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8/10/2023

¿Perdón de pecados por sangre derramada de una persona?

BS"D


¿Perdón de pecados por sangre derramada de un Mesías?

Por Shamilah Yasar.


 

¿Realmente Di-s reclama derramamiento de sangre para hacer las paces con Él?

Pues, eso NO es lo que dice la Torá.


El profeta Shemuel/Samuel enseñó:

“¿Se complace tanto el Eterno en los holocaustos y en los sacrificios como en que la palabra del Eterno sea obedecida?

Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios,

y el prestar atención es mejor que el sebo de los carneros.

Porque la rebeldía es como el pecado de adivinación,

y la obstinación es como la iniquidad de la idolatría.

Por cuanto tú has desechado la palabra del Eterno,

Él también te ha desechado a ti…”

(1 Shemuel / I Samuel 15:22-23)


Habló el Eterno por boca de Su profeta Ieshaiá/Isaías:


"El que mata un toro es como el que mata a un hombre;

el que sacrifica una oveja es como el que desnuca un perro;

el que presenta ofrenda vegetal es como el que presenta sangre de cerdo;

el que hace una ofrenda memorial de incienso es como si bendijese a un ídolo. Así como ellos escogieron sus propios caminos y sus almas se complacieron en sus abominaciones,

Yo también escogeré tratarlos con penurias y traeré sobre ellos lo que temen. Por cuanto llamé, y nadie respondió; hablé, y no escucharon.

Más bien, hicieron lo malo ante Mis ojos y escogieron lo que no Me agrada.”

(Ieshaiá / Isaías 66:3-4)


No, gente que cree esto, no es la sangre o el sacrificio lo principal para ser aceptos a ojos del Eterno. Es la acción acorde con Sus mandamientos, expresados en Su santa Torá, heredad eterna y exclusiva de Israel.

Así pues, si la persona (gentil o judía) quiere actuar correctamente, entonces que cumpla con los mandamientos. Si es gentil (de origen cristiano, musulmán, budista, ateo, de cualquier nación) que respete los siete mandamientos que Di-s destinó para que acataran las naciones de la tierra.

Si es judío, que cumpla lo mejor que pueda con los 613 mandamientos.


Apreciado lector, el derramamiento de sangre y el sacrificio animal es algo totalmente secundario. En su momento era un acto simbólico de pleno significado, que motivaba al verdadero arrepentimiento a aquel que buscaba realmente aproximarse al Eterno. Pero, para el que derramaba sangre y seguía en sus infidelidades, ¿de que valía el animal muerto sobre el altar, la sangre escurrida sin finalidad trascendente? Eso es lo que denuncian los profetas, eso es lo que denuncia la Torá: no es sacrificio e iniquidad lo que Di-s reclama; sino cumplir Sus mandamientos y luego tal vez el sacrificio animal, o vegetal o de REZOS.

Apreciado lector, imagine que un marido infiel desde el lecho de su amante envía rosas a su esposa, ¿acaso está con ese gesto, digamos que romántico, haciendo las cosas como corresponden?

¿No sería mejor que abandonara los brazos infieles, confesara su pecado, e implorara el perdón mientras encauza su vida por un mejor carril? Y luego, quizás, es oportuno la dádiva de las flores...


Eso es lo que Di-s quiere, el sacrificio personal, la lucha contra los pecados, la extinción de nuestras infidelidades, la búsqueda activa de la justicia, el adherirnos al camino que Él nos ha ordenado; y no sangre, sacrificios u otras dádivas infértiles e innecesarias.


Recuerden, ¿de qué vale el sacrificio si no se basa en el arrepentimiento? ¿De qué sirve la cáscara de la fe, si no se intenta cumplir estrictamente la divina Voluntad? ¿De qué sirve la religión, si le obstaculiza el camino al abrazo con el Uno y Único? ¿De qué sirve el barbotear salmos y salmodias, si no se actúa para promover activamente lo que Él realmente ama?


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