3/13/2012

Rav Shlomoh Aviner Shlit"a: Se necesita orden


Se necesita orden

 
Shalom. Yo pertenezco a la Unidad Especial de Patrullaje – en siglas, Iasa”m (unidad de la policía de Israel). Yo se que no es un adjetivo amado. El adjetivo “policía” no es amando, y el adjetivo “iasamnik” (perteneciente a la Unidad Especial de Patrullaje) lo es mucho menos. Eso me ofende mucho, pero yo continúo. Podría haber elegido otra profesión, y también hoy en día puedo elegir cambiarla, pero yo continúo.
Es cierto, ese es mi oficio para ganarme el sustento - pero también es mi ideal. A veces me apodan "Nazi", por el uniforme gris que visto. Eso es lo que más me ofende. Yo no soy Nazi. Mi abuelo y mi abuela fueron asesinados con crueldad por los nazis. Siendo un niño, me prometí a mí mismo: ¡A mí no me pasará, a nosotros no nos pasará! Yo consagraré mi vida para cuidar que ninguna persona inocente sea dañada, ni por gentiles ni tampoco por judíos – que lamentablemente, también eso ocurre.
Yo me ocupo mucho de desórdenes y revueltas. Si, no es simpático, pero con una mano en el corazón, ¿qué pretenden ustedes? ¿Que esto sea una andarla musía, y cada uno haga lo que le plazca? Por ello, soy un luchador bien adiestrado y siempre dispuesto. Ese es mi puro orgullo. Cuando me llaman, yo corro enseguida, listo con todo lo que se necesita – salgo a combatir en algún incidente de crimen severo, contra la violencia, los terroristas y todo tipo de delincuentes armados. Si, yo me arriesgo por ustedes, y tengo amigos que cayeron cumpliendo su deber - que D’s los vengue. Yo fui herido dos veces, y vi la muerte de cerca tres veces. Por ustedes. Si, por ustedes.
Yo no soy religioso. Tampoco estoy en contra de la religión, pero no recibí educación religiosa. A pesar de ello yo llevo en mi bolsillo un papelito envuelto en nylon, que una vez me dio un Rav: “Hay muchos de Am Israel (el Pueblo de Israel) que en apariencia se ven como vacíos, pero tienen a su mérito esa mitzva, que salvan a Israel, y gracias a ella ellos sobrepasan a los grandes sabios de Israel” (Pele Ioetz, Hatzalá). Por ustedes, mis hermanos (no digo “queridos hermanos” porque no me gustan los términos hipócritas, ya que me encontré con demasiadas personas que dicen “queridos hermanos”, pero ellos sólo aman a los que se les parecen, y odian a los que no), yo luché por ustedes en la primera y segunda Intifada (rebelión armada de los árabes) – por lo menos digan gracias.
Y lo principal, recuerden que soy una persona como ustedes, con esposa e hijos, y no soy un animal político. Soy una persona que ríe, respira y come. Hay incluso mujeres en nuestras unidades, que son delicadas, y como toda persona comen, beben y amamantan sus hijos. Es cierto, a veces yo doy golpes, pero no porque me guste. ¡Yo lo odio! Pero si son las órdenes, ¡órdenes son órdenes!
¿Ustedes escuchan? Yo soy disciplinado, responsable, de forma que se puede confiar en mí en toda situación, también la más difícil. Soy la punta de la lanza, contra el terrorismo, el crimen y también desórdenes y revueltas. No tengo otra posibilidad, sólo “hablarle” a las personas en el idioma que ellos entienden. Es su culpa. El que siembra vientos, cosecha tormentas.
Yo tengo un uniforme gris, y llevo una vida gris. Es para que ustedes puedan vivir una vida agradable y tranquila. A veces cuando estoy de guardia, día y noche, bajo el sol candente y sufriendo el terrible frío, en Shabat o día festivo, se me cuelan pensamientos de envidia por los que disfrutan todos sus días en su agradable casa.
Si, yo los envidio. Y rápidamente, cambio de pensamiento diciéndome: Es gracias a mi mérito.
Por supuesto, yo también tengo esposa e hijos, y disfruto con ellos - pero a veces me llaman a mi deber en medio de mi comida, en medio de un juego con los hijos, en la mitad de la noche cuando estoy durmiendo en mi cálida cama – y yo corro, siempre listo.
En Tzaha”l (Ejército de Defensa de Israel) presté mi servicio en una unidad combatiente, y todos en mi unidad de patrullaje también prestaron su servicio en unidades combatientes, es para mí como una continuación del servicio militar. Pero Tzaha”l es obligación, mientras que Iasa”m es voluntario. También Tzaha”l es más o menos definido, mientras que ahora me encuentro dividido entre muchas tareas:
Escolta de personalidades y de acontecimientos, atentados, lucha contra el terrorismo, disolución de manifestaciones, lucha contra tráfico de drogas, detención de sospechosos violentos, evacuación de construcciones ilegales, casos de violencia extrema, etc. No elijo lo qué hacer, siempre estoy listo a las órdenes. A veces es una tarea agradable, a veces lo es muy poco. Pero no hay remedio, también de eso depende la existencia del país. Me culpan que soy violento, y es tan poco cierto. Es justamente lo contrario. Si supiesen cuantas ofensas yo debo soportar, cuanto me desafían – y yo callo, y callo. En mi vida como ciudadano yo no soy tan tzadik (justo), el que me ofende le devuelvo con la misma moneda. Pero cuando visto uniforme, tengo prohibido perder los estribos.
Las personas me fastidian, y yo callo. Reconozco que dos veces cuando desempeñaba mi papel perdí los estribos y reaccioné en forma desproporcionada.
Fui juzgado, reprimido y castigado. Me lo merecí. Pero el peor castigo para mí, es que me defraudé de mí mismo. ¿Qué puedo hacer? No soy un ángel. Cuando me dicen “Nazi”, me recuerdo mi abuelo y mi abuela, y la sangre me sube a la cabeza.
Comprendan: No me justifico, sólo me explico.
Dicho sea de paso, tres veces me culparon de algo que no hice. Fui investigado, todo resultó ser mentira, y fui limpiado de toda inculpación. Pero cuánto tiempo fue desperdiciado, cuánta malasangre, cuánta tensión. Tengo amigos en la unidad que fueron encarcelados, pero reconozcan la verdad: Esos casos extremos son muy poco frecuentes. No lo justifico, pero cuando se juzga, hay que cuidar la proporción de las cosas. Y nosotros debemos cumplir nuestro deber en situaciones con mucha tensión. Y los que actúan en contra de la ley y sobrepasan los límites deben tomar en cuenta que también la reacción puede sobrepasar los límites.
Pero no volveremos a la Época de los Jueces, cuando cada uno hacía lo que quería, y entonces en la nación había mucha violencia espantosa, por todos lados y en todo lugar. Y por ello, en un estado, el único que puede utilizar la fuerza es la policía.
¿Qué proponen ustedes? ¿Un caos? Cada derechista no soporta que los izquierdistas hagan barullos, sólo a él le está permitido. Y todo izquierdista no soporta que los derechistas hagan barullos, sólo a él le está permitido. Y ambos no soportan que los árabes hagan barullos, etc. Incluso en la cancha de futbol se necesita orden. No puedo entender cómo se transforma un deporte en una zona de violencia. Pero debo estar también ahí.
No, ustedes no saben cuántas veces los salve, cuántas veces arriesgué mi vida por ustedes. No, no soy violento, pero es cierto que soy severo, no le tengo miedo a nadie, y no me hecho atrás en ninguna confrontación. Tengo un broche de luchador, y no me lo regalaron. Estoy listo a su servicio.

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