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11/01/2010

Investigación policial – matrimonial

BS"D
Investigación policial – matrimonial

 Por Rav Shlomo Aviner Slit"a.

Pregunta: Cuando un muchacho y una muchacha se encuentran ya varias veces, a veces están interesados en encontrarse también con otras parejas, para poder apreciar cómo se comporta el futuro cónyuge en sociedad. Por supuesto, no es la intención organizar un encuentro social en el que haya risas y libertinaje, solamente para poder darle una oportunidad al vínculo de abrirse y surcar en otra dirección. ¿Acaso se puede hacer algo así?
Respuesta: De ninguna forma, por tres razones – que cada una es suficiente de por si:
1.    Es una exageración.
2.    No es efectivo.
3.    Está prohibido.

1. Es una exageración: ¿Qué te importa cómo se comporta ella en compañía de otras personas? Lo importante, es cómo se comporta contigo.
¿Acaso ella es un candidato a un puesto de relaciones públicas? Y si digamos que ella no se comporta de la mejor forma, entonces resulta que tiene algún defecto. Pero tú no estás buscando un ángel, sin defectos, para casarte con él. Y también si buscarás – no encontrarás. Y también si encontrarás – ella no se casará contigo, porque tú no eres un ángel, tienes defectos, sobre todo cuando intentas averiguar demasiado.
Eso me recuerda la respuesta del Gaón (genio del estudio de la Torá), el Rav Moshé Fainshtein z”l respecto a un muchacho que le pide a su futura pareja que le cocine algo, para verificar que ella no le quemará la comida… Él no consiente con algo así (Shu”t Iguerot Moshé). Es de suponer que lograrán entenderse en cuanto a la comida, con la ayuda de D’s.
Y también si resulta que no se comporta de la mejor forma para con gente extraña, es de suponer que con la ayuda de tu bendita influencia ella mejorará. La pareja continúa avanzando moralmente, con la ayuda mutua y el amor mutuo.

2. No es efectivo: No se puede conocer a una persona en base a una experiencia pasajera, fortuita. Se necesita mucho tiempo, y sobre todo observar su comportamiento en situaciones de presión y crisis. Está claro que en la mayoría de las situaciones todos somos agradables y educados. La prueba, es en las crisis. ¿Acaso provocarás una crisis en público?
Hay otra solución, mucho mejor: Averiguar cuáles son sus cualidades a través de personas que la conocen bien, de muchos años – como su educadora o sus amigas en los dormitorios.
Y eso es mucho más objetivo de lo que tú verás en algún entretenimiento conjunto. En general, no se fija una cita con una muchacha sin antes averiguar todo lo que se puede a través de las personas que la conocen. ¿Acaso después de haberte encontrado con ella, y después que ella te cayó en gracia, de pronto te acordarás de averiguar algunas cosas de ella, y entonces llegarás a la conclusión que ustedes no son afines? La apenarás sin ninguna razón, es una maldad.

3. Está prohibido: Divertirse con una muchacha sin estar casados es una prohibición, incluso si no es esa tu intención. Es cierto que el Ramba”m escribe que no se debe casar con una mujer sin antes verla, para estar seguro que le cae en gracia – pero nada más, no para divertirse. Y también el Rahaba"d no se entusiasma de esa determinación del Ramba”m. Es cierto que hay que hablar juntos, para conocerse bien y aclarar las diferencias, y a veces es necesario hablar largamente. ¡Pero sólo eso! Los encuentros para buscar pareja no son entretenimientos prohibidos escudándose en la halajá.
Es más, se trata de un encuentro con otra pareja más. ¿Quién te permitió divertirte con la esposa de tu amigo, o su prometida? ¡Eso ya es el colmo!
En cuanto a "abrirse" y "surcar" - esa es justamente una de las grandes desgracias de los últimos tiempos – es decir, 250 a 300 años atrás. Las personas se vuelven esclavas del "surcar".
Como la parábola del filósofo Schopenhauer respecto al hombre que participó de una fiesta de máscaras, y se encontró con una mujer muy interesante. Después de haber conversado con ella hasta la medianoche, se dijo: “Finalmente he encontrado alguien con la que surco, y puedo hablar con ella con profundidad de mí mismo, no como esa otra mujer peleadora y lóbrega con la que estoy casado”.
Pero cuando llegó el momento de sacarse las máscaras a medianoche, se encontró con que es su propia esposa…
Es decir: Surcar – es fácil. Matrimonio, es otra cosa: Es responsabilidad, seriedad, moralidad y sacrificio.