4/07/2014

Rabino Shlomo Aviner: La primera y última redención

BS"D


Ieshiva Ateret Ierushalaim
Bajo la dirección del
Rabino Shlomo Aviner

                                                 #227

La primera y última redención

La redención no es algo que ocurrió una sola vez. Comenzó con el éxodo de Egipto y prosigue a lo largo de todas las generaciones hasta la redención completa. En forma constante y perpetua, “los hijos de Israel salieron con mano alta” (Shmot 14:8). El Mahara"l de Praga explica en la introducción al libro “Netzaj Israel” que el potencial de la redención futura se encuentra ya incluido en la primera redención.
Sin embargo, existe una gran diferencia entre esas redenciones, tal como lo explica nuestro maestro el Rav Kuk (Maamarei HaReaya  pag.164). La salida de Egipto estuvo acompañada por la prisa, “la prisa del pueblo de Israel y de los egipcios” (Brajot, 9) y por sobre todo, la Providencia actuó de prisa.  Salimos de Egipto rápidamente, como una flecha lanzada por un arco.
Éramos un grupo de esclavos dentro de Egipto, fuimos levantados rápidamente por una mano maravillosa, y hemos sido transformados en una gran nación, llena de poder y de fuerza para separar a este pueblo recién nacido del caos y la oscuridad del entorno.
Sin embargo, acerca de la redención futura está escrito: “Porque no saldréis con precipitación, ni con fuga os iréis” (Ishaya 52:12). Debemos andar a paso lento y no escapándonos del mundo entero.
El mundo ya no es el mismo mundo corrupto y abominable de Egipto. Tiene muchas chispas de luz. En el curso de varios miles de años, hemos logrado introducir en ese mundo mucho bien y bendición. Hemos logrado resistir con gran entrega y hemos propagado luz entre todos los pueblos. Por lo tanto, no es un momento para separarnos en forma absoluta y repentina. Sino más bien, es un momento para absorber todo lo puro de ellos, alejando al mismo tiempo todos los rastros de idolatría que contienen.
Debemos hacer una gran tarea de esclarecimiento entre nosotros: ¿Cuáles son las buenas cosas que hemos absorbido durante nuestro prolongado exilio, que forman ya parte de nosotros? ¿|Y cuáles son las impurezas de las que debemos limpiarnos? Es imposible realizar esta tarea en forma apresurada.
Cuando esta tarea sea concluida, tendrá efecto en toda la humanidad: “Visión que tuvo Ishaya, hijo de Amos, concerniente a Iehudá y a Ierushalaim. Y acontecerá que en los postreros días, el monte de la casa del Señor será establecido como cabeza de los demás montes, y será ensalzado sobre los collados, y afluirán a él todas las naciones. Pues caminarán muchos pueblos, y dirán: ‘Venid y subamos al monte del Señor, a la casa del D’s de Iaacov, a fin de que Él nos enseñe en cuanto a Sus caminos, porque también nosotros queremos andar en Sus senderos’. Entonces saldrá la Ley de Sión y de Ierushalaim la palabra del Señor” (Ishaya 2:1-3).
Por este sendero no es posible marchar en forma apresurada. Por lo tanto, no debemos preocuparnos demasiado si vemos que la luz y  la oscuridad coexisten en nuestra jornada. Así decimos en la Hagadá de Pesaj: “Se acerca un día que no es día ni noche”... Tal como escribió el profeta Zjaria: “Y será un día señalado (ese día conocido es del Señor), no será ni día ni noche; mas sucederá que al tiempo de la tarde habrá luz” (Zjaria 14:7). Rashi explica: “‘No será ni día’  La Hagadá de Pesaj prosigue: “Sublime, sabes que el día te pertenece y la noche también”. Tanto el día como la noche forman parte del esquema de la conducta divina.
Debemos hacernos de coraje y paciencia, tal como decimos en la plegaria de Halel: “Conservo la fe incluso cuando digo: ‘estoy muy afligido [aniti]’. Dije en mi premura cada hombre es falso”. Una interpretación de la palabra “aniti” es la del Talmud Ierushalmi: “Esperé”. Esto nos permite la interpretación del versículo: Si hablo a partir de la fe, entonces estoy dispuesto a esperar mucho tiempo; pero si exijo que se haga todo con premura, entonces digo que todo es falso”.
Junto a la aplicación es necesario paciencia. Los problemas que no tienen solución ahora,  con la ayuda de D’s, serán resueltos en un año, en dos o en varios años.

Cuando hay fe, hay paciencia.


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