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11/23/2020

Marcos 14:41-46: ¿Judas Iscariote entregó a Yeshu u otro hombre para que se le colgara?

BS"D


θωϲιν αυτω · και 

ερχεται το τριτον 

και λεγει αυτοιϲ

καθευδετε το λοι

πον και αναπαυ

εϲθε · απεχει · ηλθε 

η ωρα ˙ ϊδου παρα

διδοται ο υϲ του αν

θρωπου ειϲ ταϲ χι

ραϲ των αμαρτωλω ·

εγειρεϲθε αγωμε · 

ϊδου ο παραδιδουϲ 

με ηγγιϲεν :

και ευθυϲ ετι αυτου 

λαλουντοϲ παρα

γεινεται ϊουδαϲ ειϲ 

των δωδεκα · και 

μετ αυτου οχλοϲ 

μετα μαχαιρων 

και ξυλων παρα 

των αρχϊερεων 

και των γραμμα

τεων και  πρεϲβυ

τερων : δεδωκει 

δε ο παραδιδουϲ αυ

τον ϲυνϲημον 

αυτοιϲ λεγων · ον 

αν φιληϲω αυτοϲ 

εϲτιν κρατηϲατε αυ

τον και απαγετε

αϲφαλωϲ  και ελ

θων ευθυϲ και 

προϲελθων αυτω 

λεγει ραββει · και κα

τεφιληϲεν αυτον

οι δε επεβαλαν 

ταϲ χιραϲ αυτων 

και εκρατηϲαν αυ

(Traducción: 

[41] Y viene por tercera vez y les dice: 

Duerman el resto del tiempo y descansen; es suficiente; ha llegado la hora: he aquí, el Hijo del Hombre es entregado en manos de los pecadores.

[42] Levántense, vamos; he aquí, cercano está el que me entrega.

[43] Y en seguida, mientras él todavía estaba hablando, vino Ïoudas, uno de los doce, y con él una multitud con espadas y palos, de parte de los arkieris (pontifex Maximus), los gramateus (secretarios) y los ancianos.

[44] Pero el que lo entregó les había dado una señal, diciendo: 

A quien besaré, ese es; reténganlo y llévenlo seguro.

[45] Y cuando llegó, se adelantó enseguida y le dijo: Rhabbei, y lo besó;

[46] Y le echaron mano y le sujetaron.)

-Codex Sinaiticus, folio 226b.


El Evangelio de Marcos relata que Judas Iscariote (Yehudah Ish Keriot) le da un beso a Yeshu para que sus detractores lo pudieran identificar. Sin embargo, explican los mesiánicos que el acto simbólico que Yehudah Ish Keriot besara a Yeshu en la oscuridad entre ellos no han tenido una explicación convincente. (Ver. Wills, L. (2011), The Jewish Annotated New Testament, Oxford University Press, EEUU, p. 91.)

 

Según la tradición cristiana esta escena es la traición de Yehudah Ish Keriot sobre el movimiento que encabezaba Yeshu. Sobre esto, la tradición cristiana, dice que Yeshu no sabía lo que pasaría respecto a la traición de Yehudah Ish Keriot (Mateo Hebreo 111:50; Lucas 22:48), hemos visto que para Marcos, como para el Evangelio de Juan (18:4) Yeshu sabía que Yehudah le entregaría (v. 41-42). Hemos visto en otro artículo, que la expresión arkieris (pontifex Maximus) se puede referir a la autoridad romana, incluso, la expresión gramateus acorde al idioma griego de la época podrían tratarse de ‘secretarios de gobierno’ ya que era un título de los funcionarios en Atenas y en otros lugares (ver. Tucídides, La guerra del Peloponeso 7:10) Al parecer, es el Evangelio de Juan (18:3) que decide incluir a los farisaios (perushim-פרושים), con lo que se le podría haber dado un giro antisemita al relato de la detención de Yeshu. No es extraño, que posteriormente en la ciudad de Medina en la época de Muhamad HaPasul enseñara que fueron los judíos que intentaron asesinar a Yeshu (Corán, Surat Al-Nisa’ 4:157). Lo que es cierto, es que los “pacíficos” discípulos de Yeshu -en el presunto ataque al esclavo del sumo sacerdote saduceo- estaban armados, (Lucas 22:49-50; Juan 18:10-11; Mateo Hebreo 111:51-52) lo que indica que anticiparon una rebelión armada, la cual fue detenida por la autoridad romana, según sugiere el mismo texto griego del Codex Sinaiticus. 

Según la literatura judeo-cristiana, probablemente siguiendo la tradición antisemita del Evangelio de Juan, menciona que Yahudha Skharyuta (Judas Iscariote) quien menciona que no entregó a Yeshu HaMamzer, sino que fue a otro hombre tal como se puede leer en el Tathbit II:408-419:

[408] [Judas] les dijo: 

Como ustedes saben, él es mi amigo y me avergüenza decir: Este es él”,

[409] por lo tanto, quédense conmigo y observen de quién sacudo la mano y de quién beso la cabeza. Luego, cuando aparto mi mano de la suya, tomadlo” 

En consecuencia, fueron con él. 

[410] Sin embargo, había muchas personas en el Bait AlMuqadis (en el Beit HaMikdash [en Jerusalem]) de todos los lugares, reuniéndose allí para celebrar la fiesta.

[411] Yahudha Skharyuta estrechó la mano de un hombre y le besó la cabeza. Apartó la mano de [la mano del otro] y se sumergió entre la multitud. Los judíos y los guardias arrestaron [a este hombre]. 

[412] El hombre a quien se llevaron preguntó: “¿Qué pasa entre nosotros?" Estaba muy ansioso. 

[413] Le dijeron: “El gobernante [romano] te quiere”. Él preguntó: “¿Qué pasa entre el gobernante y yo?”. 

[414] Lo llevaron ante [el gobernante romano] y lo llevaron a Herodes. Perdió la compostura por el miedo y la ansiedad y comenzó a llorar. Perdió el control de sí mismo. [415] Herodes fue misericordioso con él cuando vio su miedo y les ordenó: "Déjenlo en paz". 

[416] Luego le pidió que se acercara, lo hizo sentar, lo consoló y lo calmó. 

[417] Le preguntó: 

“¿Qué dices acerca de lo que estos hombres afirman de ti, que eres el al-Masija’, rey de los hijos de Israel? ¿Dijiste o lo reclamaste?" 

[418] Negó haber dicho o afirmado esto, pero no se calmó de su nerviosismo. Herodes lo calmó y le dijo: “Menciona las pruebas que tienes, si las hay".

-Cf. Gabriel Said Reynolds & Samir Khalil Samir. (2010). Abd al-Jabbar, Critique of Christian Origins. USA: Brigham Young University Press. II:408-419. folio 138, p. 73-74.

Este dato es bastante interesante a la luz de la historia, ya que demuestra que niega que los judíos no mataron a Yeshu, sino que el proceso fue realizado por la autoridad romana así como por algunos judíos -similar al relato talmúdico en el que se menciona que Yeshu era cercano al gobierno romano (T.B. Sanhedrin 43a: ישו שקרוב למלכות הוה) y por lo cual fue difícil procesarlo-; por otra parte, el relato menciona que al que arrestaron fue a otro hombre, y no a Yeshu. Este relato, lejos de recordarnos del relato coránico (Corán, al-Nisa’ 4:157) en el que no se le crucifica (tzalubujú) a Yeshu (Isa’ Ibn Maryama’) por parte de los Bene-Israel, nos remite a otra literatura apócrifa del cristianismo tal el libro de Hechos de Juan (99), donde Yeshu le dice a Juan: “...ni yo soy quien está en la cruz”. Para los cristiano-gnósticos basilidianos fue Simón de Cirene (Mt 27:32; Mc 15:21) el crucificado, en lugar de Yeshu. (Ver. Según el Mito de Basílides de Ireneo, Adversus Haereses 1:24,4 (PG VII 677). Incluso, en la literatura gnóstica como el Apocalipsis de Pedro, descubierto en Nag-Hammadi, que menciona la crucifixión como un sustituto. El docetismo enseñaba que Yeshu, durante su vida humana, no tuvo cuerpo real, sino aparente, fantasmal, y que todos sus actos -incluidos los sufrimientos y, entre ellos, la crucifixión- no tuvieron existencia real, sino tan sólo aparente. Incluso, en el Evangelio de Judas (15:4) Judas Iscariote afirma en una especie de gnosis (según explica Elaine Pagels) que Yeshu no morirá según la carne. Para el autor del Evangelio de Judas no sólo niega que Di’s desee el sacrificio de Yeshu, sino que sugiere que el efecto práctico de semejante punto de vista (el punto de vista de Pablo de Tarso) es espantoso: los convierte en cómplices de asesinato. Es interesante, que el Evangelio de Judas rechace la idea cristiana de la resurrección de Yeshu. Mientras que la versión judeo-cristiana encontrada en el Tathbit deslinda a la comunidad judía del asesinato que se hizo hacía Yeshu. 

Ya hemos visto anteriormente, conforme a la fuente del Tathbit que el motivo del que ciertos judíos acudieran ante las autoridades romanas fue porque corrompió a los jóvenes del pueblo de Israel:

"יש איש מקרבנו שהשחית והוליך שולל את נעורינו. על פי התנאי, אתה מחויב להעצים אותנו על מישהו [שמתנהג] בצורה כזו, שנוכל להעמידו לדין."

[398] “Hay un hombre de entre nosotros que ha corrompido y engañado a nuestra juventud. Según la estipulación (haTanoe), estás obligado a empoderarnos sobre alguien que [se comporta] de esta manera, para que podamos hacer justicia”.

-Tathbit II:398.

Lo cual nos remite al relato talmúdico en el que Yeshu llevó por mal camino al pueblo judío, a cometer idolatría, y brujería. (T.B Sota 47a; Sanhedrin 107; Sanhedrín 43a, versión Steinsaltz). 

Es interesante que tanto la literatura judeo-cristiana, así como la gnóstica pongan a Judas Iscariote como un inocente, ya que esto es de cierta forma similar al relato del popular de la comunidad judía medieval en la que el Toldot Yeshu nos deja ver que a Yehudah Ish Keriot fue un héroe al neutralizar a Yeshu y llevarlo ante los reyes gentiles para que lo ejecutarán por ser un pervertido idolatra. 

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