10/19/2025

Pregunta 12: La Promesa Rota: Mil doscientos años sin una sola montaña movida (Mateo 17:20, fe como grano de mostaza)




שאל כתוב שכל מי שמאמין

בישו אפילו כגרעין

של חרדל יוכל בדברו להמיש

הר ממקומו ואנו רואים אפילו

היותר קדושים שהיו בהם לא

יכלו לעשות דבר אחד קל כל שכן

כל שאר העמים אם כן לא היה

בידם שולטנות ויכולת לעשות

שום דבר אף אם בו יאמינו:

Pregunta: Está escrito que todo aquel que cree en Yeshú, aunque sea como un grano de mostaza, podrá con su palabra mover un monte de su lugar. Y nosotros vemos que incluso los más santos que había entre ellos no pudieron hacer ni siquiera una cosa ligera, cuánto menos todos los demás pueblos. Si es así, no había en sus manos dominio ni poder para hacer ninguna cosa, aunque creyeran en él.

La duodécima pregunta del polemista despliega una falsación empírica devastadora que convierte mil doscientos años de historia cristiana observable en un experimento natural masivo que refuta las promesas más audaces de Yeshú registradas en el evangelio hebreo. 

La brillantez del argumento radica en su estructura de verificación empírica que cualquier observador honesto debe reconocer. El polemista comienza citando directamente del Evangelio Hebreo de Mateo que tiene delante. En daf 40, perek 17, versículo 20, el texto dice:

"אם תהיה לכם אמונה כמו גרעין הרדל ותאמרו להר הזה עבור מזה ומיד יעבור ולא ימנע אותו דבר מכם" ‘Si tuviereis fe como un grano de mostaza, y dijereis a este monte: Pásate de aquí allá, y al instante pasará, y nada os será imposible’

En daf 49, perek 21, versículos 21-22, el texto repite:

"אמן אני אומר לכם אם תהיה לכם אמונה ולא תסתפקו לא לבד בתאנה תעשו אלא אם תאמרו להר הזה הנשא והשתלך לים ויהיה ואת כל אשר תשאלו בתפילה ובאמונה תקחו" ‘De cierto os digo, que si tuviereis fe y no dudareis, no solo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho; y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis’.

Observemos la especificidad letal de la promesa que el polemista explota. Yeshú no dice vagamente "los fieles harán grandes obras" lo cual sería imposible de falsear porque "grandes" es subjetivo. Dice explícitamente "אפילו כגרעין של חרדל" (afilu kegar'in shel jardal), ‘incluso como un grano de mostaza’. El término "אפילו" (afilu), incluso, es enfático y establece el umbral mínimo más bajo imaginable. Un grano de mostaza, "גרעין חרדל" (gar'in jardal), tiene aproximadamente uno a dos milímetros de diámetro, era proverbialmente lo observable más pequeño en la agricultura antigua. Yeshú está diciendo que no se necesita fe perfecta, ni siquiera fe grande, sino la fe más diminuta, casi inexistente, es suficiente para "להמיש הר ממקומו" (lehamish har mimqomo), ‘mover un monte de su lugar’.

El verbo "להמיש" (lehamish), mover o desplazar, combinado con "ממקומו" (mimqomo), de su lugar, no permite interpretación metafórica. Es movimiento físico literal de un objeto físico desde una ubicación a otra. Yeshú señala "להר הזה" (lahar hazé), a este monte, un monte visible, tangible, específico que sus oyentes pueden ver. Y añade la promesa absoluta: "ולא ימנע אותו דבר מכם" (velo yimana oto davar mikém), ‘y nada os será imposible’. La palabra "דבר" (davar), cosa o asunto, con la negación absoluta "לא ימנע" (lo yimana), ‘no será impedido’, establece poder ilimitado como consecuencia de fe microscópica.

Ahora viene la falsación empírica devastadora. El polemista escribe: "ואנו רואים" (va'anu ro'im), ‘y nosotros vemos’. No "creemos" ni "suponemos" sino "vemos", observación directa verificable. El polemista medieval, escribiendo alrededor del año mil doscientos de la era común, tiene delante de sí mil doscientos años de historia cristiana como laboratorio experimental natural. Ha observado "אפילו היותר קדושים שהיו בהם" (afilu hayoter qedoshim shehayú bahém), ‘incluso los más santos que había entre ellos’. El superlativo "היותר קדושים" (hayoter qedoshim), los más santos, no se refiere a cristianos ordinarios sino a los casos de prueba óptimos: San Francisco de Asís que era contemporáneo o de generación cercana, San Bernardo de Claraval de la generación anterior, los apóstoles según la tradición cristiana, los padres del desierto de los siglos tercero al quinto, los mártires de la iglesia primitiva, monjes y ascetas medievales que dedicaron vidas enteras a cultivar fe perfecta mediante ayuno, oración perpetua, renuncia total.

La conclusión observacional es implacable: "לא יכלו לעשות דבר אחד קל" (lo yajlu la'asot davar ejad qal), ‘no pudieron hacer ni siquiera una cosa ligera’. El adjetivo "קל" (qal), ligero o fácil, crea contraste devastador con "הר" (har), monte, la tarea imposible prometida. El polemista no dice meramente "no movieron montañas" sino "ni siquiera una cosa ligera", implicando que si la promesa fuera verdadera, deberíamos ver al menos efectos menores: si no montañas completas, entonces colinas; si no colinas, entonces rocas grandes; si no rocas, entonces algo de escala significativa. La observación histórica es cero en todas estas categorías.

Luego el polemista aplica el argumento "kal vajómer" (a fortiori), la forma de razonamiento talmúdico por excelencia: "כל שכן כל שאר העמים" (kol shekén kol she'ar ha'amim), ‘cuánto menos todos los demás pueblos’. La estructura lógica es impecable: si A, el caso fuerte (los santos con fe máxima cultivada durante décadas), no puede producir B (mover montañas), entonces C, el caso débil (cristianos comunes con fe menor), ciertamente no puede producir B con mayor razón. La frase "כל שכן" (kol shekén), cuánto más o con mayor razón, es terminología técnica talmúdica que señala inferencia lógica necesaria del caso más difícil al más fácil, o en este caso, del caso más favorable al menos favorable.

La conclusión es devastadora en su totalidad: "אם כן לא היה בידם שולטנות ויכולת לעשות שום דבר אף אם בו יאמינו" (im ken lo hayá beyadám shiltonút viyjolet la'asot shum davar af im bo ya'aminu) — ‘si es así, no había en sus manos dominio ni poder para hacer ninguna cosa, aunque creyeran en él’. El polemista usa dos términos enfáticos para poder: "שולטנות" (shiltonút), dominio o autoridad, y "יכולת" (yjolet), capacidad o habilidad. La negación es absoluta: "שום דבר" (shum davar), ninguna cosa, literalmente "ni una cosa". Y la cláusula final "אף אם בו יאמינו" (af im bo ya'aminu), aunque creyeran en él, elimina la objeción de que faltaba fe genuina. Incluso con fe sincera en Yeshú, el resultado observable es cero.

El argumento funciona como experimento natural perfecto con parámetros clarísimos. Hipótesis de Yeshú según el evangelio: fe del tamaño de grano de mostaza produce poder para mover montañas y hacer cualquier cosa. Período de prueba: mil doscientos años desde Yeshú hasta el polemista medieval. Sujetos experimentales: miles de santos cristianos devotos más millones de creyentes ordinarios. Variable independiente: nivel de fe, desde mínimo en creyentes comunes hasta máximo en santos que dedicaron vidas enteras a cultivar fe perfecta. Variable dependiente: montañas movidas, o al menos "cosas ligeras" de escala significativa. Resultado observado: cero montañas movidas, cero colinas movidas, cero efectos de esa magnitud en mil doscientos años. Conclusión estadística: la hipótesis es falsa con certeza virtual.

Los cristianos intentarán evadir argumentando que el lenguaje es hiperbólico, no literal. Pero Yeshú usa la fórmula solemne "אמן אני אומר לכם" (amén ani omer lajém), ‘de cierto os digo…’, que en el evangelio hebreo marca afirmaciones de verdad literal, no exageraciones retóricas. Si Yeshú hablaba hiperbólicamente cuando prometía poder ilimitado mediante fe diminuta, entonces sus palabras son engañosas y ninguna promesa del evangelio puede confiarse como literal. Los cristianos dirán que los milagros apostólicos cumplieron esto, pero ningún apóstol movió montaña literal ni nada cercano a esa escala. Sanaciones y exorcismos, incluso si aceptamos su historicidad, no equivalen a desplazar formaciones geológicas masivas. Los cristianos alegarán que se refiere a obstáculos espirituales metafóricos, pero esta es eiségesis, leer significado posterior en texto que claramente habla de "הר הזה" (har hazé), este monte físico que Yeshú señalaba con su dedo. Los cristianos argumentarán que requiere fe absolutamente sin duda, pero entonces la promesa es inútil porque ningún ser humano, ni siquiera santos después de décadas de devoción total, puede alcanzar estado psicológico de cero duda absoluta. Esto convierte la promesa en trampa imposible.

La potencia especial del argumento radica en que la especificidad misma de la promesa la hace falsable, y mil doscientos años de historia la han falsado definitivamente. Cuanto más específica una promesa, más fácil verificar o refutar. Yeshú fue maximamente específico: montañas físicas, fe tamaño grano de mostaza, nada imposible, palabras que mueven materia. Esta no es promesa vaga de "bendiciones espirituales" imposibles de medir. Es promesa de efectos físicos observables públicamente que cualquier testigo honesto puede verificar o refutar. Y la historia ha refutado absolutamente. Ningún cristiano en mil doscientos años ha movido monte de su lugar, ni colina, ni roca de escala significativa, mediante palabra de fe. El experimento natural ha concluido con resultado negativo definitivo. La promesa del evangelio es empíricamente falsa, y ninguna sofistería teológica puede cambiar lo que mil doscientos años de observación histórica han demostrado con certeza: "לא היה בידם שולטנות ויכולת לעשות שום דבר" (lo hayá beyadám shiltonút viyjolet la'asot shum davar), ‘no había en sus manos dominio ni poder para hacer ninguna cosa’, y esto constituye falsación empírica definitiva de las promesas más audaces registradas en el evangelio hebreo que el polemista tiene delante de sus ojos.

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