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10/07/2013

El fin del mundo está cerca… ¿Otra vez?

BS"D




No es la primera vez -ni será la última- que alguien alza la voz para alegar que el fin del mundo está cerca. La historia registra ya varias predicciones fallidas a las que sus divulgadores cristianos y sus sectarios hasta les han puesto fechas específicas. 

Algunos plazos pasaron sin más alboroto que el miedo -y posterior vergüenza- que generaron entre los crédulos; otros se llevaron a los pregoneros en suicidios colectivos; y unos más aún están por cumplirse y seguramente transcurrirán como los anteriores, es decir, sin que nada de lo predicho ocurra. He aquí algunas de esas fatales profecías que siempre despiertan interés y polémica entre los espíritus apocalípticos.


El fin del mundo profetizado por cristianos del año 1000 de nuestra era

El avistamiento de un cometa en el año 989 y la creencia popular de que “la segunda venida de Jesús” ocurriría una vez cumplido el milenio de su nacimiento, provocaron entre buena parte de los creyentes de la Europa medieval el temor por la llegada del fin del mundo. Todo basado en las palabras de Jesús en el llamado “nuevo testamento”. El monje borgoñés Raoul Glaber, nacido en el año 985, narra en su Crónica (Historiae) los “portentos y disturbios” que acontecieron en esas tierras entre los años 900 y 1044.

Luego del fracaso de la profecía del año 1000, algunos intentaron traspasar el plazo fatal para el 1033, es decir, el aniversario mil de la muerte y resurrección del Nazareno en la tradición cristiana.

No obstante, historiadores modernos desestiman el alcance de la creencia del “fin de los tiempos” alrededor del primer milenio de nuestra era, argumentando que el uso del calendario no estaba muy difundido, por lo que poca gente podía saber cuándo entraba el año 1000 o 1033. Como quiera que sea, ya ha pasado un milenio de aquellas predicciones y seguimos aquí dándole lata al Planeta Tierra.

Las ‘2 mil 300 tardes y mañanas’

Luego de estudiar la biblia cristiana, el predicador norteamericano William Miller (1782-1849) predijo que el fin del mundo en el año 1843, basado en una interpretación del versículo 14, capítulo 8 del libro de Daniel. Con esto nació el llamado movimiento mileniarista, el cual, conforme se acercaba la fecha, fue cobrando fuerza.

A insistencia de sus seguidores evangélicos, Miller puso fecha al Apocalipsis… varias veces: primero el 21 de marzo de 1843, luego el mismo día pero de 1844, después el 18 de abril y por último el 22 de octubre del mismo año. Como nada ocurrió en esos días, al predicador no le quedó de otra que reconocer su error, pese a la desilusión de sus adeptos. Sin embargo, su confesión fue acompañada de la frase “pero aún creo que el día del Señor está cerca, casi a la puerta”. Debe ser una puerta muy larga, por que ha pasado más de un siglo y medio y aquí estamos todavía, robando -y contaminando- aire.


Los ‘profetas’ de los noventa

Pese a los constantes fracasos de las predicciones de los evangélicos y sectarios cristianos sobre le fin del mundo, éstas no han dejado de surgir. En la década de los noventa del siglo pasado, hubo un auge de movimientos apocalípticos creados en torno a sectas de limitado alcance lideradas por fanáticos con fines muy cuestionables.

En 1992, el locutor de radio cristiana Harold Camping anunció que el día del juicio final sería el 6 de septiembre de 1994 basado en un complejo cálculo matemático. Llegó incluso a publicar un libro en donde argumentaba su “profecía”. Al ver que su predicción no se cumplió, Camping tuvo que reconocer públicamente su error.

A lo largo de la década se suscitaron atentados, hechos violentos y suicidios colectivos motivados por la creencia del la “inminente llegada del Apocalipsis”. Casos muy sonados fueron el asalto al rancho de Waco, Texas, en 1993, en donde residía la Rama de los Davidianos, una secta liderada por el fanático David Koresh; el atentado al metro de Tokio perpetrado por el culto Aum Shinrikyo en 1995, en donde cinco mil personas resultaron intoxicadas, y el suicidio de unos cuarenta seguidores del culto Heaven’s Gate en 1997, quienes creían que una nave extraterrestre oculta tras un cometa los iba a salvar. Al menos para ellos sí que fue el fin del mundo.


El ‘error’ del año 2000

En plena era de la informática y la revolución tecnológica, al final de la década de los noventa cobró fuerza la creencia de que la falta de previsión de los desarrolladores de software respecto a la programación del cambio de milenio iba a ocasionar un caos a escala global que propiciaría la desaparición de la civilización moderna. Los crédulos decían que a las 00:00 horas del primero de enero de 2000 el sistema financiero mundial se colapsaría, las empresas quebrarían, los gobiernos desaparecerían y, por ende, la anarquía (en el sentido peyorativo del término) se apoderaría del orbe. Pero nada de eso ocurrió y todo terminó en la resaca de la fiesta del nuevo siglo.


Tercos como mulas

Pero poco le importaron estos fracasos a Robert Fitzpatrick, el jubilado neoyorquino cristiano que gastó sus ahorros para su propaganda apocalíptica en el metro de la “ciudad que nunca duerme”. Y es que su creencia se basaba en la nueva predicción realizada por el terco locutor evangélico Harold Camping, quien hizo nuevos cálculos y a base de ellos aseguró que el “acabose” comenzaría el 21 de mayo de 2011 y concluiría el 21 de octubre de ese mismo año. Entre esas fechas, dijo, habrá un “gran sufrimiento” en el mundo. Además afirmó que “un gran terremoto sacudiría la Tierra. Las tumbas se abrirán y los restos de las personas que murieron como creyentes cristianos (preferiblemente evangélicos) resucitarían e irían al cielo. Los cuerpos de los que no se salvarían serían lanzados sobre estiércol y arena, y sus restos serán comidos por los gusanos y los animales”.

Lo cierto es que quien seguramente tuvo que sufrir todos estos meses fue el propio Camping… Pero del miedo de verse errar nuevamente en sus predicciones.

El avistamiento de un cometa en el año 989 y la creencia popular de que “la segunda venida de Jesús” ocurriría una vez cumplido el milenio de su nacimiento, provocaron entre buena parte de los creyentes de la Europa medieval el temor por la llegada del fin del mundo. Todo basado en las palabras de Jesús en el llamado “nuevo testamento”.


Anti Premio Nobel a los “findelmundistas”  

El predicador cristiano envangélico Harold Camping recibió recientemente el IG Nobel de Matemáticas, una especie de premio humorístico sin ningún valor económico, que ridiculiza cada año los estudios más absurdos en el campo de la ciencia. Fue una distinción compartida con otros cinco “profetas” cristianos que habían aventurado el fin de los días en fechas anteriores. Todos con el mismo resultado de error en sus predicciones. La organización de los conocidos como “premios anti Nobel” les galardonó por ser un ejemplo para el mundo de que “hay que ser cuidadoso a la hora de hacer cálculos matemáticos”.

Otro de los premiados por dar este mal ejemplo al contar fue el cristiano coreano Lee Jang Rim. En su caso, también fundó una institución religiosa (La Iglesia del Día que se Avecina) y predicó a quien quisiera escucharle que la existencia acabaría el 28 de octubre de 1992. Dos meses después, Jang Rim fue arrestado por defraudar a sus seguidores por más de 4 millones de dólares. Si la salvación no le llegaba, quizá podría pagar todas sus deudas y comprarse una mansioncita en algún lugar que se asemejara al paraíso, tal y como el que los "testigos de jehová" le construyeron a su presidente alcohólico Joseph Franklin Rutherford. 

Desafortunadamente para Lee Jang Rim, que contaba con 46 años entonces, el mundo no se acabó y, al día siguiente, sus adeptos, muchos de los cuales habían abandonado sus trabajos y a sus familias, le pidieron cuentas: “Han reclamado a la secta el dinero entregado para sufragar gastos; ayudas que en su mayor parte proceden de la venta de propiedades o pertenencias personales”, contaba ABC el 3 de noviembre de ese año.

El fundador de la iglesia fue encarcelado inmediatamente y condenado a dos años de cárcel por estafa, pese a que pidió perdón públicamente por el error en su predicción. Algunas fuentes calculan que amasó hasta cuatro millones de dólares gracias a las donaciones.


Predicciones sanguinarias

La predicción coreana vino acompañada de un fuerte despliegue de seguridad para evitar suicidios o ejecuciones masivas. Afortunadamente, ninguno acaeció en esa fecha, algo que sí sucedio en Uganda, donde todavía se recuerda el funesto nombre de otra “profeta” errónea, Credonia Mwerinde, también “premiada” recientemente en los IG Nobel.

La "sacerdotisa" fundó su propia secta, la "Restauración de los Diez Mandamientos de Dios" en 1994. La religiosa, que había ejercido antes la prostitución, se aprovechó del analfabetismo reinante en el país africano y de una mezcla de cultos poco ortodoxa para lograr el ascenso de este movimiento religioso extremadamente radical y que adoptaba prácticas ilegales y sumamente sádicas, como la de beber la sangre de bebés previamente sacrificados. Los líderes en Uganda bebían la sangre de recién nacidos

Aprovechando la llegada del año 2000, Credonia vaticinó el día del juicio final para el 1 de enero. Pero el desánimo cundió entre sus seguidores al ver que, pasada la fecha, la vida seguía su curso habitual. Sin embargo, muchos de ellos siguieron a su líder durante semanas.

El último acto de esta iglesia fue la reunión en la localidad de Kampala, donde supuestamente tendría lugar una aparición de la Virgen María. Centenares de fanáticos se reunieron en una iglesia para disfrutar de esta experiencia mariana, pero lo que en realidad ocurrió fue una matanza descomunal: los líderes de la secta cerraron puertas y ventanas y rociaron con gasolina y ácido a las más de 500 personas allí congregadas. Luego desaparecieron. Posteriormente se conocieron otras matanzas que elevaron la cifra de asesinados en la secta a más de un millar.


El fin del mundo vendría en 2012 o empezaría en ese año (conozco gente que así lo afirmó)

Si el mundo sobrevivió a las predicciones de Camping y superó el 21 de octubre, la próxima fecha a tener en cuenta fue el 21 de diciembre del año 2012, cuando varias predicciones -entre ellas, la del calendario maya- que el mundo se acabaría de algún u otro modo. 

Poco antes hubo otra fecha, el 27 de mayo, cuando el estadounidense Roland Weiland anunció la venida de Cristo y el fin de los días. Al igual que en el caso de Camping, esta predicción fue en realidad un nuevo cálculo del “profeta”, que ya aventuró equivocadamente el final de los días en el año 2008.

En cualquier caso, la opinión mayoritaria en el mundo científico es que todos estos augurios están basados en una “pseudociencia” poco creíble y nada fiable. Y como muestra, solo hay que consultar Wikipedia para ver las decenas de fechas del calendario “findelmundistas” que se han vaticinado hasta ahora. Y todavía seguimos aquí.


Otra vez lo mismo, lo mismo, lo mismo…

Nuevamente sectas evangélicas andan regando miedo, dolor, llanto, desesperación entre sus incautos seguidores o miembros. Estos irresponsables, a espaldas de la Historia y de la mismas Escrituras en las que dicen creer, vuelven a predicar las mismas sandeces. Sabemos que no se cumplirán, pero igual volverán nuevamente en el futuro a inventarse teorías de conspiración, persecuciones, microfichas mundiales, cataclismos, raptos, etc etc etc…

Opino que como parte de nuestra llamada a practiar el Tikún Olam, debemos alertar a los pobres incautos de estas sectas y de algún modo presentarles la Verdad de las cosas, la paz y el descanso que se encuentra en el verdadero Dios, el de Yisrael. El mundo no va hacia la destrucción o hacia cataclismos... Todo lo contrario, la humanidad se encamina de a poco hacia lo mejor, hacia lo excelente. El cristianismo predica escatología y pesimismo, mientras el Judaísmo predice optimismo real, proveniente de la naturaleza del Eterno Dios de Yisrael.

Ya basta de este relajo por el que el cristianismo ha tenido sumida a parte de la humanidad por 2000 años… ¡NO más! Hay que abrirle los ojos a aquellos que han caído víctimas de estas malditas creencias y temores. Se acerca una nueva época de madurez para la humanidad, la verdadera Era Mesiánica, y este tipo de “prédicas” están atrasando su llegada.

Quienes en su terquedad quieran seguirse aferrando a sus patéticas creencias y “profecías”, que se queden como están. De todos modos no les quedará otra que al final reconocer que han estado totalmente equivocados por 2000 años. Si no los paramos de una vez, seguirán haciendo lo mismo años tras años, siglos tras siglos. No debemos olvidar que el sectario cristiano está tan sugestionado y engañado que nunca admitirá que está en un error. Solamente seguirá auto-sugestionándose y diciéndose a sí mismo “no fue que Jesús (el “nuevo testamento”) se equivocó, sino que nosotros nos equivocamos”. O seguirán diciendo que “como en los tiempos de Noé la gente no les cree”. Lo cierto es que a Noé no le tomó 2000 años para ver cumplido lo que predijo.

Al menos, si podemos arrancarle gente buena e incauta a esas sectas, estaríamos colaborando a ayudar psicológica, espiritual y emocionalmente a esos probres seguidores que sufren por dentro pensando que toda esa demencia que les han predicado es cierta y que viene del verdadero Dios de la Biblia.

¡NO a la mentira, NO al engaño, NO a los miedos y NO a las manipulaciones evangélicas y sectarias!

Referencias: 
Arturo González González / El Siglo de Torreón
Diago Casado / ABC


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