Páginas

10/19/2025

Pregunta 6: Moisés superó a tu dios: Cuando los profetas humanos hacen mejores milagros (Mateo 8-9, 14-15, narrativas de milagros)

BS"D


שאל מה עשה ישו יותר

מכל שאר האנשים

הקדושים שהרי חנוך ואליה עלו

למרום ומשה הפך את המים לדם

המתיק מי מרה הוליך

ישראל לתוך הים אלישע עשה

מכד שמן אחד כמה כלים

מלאים אסף נעמן

מצרעתו והחיה שני מתים ועם

כל זה אין אנו מאמינים שהם

אלוהות אלא אנשים צדיקים:

Pregunta: ¿Qué hizo Yeshú más que todos los demás hombres santos? Pues he aquí que Janok (Enoc) y Eliah (Elías) ascendieron a las alturas; y Mosheh convirtió las aguas en sangre, endulzó las aguas amargas [de Mará], condujo a Israel a través del mar; Elisha’ (Eliseo) hizo de una vasija de aceite muchas vasijas llenas, sanó a Na’amán de su lepra y resucitó a dos muertos. Y con todo esto, nosotros no creemos que ellos sean divinidad, sino [que son] hombres justos.

La sexta pregunta del polemista despliega un argumento de elegancia lógica devastadora que no requiere entrar en debates teológicos abstractos sobre naturalezas divinas o uniones hipostáticas. Simplemente pregunta con inocencia aparente: "שאל מה עשה ישו יותר מכל שאר האנשים הקדושים" — ‘¿Qué hizo Yeshú más que todos los demás hombres santos?’ Esta pregunta funciona mediante comparación empírica directa, catalogando milagros de profetas del Tanaj que igualan o superan cualquier cosa registrada en el evangelio, y concluyendo que si aquellos no fueron considerados divinos, entonces los milagros de Yeshú tampoco pueden fundamentar afirmaciones de divinidad. Es parsimonia ontológica aplicada a cristología: no multipliques entidades divinas innecesariamente cuando una explicación más simple —hombre justo actuando con poder divino— ha sido suficiente para todos los casos previos.

El polemista comienza con la ascensión: "חנוך ואליה עלו למרום" (Janoj veEliyá alu lamarom), ‘Enoc y Elías ascendieron a las alturas’. Bereshit 5:24,, declara sobre Janok:

"וַיִּתְהַלֵּךְ חֲנוֹךְ אֶת־הָאֱלֹהִים וְאֵינֶנּוּ כִּי־לָקַח אֹתוֹ אֱלֹהִים" (vayithallej Janoj et-haElohim ve'einenu ki-laqaj oto Elohim), “caminó Enoc con Dios y desapareció porque Dios lo llevó”. 

Melakim Bet, 2 de Reyes 2:11 describe a Eliahu:

"וַיַּעַל אֵלִיָּהוּ בַּסְּעָרָה הַשָּׁמָיִם" (vaya'al Eliyahu basa'ara hashamáyim), ‘y ascendió Eliyahu en un torbellino al cielo’. 

Si el Evangelio Hebreo de Mateo de Du Tillet concluye con la ascensión de Yeshú —"ויעל השמים" (vaya'al hashamáyim), ‘y ascendió a los cielos’— entonces el polemista pregunta: ¿en qué difiere esto de Janok y Eliahu? Más aún, Janok y Eliahu nunca murieron, fueron llevados corporalmente mientras aún vivían, lo cual podría considerarse más impresionante que resucitar después de morir y luego ascender. Sin embargo, ningún judío, ningún cristiano, ninguna persona racional ha sugerido jamás que Janok y Eliahu son Dios por haber ascendido al cielo.

Luego el polemista cataloga tres milagros de Moshé: "הפך את המים לדם" (hafaj et hamáyim ledam), ‘convirtió las aguas en sangre’. Shemot 7:20, la primera plaga sobre Egipto, donde toda el agua de Egipto se transformó en sangre. Los cristianos señalan que Yeshú convirtió agua en vino en las bodas de Caná según Yojanán (Juan) 2, pero el polemista habría notado que el Evangelio de Mateo de Du Tillet no menciona este milagro en absoluto. El Evangelio Hebreo de Mateo de Du Tillet que el polemista tenía delante comienza con genealogía y nacimiento, luego salta directamente al ministerio público de Yeshú sin ningún relato de bodas en Caná. Pero incluso si aceptáramos el milagro del vino, convertir agua en sangre es cualitativamente más impresionante: la sangre es sustancia viviente, símbolo de vida misma según Vayikrá 17:11. Moshé también "המתיק מי מרה" (himtik mei Mará), ‘endulzó las aguas amargas de Mará’ en Shemot 15:23-25, y más espectacularmente, "הוליך ישראל לתוך הים" (holik Yisrael letoj hayam), ‘condujo a Israel a través del mar’ en Shemot 14. Este milagro del Mar Rojo salvó a una nación entera, seiscientos mil hombres además de mujeres y niños. Los milagros de Yeshú en el Evangelio Hebreo de Mateo de Du Tillet son predominantemente individuales: sanó a este leproso, aquel paralítico, estos endemoniados. Ninguno tiene la escala nacional del éxodo. Sin embargo, nadie afirma que Moshé era Dios.

El polemista entonces se enfoca en Elishá, Eliseo, cuyas hazañas tienen paralelos casi exactos con milagros registrados en el Evangelio Hebreo de Mateo de Du Tillet . "עשה מכד שמן אחד כמה כלים מלאים" (asá mikad shémen ejad kamá kelim male'im), ‘hizo de una vasija de aceite muchas vasijas llenas’, según Malajim Bet 4:1-7, la viuda del profeta cuyo aceite se multiplicó milagrosamente. El polemista habría leído en Du Tillet daf 33 cómo Yeshú alimentó a cinco mil con cinco panes y dos peces: "ויאכלו כלם וישבעו ונשארו להם שנים עשר סלים מלאים" (vayojelu kullam vayisba'u venish'aru lahém shneim asar salim male'im), ‘y comieron todos y se saciaron y les sobraron doce cestas llenas’. La multiplicación de Elisha y la de Yeshú son funcionalmente idénticas: escasez divina convertida en abundancia mediante poder profético. "אסף נעמן מצרעתו" (asaf Na'amán mitzara'ato), ‘sanó a Naamán de su lepra’ en Melajim Bet 5. El polemista habría leído en Du Tillet daf 15 cómo Yeshú sanó al leproso: "ומיד נטהר מצדעתו" (umiyad nithar mitzara'ato), ‘e inmediatamente fue limpiado de su lepra’. Misma enfermedad, mismo resultado, ambos efectuados por palabra profética con poder divino.

Más devastador aún: "והחיה שני מתים" (vejeyé shnei metim), ‘y resucitó a dos muertos’. Melajim Bet 4:32-37 Elisha resucitó al hijo de la sunamita. Melajim Bet 13:21, un hombre muerto resucitó al tocar los huesos de Elisha después de que el profeta mismo había muerto, demostrando que el poder divino permanecía incluso post-mortem. El polemista habría leído en Du Tillet daf 18 a 19 cómo Yeshú resucitó a la hija del líder: "ויחזק בידה ויאמר קומי קומי ותקם הנערה" (vayejazek beyadá vayómer qumi qumi vatáqom hana'ará), ‘y tomó su mano y dijo levántate levántate y se levantó la niña’. Elisha: dos resurrecciones. Yeshú según Mateo de Du Tillet: una o quizás dos si contamos casos implícitos. El paralelo es exacto o incluso favorable a Elisha.

Entonces viene la conclusión lógica inexorable: "ועם כל זה אין אנו מאמינים שהם אלוהות אלא אנשים צדיקים" (ve'im kol zeh ein anu ma'aminim shehem elohut elá anashim tzadikim), ‘y con todo esto nosotros no creemos que ellos sean divinidad sino hombres justos’. La frase "אנשים צדיקים" (anashim tzadikim), ‘hombres justos’, es cuidadosamente elegida. No dice "meros hombres" con desprecio, ni "solo humanos" con tono denigrante. Dice "hombres justos" con honor y respeto. El polemista reconoce la grandeza de estos profetas mientras mantiene la distinción categórica absoluta entre criatura y Creador. Son hombres, sí, pero hombres santos, justos, elegidos por Dios para ser Sus agentes, Sus emisarios, Sus shlujim. Actuaron con poder divino delegado, no con poder propio inherente. Esta es la doctrina judía consistente sobre profecía: el profeta es canal de poder divino, no fuente de ese poder.

El argumento funciona mediante lógica inductiva simple. Si en casos previos A, B, C, D (Janok, Eliahu, Moshé, Elisha), milagros comparables o superiores no implicaron divinidad, entonces en el caso E (Yeshú), ¿por qué milagros similares deberían implicar divinidad? Los cristianos deben explicar el criterio diferenciador. No pueden decir "los milagros prueban divinidad" porque entonces Elisha sería divino. No pueden decir "resucitar muertos prueba divinidad" porque Elisha resucitó muertos. No pueden decir "ascender al cielo prueba divinidad" porque Eliahu ascendió. Cada milagro específico de Yeshú tiene precedente profético que no resultó en deificación. Por lo tanto, los milagros por sí mismos no pueden ser el fundamento lógico para afirmar que Yeshú es Dios.

Los cristianos intentarán responder que Yeshú hizo milagros por poder propio mientras los profetas solo actuaron como intermediarios. Pero el evangelio de Mateo de Du Tillet contradice esto repetidamente. En daf 25, después de sanar al siervo del centurión y a muchos otros, el texto explica: "להתקיים מה שנאמר על ידי ישעיה הנביא האמר חליינו הוא ישא ומכאובינו סבלם" (lehitqayem ma shene'emar al yedei Yeshayáhu hannaví ha'omer joliyenu hu yisá umaj'ovenu sevalám), ‘para que se cumpliera lo dicho por Yeshayahu el profeta que dice nuestras enfermedades él llevó y nuestros dolores cargó’. Las sanaciones de Yeshú se presentan explícitamente como cumplimiento de “profecía” que le adjudica Mateo, no como actos de poder divino autónomo. Son parte del plan divino ejecutado a través de un agente humano escogido, exactamente como Mateo copia de los milagros de profetas previos según la lógica que el propio evangelio emplea.

La pregunta del polemista fuerza a los cristianos a enfrentar su inconsistencia lógica. Si Moshé y Elisha, quienes fueron genuinos profetas y hombres justos según el Tana”j, no son considerados divinos a pesar de sus milagros superiores, entonces los milagros de Yeshú registrados en el evangelio no pueden servir como evidencia de divinidad. El polemista no está afirmando que Yeshú pertenece a la categoría de "anashim tzadikim". Lo que está demostrando es que los cristianos son internamente inconsistentes: aplican un criterio (milagros = divinidad) a Yeshú que no aplican a profetas que hicieron milagros iguales o mayores. Esta es la navaja de Occam aplicada a cristología: si la explicación "hombre con poder divino delegado" fue suficiente para Elisha quien resucitó dos muertos, ¿por qué no es suficiente para Yeshú quien según Mateo resucitó uno o dos? Los cristianos han multiplicado entidades ontológicas innecesariamente, introduciendo una segunda divinidad o una Trinidad compleja, cuando los hechos observables en su propio evangelio no requieren tal explicación. "Dios encarnado" genera paradojas sobre impasibilidad divina, omnisciencia limitada, y muerte de lo inmortal que requieren volúmenes de teología especulativa para intentar resolver. El polemista simplemente señala que los cristianos han abandonado el criterio consistente que ellos mismos aplican a todos los demás hacedores de milagros bíblicos. La divinización de Yeshú no tiene base en los milagros mismos cuando esos mismos milagros, efectuados por otros, nunca resultaron en deificación. La inconsistencia es fatal para la lógica cristiana.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu opinión es importante para nosotros!