¿Qué innovaremos?
Pregunta: ¿Qué debemos innovar el próximo año en nuestra comunidad? ¿Qué es  adecuado hacer, fortalecer y dar prioridad?
Respuesta: Por supuesto, debemos cumplir toda la Torá, “todo lo que dijo El  Eterno, haremos y escucharemos”. Y ya acotó el Radba”z en su responsa  (inciso 344) que él se opone a la idea de “principios básicos de fe”, ya que  todo es un principio básico. Y a pesar de ello, se puede determinar principios  básicos – como explicó el Rav Kuk en su artículo “Los Principios Básicos”  (Maamarei HaReaya, Pág. 14): Cuando una persona es sana, se deben cuidar todos  sus miembros y órganos, pero cuando se encuentra en peligro de muerte, se trata  de salvar lo principal. Y también es aclarado al final del tratado de  “Makot” (Makot 24B) respecto a los grandes talmidei jajamim  (eruditos del estudio de la Torá) que hablaron de un número determinado  de principios básicos.
De acuerdo a ello podemos entender que esos principios  básicos no cambian de año en año. Ellos deben ser fijos a lo largo de todos los  años, porque sólo algo continuo tiene influencia, como dice el Mahara”l   de Praga, que lo que influye es lo sistemático, y no lo pasajero  (Netivot Olam, Netiv HaTorá 18, Netiv Gmilut Jasadim  4).
Por eso mismo, lo sistemático no puede ser sectorial,  comunitario – porque si así fuese no estaría orientado según lo más básico, que  es la pertenencia a Am Israel (el Pueblo de Israel). Debe comprender a  toda la nación de la que somos parte.
Ese sistema es determinada en el libro “Orot” por el Rav Kuk, y  fue aclarado en detalle por su hijo, nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk:  Amor y fe. El amor por las criaturas y la fe en D’s. Y el amor debe  anteceder a la fe.
El amor por Israel, el amor por todos, los cercanos y los lejanos, los parecidos y los  distintos, en la familia, en la comunidad y en la nación, amor de los cónyuges,  amor por los padres, amor por los hijos, amor por los vecinos, amor por los  religiosos y por los que no son, amor por los derechistas y por los  izquierdistas, amor por los ashkenazim, sfaradim, teimanim  (provenientes de distintas comunidades) y etíopes, amor por el que coincidimos  con él y por el que no tenemos la misma opinión, amor por el que luchamos en  contra de sus ideas y amor por el que no luchamos en contra de sus ideas. Ese  amor no es sólo un sentimiento, sino que resultado de una forma de pensar, un  pensamiento que es capaz de aclarar que el común denominador es mucho más  importante que lo que nos separa. Un amor que es una purificación moral, una  elevación por encima del egoísmo, el individualismo, el amor propio y la  subjetividad exagerados. Amor – esa es la palabra, ese es el  remedio.
Fe en D’s, vinculación con D’s, sentir que Él es parte nuestra, una fe que todo  lo que D’s hace es para bien – incluso si no lo entendemos. Fe en que el estado  es obra de D’s, que el gobierno y el ejército es algo bueno – a pesar de los  muchos defectos.  Fe en que Moshé es auténtico y su Torá es la  verdad, cada palabra de la Torá escrita y oral es verdad, y es ella la  que nos confiere felicidad y vida. Fe en que el contenido de nuestras vidas es  rendirle culto a D’s – en el plano de la persona y D’s y también de la persona y  su prójimo. Fe en que ese es nuestro papel, consagrar toda nuestra vida al culto  de D’s, para enaltecer Su honor y santificar Su Nombre.


 
