5/08/2012

Rav Shlomo Aviner Shlit"a: La gran persona.


La gran persona


Yo estoy contento que nuestro Rav, el Rav Jaim Drukman recibió el premio “Pras Israel”, porque es mi maestro y Rav. Por supuesto, no solo mío, sino que también de otros miles y decenas de miles. Cuando era un muchacho joven comencé a estudiar Torá de él, y me encontré con un auténtico talmid jajam (erudito del estudio de la Torá), colmado de buenas virtudes, temor a D’s, Torá y calor humano, y me dije: Este es un talmid jajam auténtico de Eretz Israel (la Tierra de Israel). Todo él es fuego, ese es el ejemplo a seguir.
Ese es un talmid jajam normal, no extremista. Y no debes menospreciar ese sustantivo, porque el Ramba”m escribe que el camino del medio, que se aleja de los extremos, es el camino de D’s. Y es el elevado sendero que D’s desea, como fue dicho “y te dirigirás por Sus caminos” (Dvarim 28:9).
Y todo eso, porque antes de ser discípulo de nuestro Rav Moshé en la Torá, nuestro Rav Jaim es un discípulo de nuestro patriarca Avraham en sus virtudes.
Por ello, nuestro Rav es un educador auténtico, y ya determinó en su momento nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk que él es el auténtico Ministro de Enseñanza de nuestro país. Él es el gran educador porque ve lo bueno de todos, y por ello ama a todos y todos lo aman. No hay en nuestro país ninguna persona que lo odie. Pero ese amor no es algo exterior, una artimaña, sino que sencillamente, de momento que Rav Jaim no tiene ni una gota de maldad, todo él es bondad, todo él es bueno, todo él es amor por toda persona de Israel y también toda persona que se adhiere a Israel. Por ello él se encontró en la cabeza del sistema de conversión y firmó por 50000 almas que se acobijaron bajo las alas de la Shjina (manifestación de la presencia Divina).
Él es le gran educador que marcha al frente del campamento. Los miembros del movimiento juvenil Bney Akiva pueden mirarlo, y decir: Este es nuestro Rav. Las ieshivot tijoniot pueden levantar la cabeza y decir: Este es nuestro maestro. Y también en las ieshivot hesder hizo mucho.
También en su propia casa adoptaron varios niños con problemas, como si no tuviese suficiente dolores de cabeza con sus propios problemas. Pero el que todo él es bondad, lo es hasta el final, una bondad en base a la Torá. Y no debemos olvidar a su esposa, la Rabanit Sara, la sacrificada doctora, que por supuesto es como mi maestro y Rav, el Rav Jaim, a su misma altura.
Incluso en la política lo dirigió nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk, en esa santa labor de educación de la nación. Porque un político debe ser un educador de la nación. Ese es Rav Jaim, el educador de los individuos particulares y del público.
Ese es un talmid jajam que añade santificación del Nombre de D’s en el mundo, como dicen nuestros sabios (al final del tratado de Ioma) y el Ramba”m (Hiljot Isodei HaTorá, al final del quinto capítulo): “¿Qué es profanación del Nombre de D’s? Es cuando una gran persona en el estudio de la Torá y famoso por su piedad se comporta de forma que las personas murmuran tras él por su conducta, a pesar que no se trata de trasgresiones, es una profanación del Nombre de D’s. Por ejemplo, que compra algo y no paga al contado… o hace muchos negocios… o no habla con amabilidad a las criaturas, y no las recibe con un semblante sonriente, sino que es peleador e irritable”. Y en contraste, “si el sabio habla con amabilidad con las criaturas, y se encuentra unido a ellas, y las recibe con semblante sonriente, y cuando lo ofenden él no devuelve las ofensas, respeta incluso a los que no lo respetan como es debido, y comercia sin engañar… hasta tal punto que todos lo alaban y lo aman y quieren comportarse como él, él santifica el Nombre de D’s, y respecto a él dice el versículo ‘tú eres mi siervo, Israel, que en ti me enorgulleceré’ (Ishaya 49:3)”.
En efecto, nuestro Rav es de los que se dejan ofender y no devuelven las ofensas. Realmente, lo ofenden y lo atacan mucho. No se pueden imaginar cuánto, y realmente le duele, pero nunca devuelve las ofensas.
Así es la humilde persona que se encuentra delante nuestro. Es un tzadik (justo) en apariencia, pero también en secreto. Es decir, su personalidad es tan clara, es tan radiante, es tan activa, que se puede llegar a pensar que eso es todo lo que tiene. No es así, en su humildad él lo esconde, pero hay mucho más de lo que vemos. No me pregunten, yo no se, porque nuestro Rav es una persona humilde y no publica lo que hay dentro suyo. Pero está claro que en su interior hay mundos escondidos de kdushá (santidad), de los que sólo vemos un poquitito.
Muy bien Rav Jaim, fortalécete con ello. Continúa con tu grandiosa santa labor por el pueblo y la tierra, porque te necesitamos. Continúa ocupándote de los asuntos públicos con fe, y D’s bendecirá tus caminos, y tendrás éxito en todo lo que hagas. Mucha vida para nuestro Rav, Rav Jaim. 

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