predestinación, Agustín de Hipona (354-430) sostiene que un texto como Isaías 6:9-10 deja muy claro que los judíos no estaban predestinados por Dios para percibir la verdad de la identidad mesiánica y divina de Yeshu, en este contexto teológico, Isaías 6: 9-10 no plantea un problema exegético para Agustín, sino que solo sirve para fortalecer su teología de la predestinación. Cesáreo de Arles (470-543) también cita el texto de Isaías con el mismo entendimiento. 

 

Es interesante que todos los Padres de la Iglesia desde Justino Mártir hasta Cesáreo de Arles hicieran uso del versículo 40 del capítulo 12 del Evangelio de Juan, por el contrario, la idea que el texto de Isaías 6:9-10 era una alusión hacía la negativa del pueblo judío en recibir al brujo de Yeshu se da principalmente con Tertuliano en adelante. Por otra parte, es bastante interesante encontrar que en el Codex Vaticanus (folio 1370a) correspondiente al Evangelio de Juan 12:40 el copista cristiano señalará la adición de Isaías 6:10 con marcas en el margen del borde de la columna del texto del evangelio tal como se puede ver a continuación:

Es decir, la alusión que hace el texto actual del Evangelio de Juan 12:38 al 40 da la impresión que el evangelista escribió esto, sin embargo, hemos visto que tanto en uno de los códices más antiguos se señala directamente que esto se trata de una adición por el copista, por otra parte, desde Justino Mártir hasta Cesáreo de Arles nunca mencionaron esta sección del Evangelio de Juan con respecto a Yeshayah 6:9-10. El cristianismo ha demostrado que pueden llegar a interpretar el texto de manera divergente respecto al judaísmo, peor aún, con la influencia de los Padres de la Iglesia apunta que la dinámica de la "adaptabilidad" de las Escrituras bajo un sentimiento anti-semita terminaron añadiendo versículos de una traducción defectuosa de la LXX de Isaías 6:-10.

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