12/18/2013

Shlomo Aviner: La Providencia y la iniciativa humana

BS"D

Ieshiva Ateret Ierushalaim
Bajo la dirección del
Rabino Shlomo Aviner
 
 
                                                 #212

La Providencia y la iniciativa humana

Pregunta: ¿Acaso es correcto pensar que toda persona goza de la Providencia en todas sus acciones? ¿Acaso no hay elección de las acciones humanas? ¿Acaso la persona no es responsable de sus éxitos y derrotas? ¿Acaso no es la simple verdad que las personas talentosas tienen más éxito que las otras? Nuestros sabios dicen que el sustento de la persona es decretado: ¿Acaso eso quiere decir que el esfuerzo de la persona no aporta nada, que no tiene sentido agregar horas de trabajo? ¡Es una realidad diaria, que en efecto de esa forma las personas elevan sus ganancias! ¿Acaso no hay peligro en el tema de la Providencia que se llegue al atrofiado y falta de acciones personales y públicas, como fiarse en que la gueulá (Redención) llegará en forma sobrenatural? ¿Acaso no es demasiado superficial explicar toda la vida según el concepto de la Providencia?
Respuesta: Por supuesto que toda persona goza de Providencia, en todo detalle de su vida. El mundo no está a la deriva, D’s no abandonó la tierra. Él, bendito sea, ama Sus criaturas, se interesa en ellas y compone todos sus asuntos de la mejor forma. “Él es mi D’s viviente que Me redime, mi roca que me soporta en los momentos de pesares”, toda la segunda parte de “Adon Olam” (parte del rezo matutino) aclara ese punto.
Junto con eso, D’s hizo responsable a la persona de sus acciones, y ella tiene la obligación de esforzarse. LaTorá nos enseña a ocuparnos de la agricultura, salir a la guerra, ir al médico, no quedarse sentado con los brazos cruzados.
Hay quienes arguyen: “¿Para qué ir al médico? Si D’s decretó que viva, viviré sin el médico. Y si D’s ha decretado que muera, moriré también con el médico”. Eso es un error. El Ramba”m explica que según esa forma de pensar no hay que comer: ¿De qué vale? Si fue decretado que muera, moriré también si como. Y si fue decretado que viva, viviré también sin comer (comentario a la Mishná, Psajim al final del capítulo 4).
La compaginación del libre albedrío y la Providencia es compleja, pero el aspecto más sencillo es explicado por Rabí Iosef Albo (Sefer HaIkarim 4:6), y él dice que pueden darse tres situaciones distintas:
1. D’s decretó que una persona tenga éxito, incluso si no se esforzará.
2. D’s decretó que una persona no tenga éxito, incluso si se esforzará.
3. D’s decretó que una persona tenga éxito, a condición que se esfuerce.
Por supuesto, no sabemos qué es lo que D’s decretó.
1. A veces D’s decide hacerle algún bien a una persona particular, o toda una nación, y eso no depende de méritos o esfuerzo, sino que es un cálculo Divino, por encima del castigo y la recompensa, por Su bondad. Vemos que muchas veces personas se comportan con incompetencia y falta de responsabilidad, y a pesar de ello tienen éxito. Por supuesto, ellos deberán rendir cuentas si su comportamiento fue contrario a la voluntad Divina - pero a pesar de ello Su bondad no se apartará de ellos. Hay quien conduce sin cuidado, y a pesar de ello D’s decretó que no morirá, según Su profunda sabiduría, pero por supuesto que rendirá cuentas por ello. Pero también en este caso cuando su comportamiento no influye en el resultado de sus acciones, sus acciones deben ser juzgadas en relación a Su voluntad.
2. El caso contrario, D’s decretó que fulano muera, pero si se dirigirá al médico y hará todo lo que debe hacer llegará al Gan Eden (Paraíso). Y si se comporta en forma negligente, llegará al Geinom (infierno). También en este caso, puede que el esfuerzo humano no cambiará la realidad en absoluto, pero determinará si la persona ha cumplido la voluntad Divina o se ha rebelado frente a D’s.
3. Hay una situación intermedia, que D’s decretó que la persona tenga éxito a condición que se esfuerce. “Para que el Eterno, tu D’s, te bendiga en toda obra de tu mano que hicieres” (Dvarim 14:29). “¿Puede que se quede sentado sin hacer nada? Nos enseña: ‘Que hicieres’ – si hace, es bendecido.
Si no hace, no es bendecido” (Shojer Tov, Mizmor 23). La persona se hace partícipe con D’s en sus acciones.
Por ello, en toda situación la persona debe esforzarse. Debe obrar con sentido común para no volverse pobre, como dice el Ramba”m (Hiljot Deot 5:10-12). Si actuó como corresponde y a pesar de ello empobreció, sabrá que así decretó D’s por alguna razón, y aceptará el decreto con amor.
La interpretación de los acontecimientos en la vida según la Providencia debe ser conjugada con el estudio de laTorá y la halajá, para saber cuál es la voluntad Divina. Si la persona roba y engaña, y a pesar de ello tiene éxito, no es señal que D’s está satisfecho de su comportamiento y lo alienta a continuar por ese camino, ya que está escrito “no robarás”. D’s ha decidido no obstaculizar, como dicen nuestros sabios: “El que quiere impurificarse, se lo permiten” (Avoda Zara 55A). En contraste, si se comporta con rectitud y entereza, y a pesar de ello fracasa todo el tiempo, no es una insinuación de lo alto que de ahora en más debe convertirse en un estafador, ya que está escrito: “Y harás lo recto y lo bueno a los ojos del Eterno” (Dvarim 6:18). La razón de su fracaso es que D’s decidió ponerlo a prueba, para permitirle purificarse más aún. Este mundo está colmado de pruebas, como un tzadik(justo) que no le va bien y un rashá (malvado) que tiene éxito.

Pero si se marcha por el camino auténtico, como la gueulá natural, y ya hace cien años que Am Israel (el Pueblo de Israel) se sacrifica en la edificación de la tierra, el regreso a Tzion, edificación del estado, las guerras de Israel y afirmado de centros de estudio de la Torá en el país, y D’s nos hace triunfar con milagros y maravillas, es señal que así decretó D’s que ha llegado el momento - el momento de salvar Su pueblo.

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