6/09/2010

Judaísmo y Cristianismo ¿"judaísmo" mesianico?

BS"D

Los cristianos desde el principio estuvieron en contra del judaísmo tradicional. Aproximadamente por el año 4010 (a mediados del Siglo II de la Era Vulgar) la mayoría de los cristianos ya formaban gentiles en vez de judíos, y habían rechazado el Brit Milah (circuncisión), la Torah, el Shabbat, y todas las demás prescripciones y proscripciones que dictaría Mosheh en la Torah. Pero la controversia seguía muy viva.

La mayoría de los cristianos gnósticos quería rechazar por completo cualquier vínculo con el judaísmo a favor a una concepción más “mística” de lo que ellos entendían por divinidad, idéntica al dios de Platón y los misterios paganos. El influyente maestro gnóstica Marción de Sinope (el primer compilador del Nuevo Testamento) abogó por una separación total del cristianismo y el judaísmo. Produjo un texto titulado Antítesis, en el cual yuxtapone citas del Tana”j y del Nuevo Testamento (“Brit haJadasha”) para demostrar cómo se contradecían mutuamente. Marción opinaba que HaShem era un “bárbaro comprometido” y que el Nuevo Testamento no era más que un catalogo de sus crímenes contra la humanidad. El cristianismo era una nueva revelación del dios de Platón, una doctrina universal que no tenía que ver con el credo imperfecto de una pequeña nación –como lo decían los antisemitas hace casi 2000 años atrás-.

La mayoría de los cristianos también rechazaba las tradiciones del judaísmo. En efecto, Justino Mártir ve con buenos ojos que muchos cristianos ni tan sólo quisieran hablar con sus correligionarios que seguían la Torah de Mosheh (ebionitas, mishalwites, etc) puesto creían que tales cristianos no gozarían de la “salvación eterna”. Sin embargo, los cristianos no-gnósticos eran partidarios de conservar el Tana”j (“Antiguo Testamento”) porque relataba una “historia” divina que confirmaba su opinión de que el Nuevo Testamento compilado por Marción de Sinope se basaba también en hechos en vez de mitos. También podía usarse, a menudo de forma más ridícula, como fuente de “profecías” sobre la venida de Yesh”u (Yeshua, Yehoshua, o como quieran llamarle) que, a juicio de los cristianos, demostraban la veracidad de su perspectiva. Tener una tradición antigua daba prestigio, por lo que conservar el Tana”j también permitía afirmar, como Tertuliano, que el cristianismo “se apoyaba sobre los antiquísimos libros de los judíos” y que éstos son mucho más antiguos que cualquier libro, ciudad o raza del mundo pagano”.

Los cristianos querían las Escrituras del pueblo judío, pero no el judaísmo. Por tanto, proclamaron que al rechazar los judíos al “salvador” que les enviara Di’s, habían perdido el derecho a su propia herencia cultural, que ahora pertenecía legítima y exclusivamente a los cristianos gentiles paganos. Incluso se modificó el orden de las escrituras del Tana”j en el canon cristiano para que terminase con una profecía que parecía llevar sin complicaciones a su aparente cumplimiento en los evangelios.

A medida que el cristianismo fue romanizándose, la culpa de la muerte de Yesh”u dejó de imputarse al gobernador romano Pilato para achacarle a la nación judía en conjunto. En el Evangelio de Mateo la muchedumbre judía que exige que Yesh”u sea ejecutado grita: ¡Su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos”. Una autoridad moderna escribe:

“El legado de estas palabras ha sido terrible. Se han citado para justificar la persecución por parte de los cristianos que durante siglos padecieron los judíos. Es significativo que hasta el reciente Concilio Vaticano no se haya hecho una declaración formal exonerando a las posteriores generaciones de judíos de la responsabilidad del asesinato de Jesús de Nazaret”.

A partir del Siglo II los cristianos escribieron numerosos libelos largos e insultantes contra los judíos. El obispo Melitón de Sardes (c. 170) los denunció por “asesinos de dios”, criminales que habían inventado “un tipo de crimen totalmente sufrido a manos del imperio romano era la justa venganza de Di’s. Los judíos se habían buscado sus propios sufrimientos.

La circuncisión, que los adversarios de Pablo (los familiares del Yesh”u, como Ya’acov, Yehudah, etc) habían considerado previo para ser un verdadero seguidor de Yesh”u, pasó a ser la señal de haber participado en el sangriento asesinato de su señor. En su devastador ataque contra los judíos Justino Mártir escribe:
“Porque la circuncisión de acuerdo con la carne os fue dada por Abraham como señal para que pudieran distinguiros de otras naciones y de nosotros, y para que sólo vosotros sufriréis lo que justamente sufrís ahora; para que fuerais desolados, y vuestras ciudades quemadas, y los extraños comieran los frutos de vuestra tierra antes que vosotros, y ni uno solo de vosotros pusiera los piensen Jerusalén. Por tanto, estas cosas habían caído con justicia sobre vosotros, porque vosotros ejecutasteis al justo, ya antes que a él a sus profetas, y ahora tratas alevosamente a quienes depositan su esperanza en él, y a quien lo envió, Dios Todopoderoso, el Creador de todas las cosas”.
Al tiempo que los judíos eran denigrados de forma creciente, se inventaron versiones que presentaban a Poncio Pilato como un hombre justo y santo, ¡incluso cristiano! ¡En el siglo IV tanto Pilato como su esposa ya eran venerados como santos! Es un ejemplo de lo absurda y contradictoria que es realmente la historia del cristianismo primitivo.

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