1/31/2011

Una Ketuba Falsa: Un Matrimonio Natzrati (cristiano hebreo).



La Ketubah (כתובה) o el Contrato Matrimonial, tiene su origen rabínico-bíblico en Shemot 22:15-16, y Berreshit 31:15; 34:15. La mayoría de los jajamim (Sabios), y con ello gran parte de los llamados “los decidores”, ven en la Ketubah una institución rabínica. El contrato matrimonial se refrendaba con una escritura, donde en caso de viudez o divorcio. El montaje de la suma se fijaba en el mismo documento, y era antiguamente 200 denarim (denarios) para  las vírgenes y una minah para las viudas, lo mismo si eran ricos o pobres. La fortuna del contrato está redactada en arameo. La Ketubah designa, consiguientemente, tanto el documento matrimonial donde se fijan las obligaciones financieras del marido como la misma suma o dote a entregar a la mujer en caso de divorcio o viudez. El término mismo, ketubah, es una forma participal (“escrito”), aunque provisto de dagesh en la bet, probablemente para que se diferenciarse de la palabra corriente qetuvah (“escritura).
La disposición rabínica de la ketubah tiene como objetivo primario la defensa de la mujer en el matrimonio, haciendo más difícil el divorcio. Rabí Shimeon ben Shetaj dispuso que todos los bienes del marido se hicieran garantes de la Ketubah, pero sin impedir que el marido pudiera invertirlo en sus negocios.
A pesar que la Ketubah es una medida rabínica para darle institucionalidad al matrimonio el cual por el simple hecho que ha racionalizado el amor en el acto del matrimonio y este en el contrato; de una relación irracional (amor), al racionalismo por medio de lo contractual, tal medida rabínica instituida por los perushim (fariseos) para darle institucionalidad.
Sin embargo contra las institución recordemos recordemos que Yesh”u enseñó en no seguir las takanot (reformas rabínicas- תקנות) como se demuestra en el texto del Mateo Hebreo de Shem-Tob en el capítulo 23:2.


De tal texto aprenden los cristianos perversos que se hacen pasar como “judíos” que no están obligados a seguir la halajah (ley judía) de los rabanim (rabinos), en tal caso los mesiánicos y natzratim no tendrían razón de utilizar kipa (por ser una disposición rabínica), tefilin (por ser una adecuación rabínica), utilizar peyote (por ser otra disposición rabínica), así como la degustación de alimentos kasher por estos disposiciones desde el judaísmo rabínico, en este caso el tema relacionado a la ketubah o el contrato matrimonial que surgió en el judaísmo rabínico tampoco lo tendrían que utilizar los mesiánicos y natzratim, sin embargo aquí hay un “pequeño” problema de fidelidad que ellos tengan a su maestro oscuro ‘Yesh”u HaMamzer’, y lo que a ellos les convenga (independientemente de hacerse pasar como judíos, atacar e insultar las instituciones de nuestra religión y por otra remedarnos con el objetivo de buscar legitimidad ante nosotros.
La ketuba es la racionalización del matrimonio por medio de un acto contractual y a su vez es la racionalización de lo irracional, es decir del amor, fraternidad, y la concordia entre dos personas. Por el contrario el “judaísmo” mesiánico (que de judaísmo no tiene nada) es la irracionalización y la degradación de su misma institución (Iglesia Católica Apostólica Romana) cuyo objetivo lejos de convertir a judíos para yesh”u, últimamente han buscado la legitimidad o la racionalización ante la institucionalidad que representa nuestras instituciones en el judaísmo, lo que representa simplemente es el grado de degradación mental, así como la elevación banal egocéntrica que solo busca satisfacer su irracionalidad por medio de actos fetichistas que como los antiguos brujos solo buscan que por medio de su ritualismo cause efecto de forma mágica ante los atónitos, este es el ejemplo que nos presentan usualmente los “judíos” mesiánicos (que de judíos y judaísmo no tienen nada) y los natzratim (entiéndase cristianos perversos que se visten como judíos religiosos), por una parte atacan a nuestras instituciones, nuestra literatura, nuestras costumbres con las palabras del criminal de Yeshu ben Pandira y por otra parte remedan nuestras costumbres para buscar la legitimidad  de su movimiento espurio (ilegítimo).

Simplemente que estos personajes antagónicos utilicen ketubot, kipot, tefilin, peyots y por otra parte nos critiquen por llevar un judaísmo “impuro” según ellos interpretan a su maestro oscuro (Yeshu HaMamzer) no solo es patético, sino connota soberbia, ignorancia, amor a la idolatría y a su propio yetzer hara’ (egoísmo o mala inclinación) que lejos que acerquen a la gente al verdadero conocimiento de HaSh-m, los inducen a cometer los mismos y peores errores, transgresiones y solo fomentan más corrupción en el mundo.
Una ketubah mesiánica o nazarena (mesiánica ortodoxa) no solo es una falsedad en todos los sentidos, una falsedad a la otra persona que conformara el matrimonio, una falsedad a la gente y a la sociedad, una falsedad ante D”s y sus instituciones: ‘el judaísmo’.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu opinión es importante para nosotros!